Capítulo 46

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Los días pasaban, los planes de la boda eran cada vez más serios y el nudo en la garganta de Poché se volvía cada vez más insoportable. La peliazulada seguía con la idea de no decirle nada a Daniela, incluso sabiendo que Ernesto y Alba tenían razón en todo lo que le habían dicho. La emoción en los ojos de Calle cada vez que mencionaba algún detalle del matrimonio hacía que María José se tragara cada vez más las palabras que necesitaba gritar.

- ¡Gorda, ven! - Dani le gritó desde el cuarto - ¡Mira estos arreglos para poner en el altar!

Poché respiró profundo, puso su mejor sonrisa y entró a la habitación. Calle estaba sentada en la cama con el computador en las piernas y le pidió que se sentara a su lado para que viera el último mail que Mafe le había mandado con diferentes opciones de arreglos para la ceremonia y otros detalles que, honestamente, a María José no le importaban.

- Mira, me gusta este pero creo que le cambiaría las flores rosas por unas más moraditas, ¿Qué opinas? - Daniela le señaló el segundo arreglo - No quiero que se vea todo tan de princesita.

- Lo que tú prefieras amor, si te gustan más las moradas entonces pide que las cambien - Poché dijo sin mucho ánimo - o que le metan moradas al arreglo y así tiene de los dos colores.

Calle cerró el computador, lo dejó en el buró y se movió para quedar sentada justo frente a su novia.

- ¿Por qué siento que esta boda no te emociona en lo más mínimo? - la morena preguntó en un tono de voz tan neutral que se sintió más duro que cualquier grito - Llevo semanas tratando de que me ayudes a escoger cosas y siempre respondes lo mismo: lo que tú prefieras ... Poché, esta boda es nuestra, de las dos, no quiero tener que escoger todo yo.

- Quiero que sea el día más feliz de tu vida - María José fue sincera - y quiero que seas como siempre lo soñaste, por eso te digo que escojas lo que tú prefieras.

- Gorda, a ver - Dani la miró confundida - este día es de las dos, no solo mío. Quiero que esta boda sea un reflejo de nuestras personalidades, pero si tú no me ayudas entonces no puedo hacerlo sola. No te estoy pidiendo que te hagas cargo de todo ni mucho menos, solo quiero que me ayudes en detalles tan sencillos como qué color de flores quieres que haya en el altar cuando nos casemos. 

- Está bien, perdón - Poché agachó la cabeza.

- No me pidas perdón - Calle le levantó el rostro con una mano - quiero que hablemos de esto porque no te veo feliz. ¿Qué pasa?

- La universidad me tiene muy estresada - María José dijo evadiendo lo que llevaba dando vueltas en su cabeza desde hace tiempo - no he tenido tiempo de sentarme a ver todos los detalles de la boda porque tengo tantas entregas que siento que no tengo ni siquiera una pausa para respirar. Estoy muy feliz Calle, en serio. ¿Cómo no podría estar feliz si voy a pasar el resto de mi vida contigo?

- ¿Qué puedo hacer para ayudarte? - Daniela suspiró - No quiero que recuerdes este proceso como algo que no te hizo emocionarte ...

- No es que no me emocione, amor - Poché intentó inventar una explicación que tuviera sentido - te prometo que sí me emociona todo esto, pero estoy tan cansada mentalmente que ni siquiera sé cómo expresarlo.

- No te preocupes, lo entiendo - Calle se inclinó y le dio un besito - solo me gustaría que lo mostraras un poquito más ... a veces he llegado a pensar que no quieres casarte conmigo.

- No digas tonterías - la peliazulada le acarició la mejilla - contigo me casaría mil veces si me lo pidieras.

- Te amo - Dani sonrió y le dio un abrazo.

- Y yo a ti - Poché la abrazó con fuerza y, una vez más, se tragó el nudo que comenzaba a apretarle la garganta.


VAS A QUEDARTE || CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora