Capítulo 22

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- Mira esas caritas - Ernesto saludó a las chicas antes de entrar al restaurant a desayunar - parece que tuvieron una buena noche ¿Eh?

Calle sonrió un poco apenada al recordar lo que había pasado hace no tantas horas atrás.

- Pa mí que van a necesitar mazo de comida - les guiñó un ojo.

Se sentaron en la primera mesa que vieron y los tres pidieron lo mismo: desayuno americano con jugo de naranja.

Tenían libre hasta las 6 de la tarde que era cuando volaban a Barcelona, así que Ernesto había decidido darle a las chicas un mini tour por Madrid. Supuso que luego volverían para ver los museos y toda la parte cultural, así que escogió un plan más casual.

- ¿Qué vamos a hacer hoy? - Dani preguntó emocionada.

- Vamos a ir a El Retiro - el chico le contó - tengo organizada una tardecita de picnic. ¿Les gusta la idea?

- Uf, mucho - Poché asintió con fuerza -  Alba me dijo que teníamos que ir a una heladería que se llama Mistura. ¿Alcanzamos?

- Si almorzamos rápido sí - Ernesto levantó un pulgar.

El desayuno fue rápido, los tres querían aprovechar el tiempo así que apenas terminaron salieron del hotel.

- ¿En serio, Ernesto? - Poché soltó una carcajada al ver la limosina esperando por ellos.

- Ya sabéis que conmigo las cosas nunca son sencillas - se hizo a un lado para que las chicas entraran primero.

- Te tomas muy en serio el "go big or go home" - Calle lo molestó.

- Solo con ustedes porque me gusta ver sus reacciones - confesó - pero bueno, mejor cuéntenme qué tal estuvo la cena. ¿Les gustó el restaurante?

Daniela miró a Poché con los ojos muy abiertos sin saber qué decir.

- Al final pedimos al cuarto - la peliazulada mintió.

- ¿Y estaba bueno? Porque el desayuno estaba bastante regular - el chico se quejó.

- Estaba buenísimo - María José le apretó el muslo a Calle - de las mejores cenas que he tenido.

- Joder ¿Pues les dieron caviar o qué?

Antes de que la conversación pudiera continuar Calle los interrumpió.

- ¿Viviste aquí alguna vez? - le preguntó al chico sin importar que su pregunta pareciera fuera de lugar.

- No, pero mis abuelos viven aquí así que vengo seguido - le respondió con una sonrisa - es una ciudad muy chula.

- Vine cuando estaba chiquita, no me acuerdo mucho - le contó - acompañé a mi papá y a mi hermana a un evento de golf.

La conversación fluyó hacia otro lado y Daniela agradeció haber interrumpido. No estaba en sus planes hablar de lo "deliciosa" que había estado su cena, considerando que el menú solo había sido Poché.

El chofer los dejó en una de las entradas del parque y al primer lugar al que se dirigieron fue al lago principal, donde arrendaron un bote y descubrieron que eran un fracaso remando.

- Ya sabemos que si nos dejan a los tres en una isla desierta no hay forma de que sobrevivamos - Poché bromeó mientras luchaba con su remo - ¡Esto es demasiado difícil!

- Es que tía, no entiendes que tenemos que ir al mismo tiempo - Ernesto se quejó - anda, dame tu remo que te enseño.

El chico tomó el remo y, con uno en cada mano, le enseñó a las chicas la forma correcta de moverse para lograr avanzar.

VAS A QUEDARTE || CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora