Capitulo 35-Recuerdos.

1.4K 63 15
                                    

-Buenos días mi pingüinita.

Abro los ojos y veo a Marco mirándome sonriendo y sin camiseta. A parte que suele dormir sin camiseta, ayer tuvimos 'fiesta de reencuentro'.

Os hago un resumen de lo que pasó ayer: nos dimos unos cuantos besos en la puerta de la casa, metimos mis cosas y las dejamos en la entrada, nos volvimos a dar otros cuantos besos, cenamos algo viendo una película aburrida, empezamos a besarnos apasionadamente y acabamos pin pan aquí en su cama.

Me estiro y me muevo para abrazar a Marco, que rápidamente sus brazos me rodean y me da un beso.

-Hola guapo.

-Hola guapa-dice sonriendo-¿Cómo has dormido?

-Estupendamente-contesto sonriendo y le doy un beso-Creo que este ha sido mi despertar favorito de mi vida.

-¿Más que el día de reyes?

-Mucho más.

Nos quedamos en la cama dándonos unos cuantos besos y luego nos levantamos para ir a desayunar a la cocina. Me he puesto una camiseta suya, mis pijamas están guardados en las maletas y para que mentirnos, prefiero sus camisetas antes que mis pijamas.
Ayer no saqué nada ni organicé mis cosas, con lo que hoy me toca ponerme manos a la obra.

Marco saca dos zumos y pone las tostadas en el tostador, se apoya en la encimera y cruza sus brazos esperando a que salten las tostadas. Es que incluso con la cara de zombie que tiene y el pelo despeinado, está buenísimo. Antes de bajar se ha puesto una sudadera vieja que tiene para estar por casa, es que le queda todo bien.

-¿Que me miras tanto?-pregunta riendo y saca las tostadas.

-Estás buenísimo.

-Eso ya lo sé.

Ruedo los ojos y pone las tostadas delante mía. Y como aquel día, nos sentamos juntos a desayunar mientras hablamos de su enorme ego y de que yo soy la culpable de que lo tenga tan grande porque le recuerdo siempre lo bueno que está. En fin...un poco de razón le tengo que dar.

-¿Que vamos a hacer hoy?

-Tengo entrenamiento en dos horas, ¿Hoy trabajas?

-Creo que si-respondo mirando a la nada y Marco se ríe-Oye, no te rías de mí, estoy medio dormida aún.

-Perdón, pero es que no puedo con tu pasotismo, ¿Comemos juntos?

-Espera espera, hoy no trabajo porque tengo que organizar todas mis cosas.

-Bueno vale, ¿Entonces comemos juntos no?

-¿Tienes sitio en tu armario para mi ropa? Te aviso que tengo bastante.

-¿Me estás escuchando?-pregunta riendo y le doy un beso en la mejilla-Eso es un no.

-Si, que entrenas en dos horas, ¿Pero tienes sitio en el armario?

Marco rueda los ojos y me mira mal. Sonrío como una niña pequeña que nunca ha roto un plato y suelta una carcajada. Lo quiero tanto...

Terminamos de desayunar y Marco va a prepararse mientras me va contando donde puedo poner mis cosas.
En su armario tengo poco sitio, así que me concede el privilegio de coger el armario de la habitación de invitados solo para mí, en el suyo pondré mis pijamas y ropa así de estar por casa y en el otro toda la demás, básicamente porque de lo primero tengo poquito.

-Por lo demás, puedes poner por donde te de la gana, a partir de ya esta es tu casa.

-Dirás mejor nuestra casa.
Sonríe y me da un beso en los labios.

Es parte de mi vida. Marco Asensio.Where stories live. Discover now