Capítulo 39: Una historia.

4.1K 443 116
                                    


Capítulo 39: Una historia.

Los días siguientes fueron agradables y calmos, poco a poco lograban recuperar la cómoda rutina que significaba sus vidas. Christopher había decidido mudar su trabajo a casa, tenía suspendidas la mayoría de sus reuniones y aquellas que le significaban imprescindibles eran efectuadas de manera virtual, todo con el fin de alejarse lo menos posible de sus amados ojiazules.

—¿Deseas ayuda con eso? —A pesar de la presencia de Christopher en el hogar, Daniel aun no era destituido de su puesto como principal acompañante, al contrario, ahora pasaba mucho más tiempo junto a Castiel, preocupado a cada segundo de que todo estuviera bien y no le hiciese falta nada.

—Puedo con esto Daniel, —Dirigió una dulce sonrisa a su amigo, mientras seguía doblando diminutas ropas en la blanca cajonera que acababa de llegar hace un par de días. Esa era su nueva actividad favorita, lentamente estaba arreglando todo para la llegada de su anhelado bebé, a quien aprecia agradarle la idea pues cada día estaba más inquieto.

Daniel asintió con calma y acerco la mecedora a Castiel, a penas el día anterior le habían dado permiso para moverse, y ya estaba de aquí para allá, moviendo cosas, ordenando y limpiando.

—No te sobre esfuerces, recuerda lo que dijo el médico. —"Toma las cosas con calma".

—Si, si, no hay problema. —Volvió a sonreír de forma mas convincente. Tener a todo el mundo encima de él no era fácil, mas aun considerando que había pasado tanto tiempo tendido en una cama, ahora que tenia libertad deseaba moverse y hacer deberes, lo ultimo en su lista era descansar, aunque no era menos importante.

El cocinero soltó un suave suspiro, al fin y al cabo, no había manera de contradecir al terco de su amigo, solo quedaba confiar en que Castiel conocía sus límites, que descansaría cuando fuera necesario y pediría ayuda cuando realmente la requiriera. Justamente ese ese era el problema, confiar en Castiel significaba un verdadero incordio, el doncel tenía fama de autodestructivo y todos en la casa se preocupaban por el mismo motivo.

Sus ojos azules siguieron la silueta de su amigo hasta que atravesó el umbral y desapareció tras el mismo, imito su ultima acción, un suspiro cansado, y es que para él también significaba agotador tener a su pareja, amigo, hermano y eventualmente cuñados, cada segundo del día vigilándose, comprendía la preocupación de todos, y por el mismo motivo evitaba hacer un escandalo y enviar a todos al mismísimo infierno.

—Papi esta cuidando bien de ti, ¿verdad? —Acaricio su vientre mientras formulaba la pregunta. —Todos deberían relajarse un poco. —Y por la patadita que recibió supo que su bebé estaba de acuerdo.

Retrocedió un par de pasos hasta alcanzar su silla mecedora y tomar asiento sobre ella. Estaba aprendiendo a ceder y eso también le significaba cierto agotamiento. Pronto sería el cumpleaños de Theo, decidieron celebrarlo en familia al igual que el año anterior, y eso era todo, Christopher apenas le había preguntado por el sabor del pastel, sabia que Clarissa y Giulian estaban a cargo de la decoración, Daniel haría algunos bocadillos y otros los comprarían hechos, él solo debía cooperar con su presencia. Eso también le parecía estresante, "te gusta tener el control", le había dicho Clarissa, al principio negó, pensando que era un exageración de parte de su cuñada, pero a medida que pasaban los días y reflexionaba sobre el asunto se daba cuenta de la realidad. Si, le gusta mucho tener el control.

—¡Papi! —Aquel llamado le saco de su meditación.

—¡Voy enseguida! —Se levanto de la mecedora con tranquilidad y tras dar unos pasos se encontró con los atentos ojos de su retoño, esperaba erguido en su cuna con las pequeñas manitos en el borde de madera, esperando ansioso la llegada de su papi. —¿Vamos a la habitación de papi? ¿Quieres ver una película conmigo? —

Torre de MarfilWhere stories live. Discover now