Capítulo 7: Insuficiente.

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Capítulo 7: Insuficiente.

—Suéltalo Maximiliano. —Conocía esa voz, y no le gustaba nada lo que estaba viendo. Los ojos de Christopher centelleaban de furia.

El tiempo se detuvo para el doncel, quien aterrado busco la compasión en la mirada de Christopher, sin embargo, este se mantuvo firme. La mano de Chris quito bruscamente el agarre de Maximiliano sobre la muñeca de su doncel, la mirada posesiva del empresario se posó fiera sobre el fotógrafo, quien solo respondió con una expresión desinhibida.

—No seas tan arisco Chris, solo estaba invitando a tu noviecito a dar una vuelta por el jardín, con nene incluido y todo. —Guiño uno de sus ojos haciendo una pequeña seña hacia el bebé que ya dormitaba en el carrito.

El pelinegro gruño ante las palabras que le había soltado Maximiliano, apretó su agarre sobre la muñeca del doncel, y solo fue capaz de notar que le hacía daño cuando el menor emitió un suave gemido, al instante le soltó arrepentido, pero Castiel no hizo nada, solo se quedó quieto observando su muñeca enrojecida.

—¿Querías ir con él? —Pregunto hacia el doncel. Castiel pego un brinco al notar que era el aludido de dicha pregunta, y negó con la cabeza, casi incapaz de articular palabra.

—Maximiliano es muy agradable, —admitió Castiel, recibiendo otro gruñido por respuesta. —Pero te estaba esperando a ti. —El mayor palideció ante esas palabras.

La sonrisa del rubio se amplió y con una pizca de malicia se acercó al doncel, quien como un gatito herido se alejó arrebujándose contra la pared.

—Mira nada más, —soltó el fotógrafo tomando la muñeca herida. —Eres una bestia Christopher, esto se pondrá morado mañana. —

—Te recuerdo que fuiste tú quien tiro de su brazo desde un principio. —Esta vez con un movimiento un poco más delicado quito a Castiel del camino y se interpuso entre el fotógrafo y su doncel.

—Solo quería ser amigable. Noté que todos en este lugar trataban a tu noviecito como si fuera un paria, yo nada más quise integrarlo un poco. —Se encogió de hombros. —A fin de cuentas, el pobrecillo estaba solo cuando yo lo encontré. —Y obviamente con ese comentario pico el punto más sensible del Owen. Si todo eso estaba saliendo así, era porque él había dejado a Castiel solo desde un principio.

El pelinegro chasqueo su lengua. Observo de soslayo a Castiel, quien nuevamente temblaba atemorizado, negó con la cabeza y asumió su propio error.

—No te le acerques, —sdvirtió amargo, antes de tomar a Castiel por los hombros y guiarle junto al bebé hacia una zona más calmada del hotel. –—Espérame aquí un segundo, —ordeno sin esperar respuesta del doncel, y en una fracción de tiempo, volvió con una tarjeta entre las manos. Luego todos abordaron el elevador.

Nadie dijo nada en los casi veinte pisos que tardaron. Al abrirse las puertas del ascensor, se encontraron con un pequeño pasillo y una única puerta. El mayor deslizo la tarjeta por una especie de cerradura y al ser reconocido el código abrió la puerta sin problemas. Solo realizo un gesto para que el doncel entrara con él.

Castiel no dijo nada al entrar en la habitación, sabía que Christopher estaba molesto, y tendría toda la razón de estarlo, después de todo era él quien había prometido estar acompañado toda la noche por alguien de la familia y había fallado en su promesa. Termino siendo jaloneado por un desconocido, y sin duda dieron un pequeño espectáculo allí abajo, que fue notado por varios de los presentes. Todos le habían observado con reprobación cuando Christopher le había hecho pasar a la recepción del hotel, luego de su pequeña rencilla con Maximiliano.

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