Capítulo 8: Primeros pasos.

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Capítulo 8: Primeros pasos.

El amanecer de ese día fue precioso. Justo lo que necesitaban para limar todas las asperezas de la noche anterior. Los rayos de sol se habían colado entre el blanco visillo y el primero en despertar fue Theo. El nene revoloteaba contento por haber despertado entre sus padres, balbuceaba agitando sus brazos y piernas, consiguiendo en poco tiempo despertar a sus padres.

—Mi cielo, has despertado muy animado hoy, —comento Castiel agarrándole las manitos a su hijo.

Christopher aún estaba medio dormido, pero disfrutaba la escena desde su lugar en la cama. Con un ojo abierto y el otro cerrado.

—Anda a despertar a papá, —dijo el doncel, colocando al bebé en el pecho de su padre.

Theo tardo solo unos segundos en comenzar a mover sus manitas por el rostro de papá, primero tocando sus labios, al final picándole los ojos.

—Mamamamamamama. —Soltó de pronto moviendo su boquita, logrando sacar tiernos sonidos agudos.

Método perfecto para levantar a Christopher, quien abrió sus ojos, primero observando al bebé, luego a Castiel, con una clara mirada de: "¿Has oído lo mismo que yo?"

Por supuesto esas no eran las primeras "palabras" de Theo, desde mucho antes el bebé tenía sus balbuceos vagos, incluso llegando a soltar repetidas veces "Ta". Sin embargo, esta era la primera vez que le oían tan fuerte y claro.

—Papá Theo, yo soy papá, —indico Christopher, expectante de que su hijo volviera a hacer su gracia. Lamentablemente el nene solo le observo atento y desvió su mirada una vez comprendió que su padre no tenía nada más para decir. Decepcionado Christopher dejo caer su cabeza en la almohada.

Claro para ellos el que Theo llamase a mamá no significaba mucho, pocas veces en realidad Castiel era denominado como su madre, a pesar de que el bebé hubiese sido gestado en su vientre. Y la gran mayoría de las veces, principalmente en la familia, Castiel era denominado como su "papi", mientras de que Christopher era "papá" a secas.

Theo ignoro la expectación de sus padres, con un movimiento arriesgado giro el cuerpo y se dejó caer del pecho de su padre, aterrizando en el mullido colchón, una vez pasado el impacto comenzó su siguiente travesía, se impulsaba como podía con sus manitas hasta llegar a estampar su rostro en el costado de Castiel, justo a la altura de su pecho.

—Debe tener hambre, —comento Chris. Castiel asintió algo risueño, pues le causaba gracia como si hijo tenía un sensor para saber dónde se encontraba el alimento.

—Voy a amamantarlo un rato, hazle un biberón por mientras, —solicito el doncel, descubriéndose un poco.

Christopher como buen marido, siguió la orden de inmediato. Se levantó de la cama y puso algo de agua a hervir, limpio el biberón y preparo una nueva porción de formula. A estas alturas Castiel ya no producía tanta leche como en los primeros meses, y Theo tampoco comía como un recién nacido, por lo tanto, siempre debían satisfacer al nene con fórmulas, o los colados que Castiel preparaba laboriosamente para el bebé.

En esa mañana Theo había sido el primero en alimentarse, pero no el único, sus dos padres también necesitaban algo, sin contar a su tío y a la novia de este. Jóvenes a los cuales Chris debía liberar dentro de poco, después de todo, eso de obligarlos a dormir en cuartos separados nunca fue una broma.

—Tomare una ducha, —anuncio Chris, Castiel terminaba de cambiar los pañales a su hijo.

En unos veinte minutos, la feliz familia estuvo lista para bajar. Lo primero que hicieron fue liberar a los jóvenes. Más tarde bajaron todos a tomar el desayuno en el jardín, pues hacia un buen día para eso.

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