14 - ¿Qué?

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—Entonces Embolia en realidad no tiene ningun hijo de mi papá.

—Sol—dije—. ¡Cuántas veces te dire que es Emilia, E-mi-lia!

—¡Lo olvido mamá! Además, es un nombre muy raro—dijo ella.

—No es raro—habló Matías—. Vos sos la rara lengua bola.

—Matías—dije, el solamente sonrió.

—Oye mamá—Sol se acercó a mí—. ¿Papá podrá ir con nosotros a Disneyland?

¡Enserio! Apenas lo conocen y ya lo quieren cargar a todos lados.

Pero el está en su gira, y si bien no olvido esta con Emilia.

—No creó mi amor—dije—. De hecho, Matteo pronto se irá de Buenos Aires.

—¡No! ¡¿Por qué?!—increíblemente Matías puso una cara que jamás le había visto—. No se puede ir, no ahora que lo conocemos.

—Mamá—Sol tomo mi brazo—. No dejes que se vaya...

Tengo tantas cosas en la cabeza que ni siquiera se que pensar, el rostro de Matías muestra verdaderamente que no quiere dejar ir a su padre. Sol está tan emocionada con él. Pero no se qué planes tenga él para su vida.

No olvido que esta con Emilia.

Y eso es lo que más cohibe a formar una familia normal, esa familia que los niños tanto desean.

—¡Mañana es el cumpleaños de Georgia!—escuché el grito de Sol.

—¡Lo estaba olvidando!—Matías sonrió—. ¿Papá puede venir con nosotros?

—Matt—dije—. Tu papá está invitado, allá estará—afirme sin saber si el llegaría o no.

Si llegaría con Emilia, o solo.

—¿No va a llegar con la novia?—preguntó Sol.

No sabía que responder.

—No sé Sol, no sé.

—¡Hola familia!—escuché esa voz, Sol rápidamente se vió con Matías y salieron disparados hasta la puerta.

—¡Tía Sharon!—gritaron los dos mientras desaparecían de ahí.

Me puse de pie para acercarme dónde estaba ella. Mentiría si dijese que la odio, o que ella sigue siendo la misma. Pues ella ahora es buena, y yo la adoro.

—¡Abuela, llegaste!—apareció Alex en la escena abrazando a su abuela.

Sonreí al ver cómo ella disfrutaba de la compañía de los pequeños.

Después de estos, me acerqué yo y la abracé.

—¡¿Dónde esta mi hijo?!—de pronto escuché los gritos locos de Ámbar que bajaba por las escaleras—. ¡Llegó mi bebé!

Pero cómo si fuesen niños, Simon logró bajar mas rápido que su amada y rubia esposa. Dando un salto y viendo llegar a la niñera con el pequeño Andy en brazos, Simon abrazó a su más pequeño hijo.

¿No lo había dicho?

Después de Alex, esta André o Andy cómo lo llamamos.

—¡Hola suegra!—dijo Simon pero sin quitar la mirada del bebé que sonreía al ver a su padre.

Ámbar con cara de resignación abrazó a su madre.

1 | Todo lo hice por ti Where stories live. Discover now