Capítulo 34: Un pilar fundamental.

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Capítulo 34: Un pilar fundamental.

Con el paso de los días, la visita inesperada de la madre de Christopher había pasado a segundo plano después de que el miembro más pequeño de casa Owen enfermera sin previo aviso.

Theodore era especialmente difícil de tratar cuando este pasaba por un mal momento. En sus, ya casi, dos años, eran pocas las veces en las que el pequeño había enfermado, pero sin excepciones en cada una de esas oportunidades él se aferraba únicamente a Castiel, no dejando que el resto de la familia se encargada de él.

—¿Tu madre vendrá hoy a comer? —Repitió Castiel, luego de que su pareja anunciara una nueva visita de su suegra.

—Clarissa ha organizado todo, solo me pidió la casa porque es más grande, pero tú no tienes que preocuparte de nada, ¿entendido? —Castiel asintió con una mueca poco convencida.

Y es que sin duda le molestaba el hecho de que su suegra se encontrara de visita y él no pudiese hacer nada por recibirla como corresponde. Por supuesto sabía que tenía cosas más importantes que atender, como la salud de su hijo, y por ese simple motivo es que no insistía mucho más con el tema.

A Christopher no le agradaba particularmente la idea de recibir a su familia completa en domingo, su único día libre, tiempo que él prefería utilizar personalmente con su pequeña familia. Sin embargo, sabía que su madre quería conocer a sus nietos, además era incapaz de truncar los esfuerzos de su hermana para unir a la familia.

Suspiro apesadumbrado, sus pasos tomaron un rumbo lento y silencioso a la habitación de su hijo, desde la puerta observo al pequeño nene durmiendo en medio de la cama, con sus mejillitas sonrojadas y respiración irregular. El medico les había dicho que era un resfriado, prescribió los medicamentos necesarios. Y allí estaban tratando de controlar la situación.

—¿Sigue durmiendo? —Consultó Castiel sentado en el borde de su cama. Christopher asintió, y junto un poco la puerta para no despertar a su hijo. Ninguno de ellos había pasado una buena noche.

El timbre de la casa sonó, alertando la llegada de los visitantes. Para cuando Christopher se asomó en la escalera, su hermana ya estaba dentro de la casa, y tras de ella venia caminando su madre.

—Hola, Chris. —

—Hola. —Educado bajo los escalones para saludar a ambas mujeres.

Clarissa observo más de cerca el rostro agotado de su hermano, frunció un poco el ceño y le acaricio una mejilla, aprovechando también para pellizcar la misma.

—No deberías trabajar tanto en fin de semana. Te vez cansado, —replicó la pelinegra. Christopher negó con la cabeza.

—Theo se resfrió bastante feo. Tuvimos que ir por la noche a la clínica, ya que le subió la fiebre, y Castiel estaba preocupado. No dormimos muy bien después de eso. —El rostro de su hermana gesticulo compungido, observo a sus espaldas a su madre, y luego volvió la vista a Christopher, quien aprovechó la oportunidad para continuar. —Yo sé que ya teníamos acordado el almuerzo de hoy, y no es por ser aguafiestas, pero ¿podrían evitar hacer ruido? Quiero acostar a Castiel también. —

Tanto su madre como su hermana comprendieron la situación, y asintieron con tranquilidad.

—La comida esta encargada, así que no utilizaremos mucho la cocina, el resto podría prepararlo en el jardín, para no molestar a Castiel por supuesto. —

—No hace falta. Nuestra habitación está alejada del comedor principal, si quieres utilizarlo no tengo problemas con eso. Y de todos modos dudo que Castiel no baje a comer. Es solo que aún faltan unas horas para el almuerzo y quiero que duerma al menos ese poco de tiempo. Ya sabes, él también debe cuidar su embarazo. —Clarissa asintió comprensiva, y luego sonrió para darle un poco de apoyo a su hermano.

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