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Una semana transcurrió demasiado tranquila, él tiempo comenzaba a enfriarse, por las tardes soplaba una brisa tranquila mientras que por las noches era una brisa ligeramente fría.

Jungkook había salido con Jin al parque, ya que este se aburría de tanto estar en casa solo, su padre trabajaba hasta muy tarde y los fines de semana los aprovechaba para descansar y su madre lo ignoraba porque tenia cosas mejores que hacer, como salir con sus amigas.

Bien, con 15 años Jungkook ya debería de tener ciertas amistades con las que salir pero él era demasiado tímido e introvertido, le costaba hacer amistades, en la escuela  hablaba con algunas personas pero no lograba congeniar del todo con las personas, por ello terminaba por alejarse y marginarse.

Después de todo, solo mejor que mal acompañado ¿cierto?.

Por ello había pedido a su padre que lo trasladara de escuela, a veces las personas lo molestaban, y había chicos que le decían cosas desagradables, cosas sucias y no le gustaba como lo trataban, los profesores no hacían nada. Había habido momentos en que sus compañeros habían echo comentarios en frente de los profesores y ellos no dijeron nada. Jungkook no quería volver ahí.

Su padre aceptó cambiarlo de escuela, y aunque Jungkook solo llevaba llendo escasas dos semanas, le gustaba más que él anterior, esta vez se mantenía alejado de todos, no hablaba con nadie y esperaba que la gente no fuera desagradable con él.

Jin se había quedado tumbado bajo un árbol mientras él daba una vuelta y comía su helado de fresa, le había prometido al mayor que no se iría muy lejos y que volvería enseguida. Estaba dispuesto a girarse y volver, pero sus ojos encontraron unas personas que reconoció.

Sin pensarlo dos veces caminó apresurado hacia ellos, esperando que Jin no le viera, o le regañaría. Todos ellos se encontraban de espaldas, sentados en la hierba.

—Hola.—saludó animado una vez estaba detrás de ellos.

Cuando todas las miradas se giraron hacia él y se centraron en su persona, se sintió ligeramente cohibido.

—Chico de fresa.—el chico moreno le miró con algo de sorpresa.

Jungkook rió encogiéndose de hombros, parecía que por mucho que lo negara él seguiría siendo él chico de fresa.

—Hola, Namjoon Hyung.—saludó con su mano desocupada, ya que en la otra estaba él helado.

—Te acuerdas de mi nombre.—rió.

Jungkook asintió—.Tengo buena memoria.—apuntó a su sien con él dedo índice.

—Oh vaya. Niño presumido. ¿Cual es mi nombre?.

—Tu eres....Hoseok.—sonrió, era cierto que tenía buena memoria, y como tampoco tenía amigos recordaba los nombres de las pocas personas que había conocido—.Oh... Hoseok Hyung.—corrigió al final.

—¿Que hay de los demás?.—Hoseok alzó una ceja.

—El es Jimin.—lo señaló—.Jimin Hyung.—corrigió nuevamente, con una suave risita—.Y él...—señaló a Yoongi—.Él no se como se llama porque fue muy desagradable conmigo.—hizo puchero.

Los demás chicos rieron con gracia mirando a Yoongi.

—Oh, que mal me siento, estoy tan ofendido de que no sepas mi nombre, lloraré.—dijo con sarcasmo.

—No es necesario que llores.—el menor dijo serio, viéndose  preocupado—.Ya lo olvidé.

Esta vez Yoongi no se detuvo de chocar su mano contra la frente.

—Era sarcasmo.—gruñó—.Me importa una mierda que un mocoso como tu recuerde mi nombre o no.

—Oh.—la boca de Jungkook quedó abierta en una perfecta O—.Dijiste una palabrota.

Strawberry Milk.  ❤Jikook❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora