1 | Todo lo hice por ti

34 - Que ironía

¿Un hermano?

¡Como rayos me van a ocultar que tengo un hermano! ¿A caso es poca cosa? Por todas las estrellas del cielo, creó que existen más de ellas, qué probabilidades que me hablen sobre Freddy. Antes que ellos salieran, mejor me retiré de ahí con un nudo en la garganta, porqué dolía, de cualquier forma dolía.

Pero tenía que verle el lado bueno, el pequeño lado bueno que tenía esto.

Lo hacían para no confundirnos, y mucho menos quieren ilusionar a mi abuelo. Sé que Freddy–si esta vivo–es mayor que yo, y tal vez tiene hasta una familia. ¿Que es realmente de él?

—¡Señorita Luna!

¡Santo cielo, se me iba a salir el corazón!

—¡Oh, disculpe!—dijo él.

—No te preocupes—dije—. ¿Que sucede?

—Mañana empiezan nuevamente las prensas, mañana tiene la primera entrevista con...

—Mierda—murmuré.

—Si gusta la cancelamos.

—No, no. Esta bien—dije—. ¿A que hora es?

—Ocho de la mañana.

—Está bien.

—¿Se encuentra bien?

«¿Se nota demasiado?».

—Jonas, ¿tu padre trabajo en la mansión de...

—De España, señorita.

—¿Fue ahí dónde estuviesen mis padres el primer año después de su boda, cierto?

—Sí, así me ha comentado mi padre.

—No sabes, si hubo algo.

—¿Algo?

—Algo que deba saber, no sé, alguna mujer, algún secreto, algún... bebé.

El negó.

—Lo siento señorita, no se que responder, pero si había una señora; su nombre era Roma, muy cercana a ellos. Ella sigue en España, pero nada raro. Toda la familia la conoce.

¿Toda la familia?

Yo no.

—Gracias.

Sin nada más y ansiosa de información, subí a mi habitación. Ahí estaba Matteo recostado en la cama con el celular en la mano.

—Así que la señorita tiene una entrevista mundial mañana—dijo, yo intenté sonreír—. He visto que tienes demasiada inactiva tus redes sociales hermosa.

—Tu también—respondí secamente.

—Sabes bien que no he tenido tiempo para eso, Sol y Matías absorben demasiado.

—Son dos esponjas—dije y sonreí.

—Pero esponjas hermosas—yo sonreí—. Amor, ¿pasa algo?

«Se lo digo, o no».

Basta de mentiras Luna.

—Sí, pasa algo. ¡En realidad esta pasando de todo!—dije y me recosté a su lado—. Hay alguien asechando a la niña, y no tenemos ni idea quién es.

—Eso esta arreglado, Sol nunca estará sola.

—Matteo no pienses en eso, Sol es muy pequeña para tener un guardaespaldas.

—Es por su seguridad, mucha gente sabe que son mis hijos, otras lo sospechan y mañana en la entrevista lo sabrá todo el jodido mundo—dijo él—. La vida de ellos esta destinada a ser así, porque nosotros estamos así.