Las desventajas de ser la mano derecha de Rick Grimes {parte dos}

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Vivir en el Santuario era una experiencia total y completamente nueva. Ni siquiera en Woodbury con el gobernador como líder habías presenciado las condiciones de vida que tenían los salvadores. La forma en la que todos de arrodillaban constantemente frente a Negan, el sistema de organización por el cual los trabajadores debían esforzarse para poder comer, el miedo que muchos parecían tenerle a su líder y los drásticos castigos a los que eran sometidos quienes rompían las reglas eran todas cosas nuevas para ti.

En Alexandria nunca dejarían a alguien sin comer solo porque no trabajó lo suficiente. Tampoco serían capaces de quemar el rostro a alguien por no obedecer una orden. No eran santos ni mucho menos, pero solían ser mucho más amables entre los suyos. Negan no parecía ver gente cuando miraba a sus salvadores, sino recursos. Medios para obtener un fin: la supervivencia.

Antes solías odiar a todos los salvadores por igual, pero ahora no estabas tan convencida de aquello. Muchas de las personas que estaban allí probablemente no sabían lo que estaba pasando afuera. E incluso si lo hacían, no estaban en una posición que les permitiera opinar y ser escuchados. Además, mucha de aquella gente probablemente no tuvo otra opción que unirse a ellos. La forma de liderar de Negan no era la mejor, pero era la única que conocían.

Negan te mantenía todo el tiempo a su lado, asegurándose de explicarte cada pequeño detalle que hacía que su sistema funcionara. Entendiste la lógica con la que se manejaban bastante rápido, y usaste eso a tu favor para ganarte su confianza. Él te sometía constantemente a pequeñas pruebas para poder observar tu reacción y ver hasta donde eras capaz de aguantar. Estabas en desacuerdo con la mitad de las cosas que veías, pero eras buena escondiéndolo.

Estuviste al lado de Negan mientras daba una especie de discurso frente a todos los salvadores, observaste como todos se arrodillaban ante su presencia y, aunque aquello te parecía extremadamente extraño, no dijiste nada. Te hizo ver cómo castigaba a un hombre por haber incumplido una regla, y por más de que aquello te parecía horrible, le hablaste de lo importante que eran las reglas para la supervivencia y de cómo infringirlas debería tener una consecuencia negativa para que la gente aprendiera a no poner a todos en riesgo.

Negan no confiaba del todo en ti, pero aquello cambió luego de haberte llevado a ver a Daryl mientras trabajaba encerrado con los caminantes. Esperaba encontrar alguna clase de reacción en tu comportamiento que justificara su desconfianza hacia ti, pero se sorprendió al no ver en ti ninguna actitud sospechosa. Simplemente te habías parado allí, observando la situación con indiferencia antes de preguntarle qué demonios estaban haciendo allí. Entonces Negan comenzó a pensar que tal vez realmente estabas dispuesta a ayudarlo a controlar a Rick y los demás en Alexandria.

En realidad ver a Daryl en aquella situación y actuar como si no te importara te había resultado bastante difícil, especialmente luego de notar la preocupación en su rostro al verte allí. Querías correr a decirle que estabas bien y que encontrarías una forma de sacarlo de ahí, pero no podías, no sin arruinar todos tus planes. Tenías que ser fuerte, solo así podrías ayudarlo. Solo así podrías ayudar a todos en tu hogar.

—Verás, a tu amigo Daryl no parece gustarle la forma en la que manejo las cosas aquí. Es un ingrato que no valora mi generosidad. Después de todo, ustedes mataron a todos mis hombres en ese puesto de vigilancia y aun así los deje vivir. Bueno, a la mayoría de ustedes —dijo Negan con una pequeña sonrisa en el rostro, como si disfrutara del recuerdo de aquel día en el bosque donde dos de tus amigos habían muerto en sus manos.

Te miraba con ojos penetrantes, estudiando cada una de tus reacciones por lo que debías ser cuidadosa hasta con la forma en la que te parabas para evitar enviarle un mensaje erróneo.

—Daryl, él cree que es fuerte —continuó en un tono intimidante—. Pronto se dará cuenta de lo equivocado que está. Entonces, ¿qué harás tu, princesa?

TWD: Carl Grimes One ShotsWhere stories live. Discover now