Capítulo 11

1.6K 95 4
                                    

-Hoy estás demasiado callada. - apuntó con curiosidad
Alcé la vista de mi taza de té, lo bajé en la mesilla de enfrente y le sonreí. En realidad no tengo ganas de explicar nada hoy. Evan siguió sorbiendo de su té poco a poco, atravesandome con la mirada. Era como si se diera cuenta de que algo me sucedía
La verdad es que tiene razón, éstos días ando con la cabeza en las nubes, me preocupa mucho mi propia situación, es decir, todo con Evan va demasiado rápido, va viento en popa, y eso no me cuadra. Es algo así como que tengo un mal presentimiento, sé que es estúpido ponerme a viajar a través de mis pensamientos, muy lejos, aún antes de que sucedan las cosas, pero cuando todo va demasiado bien y no hay ningún problema me inquieta. Este sentimiento que se instaló en mi pecho no se va.
Mi abuelo solía decir que cada persona que existimos en este mundo nacimos con un don, claramente no es ser súperhéroe pero sí algo que nos caracteriza, el mío es tener un sentimiento inquietante que anticipa cosas malas y el de mi abuelo era el de detectar mentiras. Era prácticamente imposible mentirle, te miraba con ojos críticos que te hacían sudar frío y cuando arqueaba una ceja ya valiste, esa era un inequívoca señal de que te había pillado de alguna manera. Sí, él era increíble
Y ahora que lo pienso, el de Evan, es detectar el ánimo o intuír cuando algo no va bien con alguien, eso también es bastante increíble. No sé como no me había dado cuenta hasta ahora
- Es simplemente que... - vamos Abbey piensa.- me preocupa el colegio
Genial Abbey! Lo arruinaste, entre todos los temas que surgen, éste te parece apropiado?
Evan baja la taza y suelta una carcajada estruendosa
Arrugo el ceño inmediatamente, qué pretende burlándose de mí así?
-Eso te preocupa? El colegio?. - sigue desternillandose de risa mientras golpea una de sus piernas, algo muy impropio de él. Si no fuera porque su risa es bastante agradable y que no lo hace a menudo ya le hubiera soltado una tunda
-Ángel, no es para tanto, mira. - agita las manos mediante va explicando. - entiendo que el cambio de colegio te traiga patas para arriba, pero te acostumbraras. Sé que la educación es un poco superior, pero eres bastante lista y lo lograrás
Mi corazón da un vuelco ante esas palabras y me siento feliz.
-Necesito contarte.. - Evan adquiere una expresión preocupada y compungida
Antes de que pueda procesar nada mi boca cobra vida propia y sale algo que jamás pensé que diría
-Jugamos algo?
Evan arquea ambas cejas sorprendido por mi cambio de ánimo, y a mi me llena la vergüenza. Estoy a punto de disculparme para que él pueda hablar pero Evan me gana la palabra
-Qué exactamente?. - pregunta tratando de ocultar su interés, pero el tono de su voz lo delata
-Al gato y al ratón. - contesto
-Nunca lo he jugado. - admite pensando
Ruedo los ojos
-Alguna vez siquiera has jugado?. - pregunto sarcástica
Él ignora mi sarcasmo
-Entonces yo seré el gato y tú el ratón?
Asiento enérgicamente y me levanto sin esperar a que él se recupere de la sorpresa. Empiezo a correr por el pasillo y cuando estoy a punto de desaparecer de su vista grito
-¡El ganador puede tener lo que quiera del perdedor, aún si no es el agrado de éste!
Veo que se levanta rápidamente pero en su apuro derrama el té sobre su chaqueta y empieza a maldecir entre dientes mientras se limpia
Me río y apuro el paso, teniendo la experiencia que tengo con él y su complexión física, sé muy bien que tiene un atleta escondido y que puede salir en cualquier momento
Corro por los pasillos de la mansión, abriendo y cerrando puertas, e inconscientemente empiezo a pensar otra vez
Ese sentimiento extraño me embarga de nuevo, y mi ser interior se mueve incómodo
¿No va muy rápido ésto de mi noviazgo con Evan? ¿Está bien vivir juntos apenas con meses de novios? No sé exactamente como sentirme al respecto, y cada vez que callo y no tengo ningún trabajo que hacer, todos esos pensamientos vuelven.
Me preocupa infinitamente que no sea aceptada como su esposa. Me exaspero automáticamente
Me preocupa aceptar ser su esposa, me aterra que luego de eso me destierre o que me bote cuando ya estoy enamorada de él.
La noche anterior me confesó prácticamente su amor y sus metas. Aunque a decir verdad trato de no pensar en sus palabras..
El sol que ilumina mi rostro hace que pare en seco. He salido fuera sin siquiera darme cuenta
Camino suavemente y me doy cuenta que estoy en el jardín. Es la primera vez que estoy aquí y todo es tan hermoso.
Es tan espacioso que me dan ganas de correr para no perderme nada
Sigo caminando tocando flores, no conozco la mayoría pero sí unas pocas.. Camelias, rosas, tulipanes, margaritas
Jesús, es tan surrealista
Me entra la adrenalina y empiezo a correr, miro a todos mis costados captando todo, la luz, los colores, la intensidad, los aromas. Sigo corriendo y cierro los ojos al sentir la suave brisa chocar con mi rostro
Todo es tan rápido que me cuesta entender la situación aunque la esté viendo desde todas las perspectivas posibles debido a la adrenalina
Un grupo de criadas que están regando las flores, una de ellas se da cuenta de algo y se gira completamente asustada hacia mi dirección
-¡Señorita el hueco!
El grito es acompañado por varios jadeos y chillidos de las demás criadas.
No entiendo la frase ni su preocupación hasta un segundo después de cometer la estupidez
Frente a mí había un hueco, que no tengo ni idea de la función y mi pie cae en ese espacio.
Automáticamente mi pierna se dobla y chillo por el dolor repentino.
Unos brazos largos y finos me rodean con suavidad y estoy desconectada
Lo único que pensaba es que tendría varios moratones y rasguños al caer al suelo, pero eso nunca pasó
Un rostro, que compite seriamente con el de Evan me mira preocupado. ¿Quién es éste individuo creado por ángeles y criado por los mismos dioses? Es completamente hermoso y la arruga que tiene en su frente no lo hace menos atractivo. Tiene los ojos azules como el mar y tienen un brillo travieso. Como de pura alegría
Grititos no sé si de sorpresa o admiración suena atrás de mí, que las criadas sueltan
-¿Te has hecho daño?. - pregunta con voz dulce que no puedo evitar babear
-N.. N.. No. - tartamudeo. - estoy bien
Lentamente se separa de mi y me suelta. Cuando lo hace apoyo los dos pies juntos pero al instante hago una mueca y esa pierna se debilita haciendo que casi caiga de nuevo.
El extraño se apresura y me coge de nuevo.
-Cuidado. - dice y se ríe entre dientes. - Hola pequeña
Toda la iluminación que trae consigo este extraño me parece peculiar. ¿De dónde ha salido?
-H... Hola. - tartamudeo de nuevo. Abbey, deja de ser idiota y habla bien
Sigo en sus brazos embelesada por su hermosura que no me di cuenta que me habló hasta que me miró fijamente
Me sonroje hasta las orejas y me aclaré la garganta
-¿Qué has dicho?. - pregunto totalmente avergonzada
Él esta vez sonríe apretando los labios, como tratando de no soltar una carcajada
-Decía que tal vez te hayas esguinzado el tobillo. - y baja la mirada a mi ahora tobillo amoratado.
Muerdo mi labio inferior y también fijo mi mirada en el. Lo único que me faltaba, torcerme el tobillo
Unos pasos apresurados hacen que fije la mirada en un muy agitado Stephen
-¿Stephen?. - pregunto cuando llegó a nuestra posición
Él me ignoró y frunci el ceño, nunca me ha tratado de manera descortés
-Señorito!. - exclama jadeante y sorprendido
Mi alma cae a mis pies. ¿Señorito? ¿Acaso es pariente de Evan?
-Stephen. - sonríe al mayordomo. - no has cambiado nada en estos dos años
Arrugo de nuevo el ceño instintivamente ¿dos años?
-Es bueno verte. - prosigue aún con su sonrisa y ahora que lo veo mejor, me recuerda a alguien. Me rebano los sesos tratando de encontrar a quien me recuerda, pero fallo colosalmente
-Señorito disculpe mi atrevimiento. - dice recuperando el aliento. - pero no sabía que iba a venir. ¿Cuándo llegó?
Justo en ese entonces me fijo que tiene maletas a su lado,¿vino de un viaje?
-No te preocupes Stephen. - Le sonríe gentilmente. - he enviado una carta, pero supongo que se ha perdido en el camino. - murmura llevando la mano que no me sostenía bajo su barbilla pensativo
Estoy a punto de preguntar de que va todo ésto, cuando Stephen se da cuenta de mi confusión
-Señorita Abbey. - dice nervioso, ¿porque se pone así?. - éste es el señorito..
-Abbey?. - pregunta el desconocido y sus ojos se iluminan de diferente manera de cuando me sujetó para que no me cayera
¿Qué significa eso?
Pero que diga mi nombre como saboreadolo me pone roja y nerviosa, por enésima vez, ¿quién es este chico?
-Ya lo entiendo. -dice y me sonríe.
Bajo la cabeza Instintivamente y que él me tenga tan cerca todavía en sus brazos, me da vergüenza
-¿Así que tú eres Abbey eh? . - dice y me levanta la barbilla con su mano libre y hace que no pueda perder toda la intensidad de su mirada. - Yo soy..
Un tirón brusco hacia atrás hace que suelte un grito de susto y veo a Evan sostenerme con fuerza
Toda la ira que se encontraba en el rostro de Evan, me descolocó totalmente. Nunca lo había visto tan enfadado, ni mucho menos tan afectado por alguien
-Tú no tienes derecho a pisar ésta casa!. - grita sin ningún reparo y tensandose haciendo que su agarre en mí sea más duro
-Sigues igual de iracundo que siempre. - Le sonríe ajeno a toda la ira de Evan. - a que sí hermano menor?
Mi rostro no puede ser más de estupefacción, mientras que la de Evan destila venganza o algo parecido. Está apretando fuertemente la mandíbula y temo que se la pueda romper él solo
¿Hermano menor?. ¿Éste es el hermano mayor del cual hablaban esos tipos en la primera fiesta que asistí? ¡Eso es!
De Evan conocía esa sonrisa de labios cerrados, pero arrugo el ceño internamente al no ver más parentesco entre ellos. Sus facciones son diferentes, sus ojos también y en lo único que se parecen es en la sonrisa y el cabello de un negro intenso
-Stephen?. - lo llamo al darme cuenta que Evan y su hermano están concentrados en una batalla de miradas como para responder a mis preguntas. - Él es el hermano mayor de Evan?
-Exacto señorita Abbey. - afirma con la cabeza para darle más énfasis. - el señorito Ean es el hermano mayor del amo Evan
Sacudo la cabeza con incredulidad
-Pero si es el mayor no debe ser él..?
Stephen niega con la cabeza
-A los 17 años cuando estuvo a punto de asumir su herencia de la empresa se le apareció una oportunidad para ir a estudiar lo que le gusta. - piensa un segundo. - la verdad es que estaba estudiando en el extranjero medicina tal y como quería pero que este aquí es...
-Vámonos Abbey. - la orden de Evan evitó que el mayordomo termine su relato
Y sin esperar jalo mi brazo de tal forma que me obligó a dar unos pasos. Lancé grititos de dolor y Evan paró al instante. Se volvió para mirarme confuso e hice una mueca de dolor. El tobillo me punzaba y cada vez se volvía más morado. Parpadee para alejar las lágrimas que amenazaban con salir
-Hey!. - exclamó Ean. - por una vez en tu vida deja de ser bruto. - suavizó su rostro al mirarme. - está lastimada en el tobillo.
Evan hizo una mueca por no haberse dado cuenta y me alzó como princesa como si no pesara más que una pluma
-Lo siento. - susurró y cuando lo vi a los ojos supe que lo estaba diciendo de corazón
Empezó a caminar ignorando a su hermano
-Encima que te la llevas!. - resopla Ean. - deja que la salude correctamente, como nos enseñaron nuestros padres
-No quiero. - refunfuña Evan
-Deja de ser frío hermanito. - al nombrarlo así Evan se tenso y dejó de caminar. Pero luego meneo la cabeza como descartando la idea y siguió caminando
-Aún cuando se supone que debe ser mi prometida?
Evan paró abruptamente y también lo hizo mi corazón. Me quedé pálida como el papel
-¿Qué?. - yo fui la única en hablar y aún en los brazos de Evan, me las arreglé para mirar hacia atrás y directamente a Ean
Cuando tuvo mi atención ladeó la cabeza dejando que varios mechones largos de su oscuro cabello cayeran sobre su rostro. Sonrió mostrando todos sus dientes y sus ojos tuvieron de nuevo ese brillo travieso de un principio. Adoptó una actitud relajada y desprendió toda la felicidad de su ser
-Vine a conocerte Abbey.

El ContratoWhere stories live. Discover now