26 - La verdad Luna, la verdad

4.9K 362 106
                                    

¿Qué se supone que diría?

«La verdad Luna, la verdad».

—Sí Michel—dije—. Te lo oculté todo este tiempo y no sabes lo horrible que me siento.

El rostro de Michel cambió totalmente ahora su mirada de esperanza solamente mostraba una cruda decepción, yo lo había decepcionado. Sus ojos empezaron a tornarse un tanto llorosos y rojos, en lo más profundo de mi corazón sentí una gran culpa.

Después de todo nadie merece ser lastimado y mucho menos defraudado por alguien de quien esperaba mucho.

Pero era la felicidad de mis hijos y mía o la de él.

—Todos lo sabían ¿cierto?—preguntó Michel—. ¡Todos lo sabían y todos callaron!

Aventó el ramo de rosas y caminó hasta su auto.

Entré a la casa sin darle mi atención a Matteo.

—Luna, espera...

Me llamó, pero no hice caso a su llamado.

—¡Luna!—dijo nuevamente, y yo empecé a subir los escalones sin percatarme que ahora me seguía.

Dí media vuelta encarándolo. Sí se que dije que no haría caso a su llamado, pero tengo a un chico muriendo por saber si Matteo vendría acá.

—¿No pensabas detenerte?—preguntó más cerca de mí.

—Al grano Matteo ¿que quieres?

Su rostro cambió, sus cejas se estrujaron y movió los ojos confundido.

—¿Qué pasa contigo?—me preguntó.

¿Enserio me preguntó eso? Se va todo el maldito día y ni siquiera me llama, viene, me hace una escena de celos y todavía me pregunta ¿Qué pasa conmigo?

«insípido de mierda».

—Nada—respondí y seguí mi camino.

—¡Vos no vas a ningún lado!—sentí cómo me jaló el brazo y de inmediato choqué contra su pecho—. ¿Qué pasa contigo?

Y sonreí sarcástica, y subí mi vista hasta sus ojos.

—Ya te dije que N-A-D-A, ahora suéltame.

—¿Es por Michel?

—¿Qué? No digas estupideces por favor, Michel no tiene absolutamente nada que ver con esto—respondí molesta.

—Entonces si te ocurre algo.

«¡Joder! ¿Es enserio?».

—¿Tan estúpido eres?—pregunté y el levantó ambas cejas.

Aparte de lo que ya hizo durante todo el día, regresa y lo hace cómo si no hubiese pasado nada. Enserio que admiro sus pantalones.

—¿Ahora que hice mal?—preguntó entendiendo más—. ¿Que error cometí para que vos estés así? Entiendo que las cosas no estén del todo bien pero eso no es motivo para que tomes ese comportamiento Luna.

—¿Yo?—empecé a reír—. ¿Ahora la culpable soy yo?

—¡Es qué acá no hay culpables!—escupió él—. ¡Y lo que más me molesta es tu comportamiento!

—¿Mi comportamiento? ¿Yo te pido que quiero estar solo un instante y me desaparezco todo el jodido día?

Su rostro pareció calmarse, pero no para bien.

1 | Todo lo hice por ti Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz