Capitulo 55-¿Raro?.

1.3K 69 5
                                    

Seis meses más tarde...

Un llanto me despierta en mitad de la noche, es Tania. A la pobre le están saliendo los primeros dientes de leches y lo está pasando regular.
Me levanto de la cama y veo como Marco se mueve y se levanta para ver qué voy a hacer.

-¿Que haces?-pregunta con voz ronca y bostezando-Me tocaba a mi, tú te levantaste ayer.

-Déjalo Marco, has tenido partido hoy y estás reventado -respondo cogiendo a Tania en brazos y meciendola-No para, me voy abajo y te dejo dormir.

Salgo de la habitación y bajo al salón a darme unos paseítos por la planta baja de la casa intentando que la alegría de esta casa se duerma.
En este tiempo no ha pasado gran cosa, Tania nació y estamos todos babeando por ella. Tiene los ojos oscuros como Marco y el pelo castaño como yo. En los rasgos físicos de la cara es igual al padre.

Marco desde que nació la chiquitina anda un poco raro. Está como más protector y si discutimos por algo siempre acaba dándome la razón. Hay veces que incluso le llevo la contraria en alguna tontería y me da la razón a mi. Es que no lo entiendo la verdad.

Me siento en el sofá y empiezo a hacerle mimos a Tania para ver si se relaja y si se intenta dormir. Se ha convertido en lo que más quiero en mi vida, daría mi vida por ella.

La acurruco en mis brazos y poco a poco, las dos nos quedamos dormidas...

______

-¡Mierda!

Un ruido de un cristal rompiéndose hace que abra los ojos de golpe.
Estoy en el salón con Tania en brazos, pero a diferencia de ayer tengo una manta por encima tapandonos a las dos.

Me levanto y sin despertarla, la dejo en una cunita que tenemos en el salón. Tenemos una aquí en el piso de arriba y otra en nuestra habitación.
Voy a la cocina y veo a Marco en pijama barriendo unos cristales del suelo. Un vaso, ya no sé cuántos vasos se han roto desde hace dos semanas.

-¿Otra vez se te ha resbalado?-pregunto entrando mirando al suelo con cuidado de no pisar ninguno-Menos mal que no eres portero, ¿Te pasa algo?

-No, ¿Por qué dices eso?-pregunta nervioso limpiando los cristales.

-Llevas dos semanas rompiendo vasos, ¿Estás bien? Si quieres o necesitas hablar de algo sabes que no hay problema.

-No es nada, es solo que últimamente Solari nos presiona mucho en los entrenamientos y luego en los partidos no se ven los resultados esperados.

Deja la escoba y le doy un abrazo agarrándome a su cuello. La verdad es que tiene razón, no están muy bien últimamente, han perdido los últimos partidos en el Bernabéu y la afición empieza a señalar acusados, entre ellos Solari, Florentino y algunos jugadores como Marco.

Pasa sus brazos por mi cintura pegandome más a él.
También hay que reconocer que llevamos unos cuantos días un poco distantes, entre que él está entrenando y yo trabajando en el bar y cuidando de Tania, apenas pasamos tiempo juntos.

-Últimamente no hacemos nada juntos-digo acariciándole la nuca-¿Por qué no nos dedicamos un día solo para nosotros dos? Le pedimos a Igor que cuide de Tania y listo.

-Se podría hacer...Pero es que ando muy liado con los entrenamientos y con reuniones.

Me separo de él y voy a por un vaso para echarme el zumo.
-¿Sigues con esas reuniones? ¿No tienes a Horacio para que asista por ti?

-Es que son tan importantes que tengo que ir yo personalmente.

-Bueno vale...-contesto cabizbaja y me siento en un taburete a desayunar.

-Me tengo que ir a entrenar, nos vemos luego.

-Está bien...

Me da un beso en la mejilla y se va al piso de arriba para prepararse.

¿No está muy raro? ¿O son imaginaciones mías?

Es que lo noto distante y como si me estuviera ocultando algo...yo que sé. ¿Y si la culpa es mía? ¿Y si estoy haciendo algo mal y no me estoy dando cuenta de ello? Es que no lo entiendo de verdad, parece que vivo con una persona que conozco de dos meses.

Termino de desayunar y limpio todo, soy una maniática del orden y de la limpieza. Ahora voy a prepararle el biberón a Tania, es la hora del desayuno y si no luego no come nada.
Salgo de la cocina con el biberón en las manos y lo dejo en la mesita del salón, me acerco a la cuna y veo como la pequeñina de la casa duerme tranquilamente.

-Corazón, buenos días.

Empieza a mover su cabecita a un lado, señal que quiere seguir durmiendo, lo sé porque Marco hace lo mismo por las mañanas cuando suena el despertador.
La cojo en brazos y me siento con ella en el sofá. Al principio cuando abre los ojitos se queja, pero es ver el biberón e inmediatamente quiere cogerlo.

-Espera que te lo doy.

Alargo mi brazo para cogerlo y se lo pongo en la boca para que empiece. Con sus manitas agarra el biberón y empieza a beber como si no hubiera un mañana.

-Que te atragantas bestia-digo riendo separandole el biberón y me mira con mala cara-Despacito por favor.

Se lo vuelvo a acercar y parece que me ha entendido un poco. Es que es lo que me faltaba, que con su padre no me lleve y que la niña se me atragante aquí ahora.

Termina de comer y suena mi móvil, ¿Quién me va a llamar?
La dejo en la alfombra para que juegue con los juguetes o con Rome, mientras que yo cojo el móvil.

¿Yuri? ¿Que querrá Yuri ahora?

-Holis Yuri.

-Lexita-dice llorando con la voz entrecortada-Lo siento.

-¿Sentir? ¿Que dices? ¿Que ha pasado Yuri?

-Estamos en el hospital, le están haciendo pruebas.

-¿Hospital?-pregunto asustada llevándome una mano a la cabeza-¿Que ha pasado Yuri?

-Es Chad.

Es parte de mi vida. Marco Asensio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora