Capítulo 9: Primer año.

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Capítulo 9: Primer año.

Esa mañana fue simplemente maravillosa. Después de esos días de intenso trabajo, un fin de semana como ese era todo lo que necesitaba.

—Me quede dormido, —confeso con el rostro cansado, pero a la vez sonriente. —Yo también quería ser el primero en saludarle. —

—Serás el segundo, solo yo le he llenado de besos y mimos esta mañana, —explico Castiel.

El doncel se había despertado tempranísimo. Preparo el baño y luego despertó a su hijo, cubriendo al nene de amorosos besos, le llevo a la bañera, se entretuvo largo tiempo con su pequeño niño en el agua, al final vistió a su retoño para que quedara como todo un caballerito, y juntos fueron a despertar a papá.

—Ven aquí mi cielo. —Estiro sus manos desde la cama. Theo capto el mensaje sin demora, y corrió afirmado de Castiel hasta llegar al borde, lugar donde Christopher le alzo y cubrió de besos. — ¡Feliz cumpleaños! —Exclamo orgulloso. Su hijo estaba creciendo y era todo lo que podía pedir y mucho más.

—Papá, papá. —Soltaba entre risillas sueltas el bebé, pues los besos de su padre daban cosquillas.

—¿Papi te dejo listo para la fiesta? —Pregunto observando a su hijo vestido de maravilla.

—¡Papi! —Apunto el nene, y estiro sus manos para que Castiel le alzara en sus brazos.

—Sí, mi amor, papi te arreglo, ¿verdad? —Theo entendía en parte lo que su padre le decía, sin embargo, había amanecido un tanto quisquilloso, y en lugar de responder, simplemente se pegó al pecho de Castiel y abrazándose a su papi con ternura.

—Bueno, bueno. Aun debemos preparar algunas cosas. ¿Qué te parece si yo tomo un baño y me visto, luego bajamos todos a tomar el desayuno afuera? —Estaba refrescando un poco, sin embrago al doncel le gustó la idea, por lo que asintió sin pensarlo mucho.

Mientras Christopher tomaba una ducha, Castiel abrigo un poco más a su nene, él también se puso encima un chaleco de lana y bajo a la cocina para preparar las cosas de Theo.

—Quédate aquí. —Sentó a su bebé en la silla, asegurando de paso el cinturón de esta.

—¿Donde más podría ir? —Cuestiono Paola sin poder evitarlo. —Mi patrón sí que se ha buscado a un crio con pocos sesos, —agrego venenosa. Tono que a Theo no le gusto en lo absoluto y frunció el entrecejo con molestia.

Castiel no deseaba comenzar esa mañana tan linda peleando con su deslenguada cocinera, por lo que hizo oídos sordos al repudiable comentario, y continúo con lo suyo, luego de darle un beso en la frente a su hijo, para que relajara un poco su expresión.

Theo tomaba medio biberón de leche por las mañanas, sin embargo, eso no era suficiente para un buen desayuno, por lo que unos treinta minutos más tarde, Castiel siempre complementaba esa comida, con un poco de fruta picada, jugo natural y una que otra galleta.

Esa mañana eligió algunas manzanas que había cocido la noche anterior, de ese modo quedaban suaves y blandas, pues aunque Theo ya tuviese varios dientes, comer frutas tan consistentes le era un poco complicado, sobre todo a nivel intestinal, por supuesto su papi había investigado todo a profundidad y siempre cuidaba de ofrecerle lo mejor a su hijo, a veces las rallaba, otras las cocía, el resultado siempre era perfecto, pues Castiel nunca había perdido su toque en la cocina.

Corto la fruta en trozos pequeños y la dejo en un plato infantil sobre la mesa, abrió un nuevo paquete de Galletas y saco de este una porción generosa, las puso también sobre un planto, finalmente preparo una buena jarra de jugo de pera y lo puso en un vasito de bebé, el cual entrego inmediatamente a Theo, quien ya se estiraba para alcanzar las manzanas sobre la mesa.

Torre de MarfilWhere stories live. Discover now