Torre de Marfil

Capítulo 37: No hay lugar, como el hogar.

Capítulo 37: No hay lugar, como el hogar.

Aquel martes amaneció como un día cualquiera, o al menos así seria para muchos, sin embargo, no para Christopher, quien abrió sus ojos más temprano que cualquier otro día, apenas salía el sol, cuando el ya había tomado su desayuno y llevaba un biberón tibio a su pequeña adoración. Theodore le observaba con sus grandes y brillantes ojos, tenía la respiración alterada por la congestión, sus labios estaban resecos y parecía decaído, esa imagen le partía el alma, se consolaba pensando que el niño había pasado buena noche, durmió sin interrupciones y no tenia fiebre desde el día anterior, al menos eso era un bálsamo para todo su sufrimiento.

—Se que no tienes mucho apetito, pero al menos bebe un poco, debes estar fuerte para ir a ver a papi. —Esas palabras fueron como aliento para el nene. Realmente no tenia ganas de comer, algo raro pasaba con su cuerpo y dolía cada pequeño sorbo, sin embargo, recordó el día anterior, como había llorado sin querer su leche, después de eso papi no estaba, no lo volvió a ver.

Con pocos ánimos recibió el biberón entre sus labios, trago un poco haciendo muecas y apretando los ojos. Creía que si bebía toda su leche papi volvería con él, y a pesar de no querer hacerlo, bebió hasta la ultima gota. Pero eso no fue todo, apenas hubo terminado, su padre acerco a él ese liquido rosado y espeso que detestaba. Riño un poco en protesta, apretando los labios y desviando el rostro. Christopher insistió con paciencia, tenia miedo de que Theo volviera a vomitarlo todo.

—Por favor hijo, esto te hará bien, debes tomarlo, —externó con toda calma. Theo levanto sus grandes ojos azules observando la expresión suplicante de su padre. —Por favor, —repitió Christopher acercando la jeringuilla y el niño aceptó, dio un largo y sufrido trago, realmente no le gustaban sus medicamentos. Christopher lleno dos jeringuillas mas con los medicamentos nuevos que le había recetado el medico el día anterior. Theo los recibió de igual manera.

—Buenos días. —Daniel apenas despertaba, la noche anterior había llegado a la casa para ayudar a Christopher si era necesario, para suerte de ambos, todo resulto mucho mejor a lo esperado. —¿Ya han tomado desayuno? —

—Si, y los medicamentos también, yo me vestiré ahora quiero dejar a Theo en cama un rato más, aún está demasiado helado, más tarde lo vestiré a él e iremos a la clínica. Le he hablado a Giulian hace un rato, dijo que Castiel no ha despertado aun, y eso me tiene tranquilo, —soltó con tono calmo.

—Que bien, iré a buscar algo de comer y vuelvo, así tu puedes vestirte tranquilo ¿Quieres que vea a Theo? —Christopher negó.

—No hace falta, se ha portado bien, y prefiero que se quede en la cama, además, no lo parece, pero esta muy apegado a mí, creo que piensa que me iré igual que Castiel, —externo apenado. A pesar de todos sus esfuerzos por explicarle a su pequeño hijo que no era su culpa que papi no estuviera en casa, Theo no alcanzaba a comprender los verdaderos motivos de la ausencia de Castiel.

—Pobrecito. —Los acaramelados ojos de Daniel se posaron sobre la figura del nene, Theo estaba bajo las sabanas, apenas sobresalía su rostro y una pequeña manita que tenía fuertemente aferrada a la palma de su papá. Permanecía con los ojos cerrados, pero Daniel sabía que estaba despierto.

Daniel se marchó sintiendo el corazón estrujado, si fuera por él se echaría en la cama a llenar de besos el pequeño rostro de Theo, pero en el fondo sabia que aquello no lograría calmar nada para el bebé, solo la presencia de Castiel podría lograr alegrar a Theo, pero para eso debían apresurarse.

Las preparaciones fueron rápidas y para cuando estaban en el auto camino a la clínica, Giulian aun no anunciaba el despertar de Castiel. Era temprano, pero esa clínica no tenia horario de visitas nada mas que para el área de paciente crítico, por suerte Castiel no estaba allí, así que sus familiares podían acompañarle en cualquier momento del día.