C A P I T U L O 2

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C A P I T U L O 2

El frío y el espirito navideños empezaba a inundar las calles de Madrid, el Madrid que tanto quería pero que tanto odiaba en estas fechas cuando sus calles se llenaban de compradores compulsivos para encontrar el mejor regalo para sus familiares en estas fechas tan señalas. Regalo que el mejor de los casos será usado un par de veces antes de que su dueño se olvide de él por haber conseguido algo mejor o algo nuevo en lo que fijar sus intereses.

Las llamadas de mi madre empezaban a ser insistentes, a deshoras y permanentes. "Cuando vienes, cuanto tiempo te vas a quedar o que quieres para comer" eran las preguntas con la que iniciaba sus conversaciones, ¿mis respuestas? No lo sé mamá y me da igual sabes que todo lo que hagas me gusta. Al final resultaban incomodas pero el fondo la entendía, después de todo solo quería pasar las fiestas con su hijo. Acurrucarlo en su regazo o simplemente obsérvale sin que este se diera cuenta.

- El último concierto de este año es el 23 en Donosti, podrás pasar las fiestas en tu casa - me recordó Mikel. - seguro que tu madre estará contenta ¿ya se lo has dicho? - negué con la cabeza - ¿Por qué vas a pasarlas en casa no?

- Una parte de mi quiere correr a mi casa pero otra... en estos días creo que la echo más de menos que nunca.

- ¡Luis tío! Espabila. Es lo que decidiste, seguro que ella también tiene planes con su familia.

- Seguro. Creo que será mejor que llame a mi madre y le dé la buena noticia.

- ¿Va a estar María? - preguntó de nuevo mientras yo miraba con detenimiento las ultimas interacciones de mi teléfono móvil

- Llega el 22, espero que al menos se quede hasta Año Nuevo. - el teléfono sonó en mis manos - Me está llamando Noemí - le hice saber a Mikel.

- Pues cógelo - resopló- a veces parece que estés en babia.

- ¿Noe? - respondí dubitativo - ¿Cuándo? Pues claro, me encantaría. No, tranquila para ese día no tengo nada. ¿En qué consistiría? Ah pues perfecto. ¿Se puede elegir? - sonreí - Está bien lo que tu mandes. ¿Puedo solo pedirte una cosa? Ya sabes lo que no quiero. Esa no - le pedí - sabes que no podría hacerlo.

- ¿Y bien?

- Van a hacer una gala especial con los concursantes de este año y quería saber si querría ir a cantar con alguno de ellos.

- ¡Eso está muy bien! ¿Le habrás dicho que sí, no? - afirmé.

- Solo si no tengo que cantar no puedo vivir sin ti. No podría hacerlo con alguien que no sea ella, lo sabes.

- Es solo una canción.

- No es solo una canción. Vosotros no lo entendéis.

- ¿Sabes que la tendrás que cantar en el concierto de despedida, no?

- Eso ya lo veremos - le hice saber.

Hacía un año que no pisaba esa Academia y en poco más de un mes era la segunda vez que iba a entrar allí. Esta vez para preparar una gala especial, algo que se iba a grabar después de unos días de ensayos. Al parecer, según me habían contado, íbamos a participar todos los de mi generación pero mi interior esperaba no tener que coincidir mucho con una chica delgaducha, menuda y con flequillo. Mientras la distancia reinara entre nosotros todo iba a salir bien así lo habíamos decidido y no estaba dispuesto a saltarme la norma por nada del mundo.

· somos lo que soñamos ser ·Where stories live. Discover now