Capítulo 23: Nuevos rumbos.

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Capítulo 23: Nuevos rumbos.

Castiel despertó pasadas las cuatro de la tarde. Una siesta reponedora que soluciono varios de sus problemas, aunque tristemente no todos.

Con seguridad, no identificaba a Catalina como una amenaza. Castiel podría ser la persona más insegura que pisara el universo, y probablemente podría sentirse amenazado por la mitad del planeta, sin embargo, Catalina no encajaba en esa mitad. Si había algo de lo que Castiel estaba completamente seguro, es que Catalina no le llegaba siquiera a los talones. Ella podía ser una mujer despampanante, tenía curvas, cabello, rasgos con los que Castiel simplemente no se podría comprar, pero ella estaba podrida por dentro, la manzana puede ser bella, pero nadie la come si no sabe bien.

El problema era otro, el problema era que una pequeña inocente estaba en medio de un lio horroroso, el problema es que Castiel es demasiado bondadoso como para alejar a esa pequeña inocente de su "padre", y el problema es que si era niña se acercaba a Christopher, no habría forma, nunca, de quitarse a Catalina de encima. Él no quería a esa mujer tan malvada cerca de su familia.

—Ya has despertado. —La voz suave de su amado le saco de todas sus cavilaciones. Castiel elevo la vista encontrándose con los ojos verdes que tanto adoraba, y soltó una sonrisa sin muchos ánimos, solo para calmar a Chris.

—Hace un momento. Ya estoy mucho mejor, —externo, para luego contemplar como su pareja soltaba un suspiro aliviado.

Chris tomo lugar al borde de la cama, puso su palma sobre la pequeña curvatura y recorrió con silenciosas caricias el delicado lugar.

—Me gustaría haber sentido como se movió, —confeso sincero. Su lejanía con Castiel durante el embarazo de Theo, le había obligado a perderse de muchos momentos, todas eran cosas que el mismo Christopher pretendía revertir con su segundo hijo. Quería estar en cada patadita, en cada sesión con el médico, quería estar cada vez que Castiel sintiera mareos, o antojos, quería simplemente estar con su doncel en toda la experiencia, acompañarlo como pareja y padre de la hermosa criatura.

—Fue solo un cosquilleo. Antes también paso, con Theo ya cuando se volvió más grandecito sus patadas y movimientos se fueron notando, al final ya solo quería que saliera. Tan tranquilito que es ahora, cuando estuve embarazado de él apenas me dejaba dormir, pateaba muy fuerte, —se quejó el doncel con ilusión, recordaba esos tiempos con mucho cariño. Él pensaba que esa sería su única oportunidad de disfrutar junto al nene, por lo que había guardado cada momento de aquel embarazo con especial aprecio.

—¿Estás preparado para vivir esto de nuevo? —Consulto Christopher, acariciando la mano del doncel.

—Claro que sí. Aunque es muy contradictorio, quiero que el tiempo pase rápido, agarrarle las manitos, vestirlo, besar su carita. Todo eso me tiene muy impaciente, pero a la vez quiero que todo sea muy lento, ya me robaron cuatro meses en los que no supe que él estaba aquí, entonces pienso que quiero que sea eterno, que demore mucho, para disfrutar cada pedacito de su crecimiento. —

El pelinegro se quedó pasmado. Aun ahora, con más de un año y medio de relación, no dejaba de sorprenderse por lo maravilloso que es Castiel ¿Cómo pudo haber sido tan imbécil, durante tanto tiempo? Probablemente nunca dejaría de recriminarse su absurda terquedad, pero al menos eso ya era pasado, y el presente es este: uno en el que Castiel es su amada pareja, y nada lo puede cambiar, ni un hijo doncel, ni una niña de otra mujer, ni una maldita con terribles intenciones. Nada podría cambiar el amor y admiración que sentía por su doncel.

—Sabes que te amo, ¿cierto? —Pregunto besando la mejilla del menor.

—Claro que lo sé tonto, —respondió avergonzado ¿Quién diría que Christopher podría llegar a ser tan "bobo enamorado"?

Torre de MarfilWhere stories live. Discover now