Capítulo 22: ¿Maquinaciones?

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Capítulo 22: ¿Maquinaciones?

"Todo ocurrió en cámara lenta, pero Castiel cayó al piso lo suficientemente rápido, como para que nadie le pudiese agarrar."

El mundo se detuvo en el preciso momento en que sus ojos vieron a Castiel tocar el suelo. Anonadado observo a su alrededor, comprendiendo que todos estaban tan impávidos como él. Sus pasos rígidos se aproximaron al cuerpo inerte de su pareja, sin embargo, fue incapaz de tocar siquiera alguno de sus colorados risos.

—Chris, —llamo su hermana, tomándole de los hombros. Levanto su mirada, descubriendo los ojos aterrados de su hijo, y a un Daniel totalmente nervioso. Solo basto un segundo para hacerlo estallar.

Presiono sus puños temblorosos y se levantó notablemente alterado. Giro rápido sobre sus talones y apretó su mandíbula de pura rabia, sus ojos verdes enfocaron la figura femenina, y aquello basto para hacerle enfurecer. Estaba dispuesto a echar a la mujer a gritos y patadas, pero se detuvo al encontrase unos ojitos almendrados y temerosos. La pequeña niña se escondía tras las piernas de su madre.

—Vete, —soltó en tono severo, mas no elevo la voz. Apunto con su dedo índice, hacia una salida que la mujer ya conocía de sobra.

—Chris, esto no es un juego. Necesito hablar contigo, —expuso la castaña.

—¡Esto tampoco es un juego! —Exclamo un poco más alterado, obligándose a tomar aire y recuperar la compostura. —Escúchame Catalina, has llegado sin aviso y has importunado a mi familia. Si tienes algún tema a tratar seguro es conmigo, aquello no implica a mi esposo, —recalco. —Ni a ningún otro integrante de mi familia. —

—Estoy aquí para hablar contigo, —interrumpió ella.

—Esta es mi casa, aquí no atiendo a nadie que no pertenezca a mis amigos o familia. Organiza una cita con mi secretaria, o abogado, —soltó seco.

—Ella es tu hija, parte de tu familia, —contraataco la mujer.

—No será nada mío hasta que un examen de ADN demuestre lo contrario, —externo finalmente. Y le dio la espalda, dispuesto a no girar más. —Clarissa, llama a los guardias, que acompañen a Catalina y a su hija a la salida por favor. —

Su hermana sonrió gustosa. Después de haber oído toda esa discusión, no podía esperara más a ser ella misma quien echara a la mujerzuela, sin embargo, no quiso gastar tiempo y esfuerzo en alguien que no valía la pena, y tal como le había pedido su hermano, llamo a los guardias y les encargo sacar a la mujer en la brevedad.

Mucho más decidido esta vez, Christopher se acercó a su pareja, puso las manos sobre el menudo cuerpo del doncel y le giro lentamente hasta dejarlo boca arriba. La mueca angustiada no se hizo esperar, al descubrir cómo la zona derecha de su rostro y codo lucía un horrible raspón.

—Deberíamos llevarlo arriba, —propuso Daniel, un poco más calmado. —Está respirando bien. Quizás si huele un poco de alcohol despierta, —intento animar. Sin embargo, el ambiente tenso seguía siendo palpable.

En ese preciso momento, a sus espaldas se llevaban a Catalina. La morena había decidido no hacer una escena, más si había soltado algunas palabras venenosas antes de marcharse.

—Hagámosle caso a Daniel, —susurro su hermana con mucho tacto. —Veamos si podemos recuperarle aquí en casa y luego llamamos a algún doctor, ¿sí? —Sus palmas se posaron sobre los hombros de su hermano intentando hacerle reaccionar de alguna forma. La única respuesta que obtuvo fue un asentimiento de parte de Chris, quien con cuidado intentaba levantar a Castiel entre sus brazos.

Delicado como si estuviese hecho de Cristal. Sus brazos se cernieron sobre el cuerpo laxo, y presiono un poco contra su pecho en busca de darle cobijo y protección. Subió las escaleras y deposito a Castiel sobre la cama, para ese momento, Clarissa ya volvía con un algodón empapado en Alcohol.

Torre de MarfilWhere stories live. Discover now