Capítulo 15

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- Vine lo más rápido que pude, ¿¡Qué pasó!?

Ernesto se había subido al carro apenas Poché le avisó que iba a tener que quedarse un par de días más. La prioridad del chico era su mejor amiga y, aunque no le había explicado nada, sabía que si Calle estaba en el hospital era porque las cosas no estaban bien.

- Solo abrázame - la peliazulada se apoyó en su pecho y ahí se quedó un largo rato.

- Tranquila - Ernesto le acariciaba la espalda - no estás sola. Aquí nos quedamos el tiempo que sea necesario ¿Vale?

- No Ernesto, tú tienes que volver - Poché lo miró muy seria - ya veré qué hago yo.

- Tía, pero es que de ninguna forma te voy a dejar aquí - le sonrió con serenidad - y no te preocupes por las clases que de algo sirve conocer al rector.

La peliazulada le explicó a Ernesto lo que había pasado sin omitir ni un solo detalle, confiaba en él como en pocas personas.

- Mira Poché, es un tema muy serio pero ahora lo que menos necesitas es atormentarte con eso - le dio un beso en la frente - ¿Ya entraste a verla?

- Todavía no, voy a esperar a que su mamá salga para ir - le explicó - no tienes por qué quedarte, no quiero arruinar tu fin de semana amoroso.

- Estaba arruinado desde un inicio - Ernesto rió - hagamos algo. Yo te espero aquí y cuando salgas nos vamos a tomar algo a la cafetería.

- Está bien - María José esbozó una sonrisa débil - gracias, de verdad.

- No hay nada que agradecer - la abrazó una vez más.

Cuando Mafe regresó a la sala de espera Poché le presentó a Ernesto, quien de inmediato lamentó haberla conocido en una situación así.

- Poché habla un montón de usted - le dijo con alegría - sé lo importante que es para ella.

- Y ella para mí - la mujer le acarició la mejilla a su nuera - ve mi amor, Dani te está esperando.

Mafe y Ernesto se sentaron a conversar mientras la chica de pelo azul entraba a ver a su novia. La última vez que había experimentado algo así se había encontrado con Calle inconsciente y llena de tubos, así que no era algo que la tuviera cómoda.

- Amor - Dani sonrió apenas la vio - ven aquí.

La morena estiró los brazos y Poché se dejó envolver por la calidez de la chica. Era un escenario extraño porque la que debería estar consolando a su novia era ella y no al revés.

- Tranquila gorda, ya pasó - Calle le susurró en el oído - estoy bien, te lo prometo.

- Estoy tan enojada - Poché no se separó de ella - ¿Por qué te tuvo que pasar a ti?

- No sirve de nada hacerse ese tipo de preguntas, lo importante es que yo estoy bien - le recalcó - no hay nada mal conmigo. No hay lesiones cerebrales gorda, ¿Sabes lo increíble que es eso?

- Sé que es algo genial, pero eso no quita el hecho de lo que ese imbécil hizo contigo - dijo con rabia - podría matarlo.

- La justicia se va a encargar de que pague las cosas que hizo - esta vez su tono de voz era agresivo - quizás cuántas niñas más hay por ahí que fueron víctimas de él.

- No sé cómo hacer esto Calle - por primera vez Poché la miró a los ojos - no sé cómo apoyarte porque siento que me derrumbo.

- El simple hecho de que estés aquí es el apoyo más grande que me puedes dar - sus ojos se tornaron vidriosos - y no quiero volver a estar lejos de ti. No quiero volver a extrañarte y no quiero sentirme tan vulnerable sin ti a mi lado, por eso apenas salga de aquí me voy contigo.

VAS A QUEDARTE || CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora