Capítulo 16

1.3K 86 0
                                    

-Maldito despertador. - gruño
Alzo la mano y veo la hora
4:00 AM
Lo tiro "accidentalmente", doy media vuelta para seguir durmiendo, pero unas manos cálidas me sacuden
-Despierte. - un par de manos me sacuden el hombro
Balbuceo unos "cinco minutos más" y doy otra media vuelta
-Por favor despierte ama.- otro par de manos ahora me están tocando el rostro
Abro los ojos a regañadientes y me encuentro con dos orbes de color café y una mueca seria
-Mmmm no Jaida. - me quejo e intento seguir durmiendo dándole la espalda
Pero al girar otro par de ojos café me miran y me sonríen abiertamente
-Jane. - me quejo por segunda vez, ella solo asiente enérgicamente y hasta envidio su energía. - Son las 4 de la mañana!. - me enfurruño
Me siento de una buena vez en la cama y suspiro con resignación. Sé perfectamente que si este par está en mi habitación no van a parar hasta que esté parada, despierta y totalmente preparada para el desayuno, lo cual significa que me van a vestir
Gruño de nuevo
Jane suelta una risita alegre mientras sigue a Jaida al armario gigante. Mientras Jaida busca la ropa, Jane se encarga de los zapatos
Me levanto y aprovecho de que están ocupadas decidiendo el color y el modelo del vestido con los zapatos, para darme una ducha
Veinte minutos después estoy saliendo de la ducha, con el cabello recién lavado y atado en una especie de turbante, para encontrarme un montón de vestidos esparcidos por la cama
Mi cara de horror debe de haberlo dicho todo, porque Jaida se apresura para hablar
-Ama, Jane no estaba de acuerdo esta vez con mi elección de atuendo, por lo que decidimos probar las opciones planteadas. - se muerde el labio. - si es que no le molesta por supuesto
-No pasa nada. - le aseguro, mientras tanto por dentro me estoy golpeando la cabeza contra una pared
Me siento en la cama y comienza la tortura.
Una hora más tarde se decidieron por un vestido suelto, hasta la rodilla, con vuelo, del color del mar y que tiene una cinta que cuelga de un costado. ¿Su utilidad? Ni idea, tan solo está pegado allí, como decoración. Unos tacones casi del mismo color y ahora solo me están retocando el cabello
Al terminar me veo en el espejo. Tengo una trenza sirena que cae de costado por mi hombro descubierto al lado derecho
Doy media vuelta y encaro a las muchachas
-Porqué me despertaron tan temprano?. - inquiero.- Son las.. - veo mi celular. - 6 AM y el desayuno es a las 7 AM
-Porque.. - comienza Jaida pero Jane la interrumpe
-El amo Evan dijo.. - el sonido de Jane quejándose es lastimero. Jaida le acaba de dar un pisotón
-Qué te dije sobre la boca?. - la reprende Jaida. - Ama, disculpala porfavor, todavía es joven. - dice girandose hacia mí
¿Qué Evan qué? Alzo las cejas tanto que seguro se fundieron en mi cabello
¿ Todavía es joven? Jaida tan sólo le lleva unos minutos para ser mayor
-¿Qué les dijo Evan?. -les pregunto
Esta vez Jane le lanza una mirada cautelosa a Jaida y ésta solo niega con la cabeza
-Lo sentimos ama. - dice Jaida. - debemos retirarnos
En una exhalación las dos desaparecen de mi vista
¿En serio? ¿Todo tiene que ser tan misterioso en esta casa?
Voy a la mesa que tengo a lado de mi cama y saco la pequeña caja que guardo debajo de ella. Lo coloco encima de la mesa y la abro
En esta caja guardo mis recuerdos, bueno, no literalmente. Sino que lo que es importante conservar.
Me saco la pulsera, porque no quiero engancharla con lo torpe que soy a cualquier perilla de puerta o algo así y que se me rompa, y la coloco a lado de la ya marchita pero todavía hermosa flor que Evan me obsequió.
Él en realidad no es lo que aparenta, es decir, todo frío y demás, sino que es bastante considerado, responsable y tierno. Aunque no se dé cuenta por sí mismo
El sonido de que están tocando la puerta me saca de mis pensamientos
Cierro la caja y lo guardo de nuevo debajo de la cama
Me acerco rápidamente pero en el último momento dudo. ¿ Y si es Evan que viene para buscarme? Un pequeño temblor pasa por mi cuerpo y me obligo a respirar y tranquilizarme.
Mi corazón no quiere ayudar, late como loco ante la mención de Evan, otro estremecimiento pasa por mi cuerpo y tomo la perilla, con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo una cosa. ¡ Voy a ver a Evan!
Mi sonrisa flaquea al abrir la puerta y encontrarme con otra persona, pero por respeto la mantengo en su lugar
-Lo siento. - se disculpa. - ¿Te desperté?
Niego con la cabeza
-Buen día Ean. - lo saludo correctamente
Él me da una sonrisa mostrando toda la hilera de sus dientes perfectamente blancos
-Discúlpame si te he despertado. - se disculpa otra vez. - Buen día Abbey
Él arrastra mi nombre y es como una serpiente deslizándose por él. Me da escalofríos
La verdad es que estoy decepcionada, es decir, de verdad esperaba que fuera Evan
-Aquí está tu ropa y tu cartera. - me ofrece algo en las manos que no me había fijado que tenía
Mi ropa está perfectamente doblada y mi bolso intacto encima de la pila
La tomo rápidamente con la vergüenza en mi rostro
-No tenias que molestarte Ean.-Le digo mirando la pila de ropa y no a su cara. Ni quiero que note que estoy avergonzada.
Había olvidado por completo todo esto, cuando salí corriendo en la búsqueda de Evan
-No debes preocuparte, ya la mandé lavar. - me dice y sigo sin mirarlo. - solo debes guardarlo y ya
Inhalo y exhalo
-Gracias. - Le digo por fin mirándolo y sonriéndole
Él me mira un segundo y parece desconcertado al mirar mi rubor, pero luego se recupera y adopta la actitud jovial característico de Ean
Me sonríe y ladea la cabeza, dejando que varios mechones de cabello negro caigan de forma desordenada sobre su rostro.
Tiene una camisa blanca bien planchada que realza el azul de sus ojos y un pantalón de vestir negro al igual que su cabello.
Él realmente sabe vestirse, me pregunto si lo sabe o si es que tiene a personas que lo atiendan al igual que yo
-Te has vuelto increíblemente hermosa. - me dice todavía con esa sonrisa pero tiene un aspecto soñador
¿Me he vuelto qué? Lo miro desconcertada. La primera vez que nos vimos fue en esta casa, es imposible que me haya conocido antes
-Como lo suponía, no me recuerdas. - dice un poco afligido
¡¿Recordar qué?!
-La vez en el jardín no fue la primera vez que nos conocimos. - dice a la ligera y no me di cuenta que tan cerca está hasta que fácilmente agarra un mechón rubio de mi cabello y juega con él entre sus dedos
¿¡QUÉ!?? ¿YA LO HABÍA CONOCIDO ANTES? La respiración se me atasca en la garganta y jadeo. Imposible, de seguro me está jugando una broma
Abro la boca para decirle que deje de jugar pero él inmediatamente sigue con su monólogo
-Realmente fue hace mucho tiempo. - dice mirando el mechón entre sus dedos. - éramos muy pequeños. Tú tenías entre 3 o 4 años y yo 5 o 6 años
-Tú siempre salías sonriente del estudio de pintura y te quedabas en el parque que en ese entonces se encontraba enfrente
Mi mente trata desesperadamente de buscar ese recuerdo pero no existe. Tan solo recuerdo ir al estudio de arte con mi abuelo
-Tu abuelo te acompañaba a ti mientras que mi abuelo lo hacía conmigo
-Ibas al estudio de arte también?. - lanzo la pregunta sin antes procesarla
Él niega con la cabeza
-Mi abuelo me llevaba al parque cuando yo no podía más con la presión. - todavía tiene ese aspecto soñador en el rostro, como recordando algo. - a mi se me estaba preparando prácticamente desde que cumplí el primer año de vida para ser el heredero de la empresa, ya que no es simplemente cualquier empresa, se necesita años de preparación. Yo solamente era un crío, con ganas de jugar y hacer de las mías pero no podía, porque tenía obligaciones en todo el día.
Inhala como no gustandole recordar
-Había veces en donde colapsaba, casi literalmente, me desplomaba encima de mis gráficos o en las clases de vocabulario técnico. Tenía cinco años, ¿puedes creer que eso le pase a un niño de cinco años que debe tener energía rebosante?
Niego con la cabeza
-Mi abuelo era el único que se daba cuenta de ello o que le importaba lo suficiente mi salud en vez de la jodida empresa, por lo que me raptaba de vez en cuando e íbamos al parque que estaba frente al estudio. Los niños de allí no querían jugar conmigo porque sabían que venía de una familia rica y me sacaban de lado por ese motivo
-Y tus padres?.-pregunto absorta en la historia
Él ríe sin una pizca de gracia
-Créeme pequeña. - dice sin mirarme. - ellos eran los primeros en levantarme y exigirme que siga con mi tarea a pesar de que ya ni siquiera podía levantar mi cabeza. No comía ni dormía por estudiar
El miedo se dispara directamente a mi corazón, ¿son así los padres de Evan? Llevo aquí meses y ni siquiera he visto la figura de ninguno de ellos
-Un día estaba llorando en el parque, en el cuadrilátero de arena porque nadie quería acercarse a mí, hasta que un toque pequeño en mi brazo casi me hizo saltar para atrás
Esta vez si se ríe con humor
-Era algo así como "tap, tap, tap". - imita el sonido de unos golpecitos. - una niña con ojos marrones como el café, que casi agarraba la mayoría de su rostro me miraba muy cerca. Tenía una curiosidad grabada en el rostro y el cabello decolorado, rubio pálido volaba en todas las direcciones haciéndola parecer un ángel de la guarda. Tenias un vestido rojo, con un moño enfrente y..
-Motas a los costados. - termino por él. Recuerdo exactamente el vestido porque era mi favorito pero entonces ¿porque no lo recuerdo a él?
-Me habías preguntado del porqué de mi llanto y yo solo negué con la cabeza jugueteando con la arena frente a mí. ¿Para qué te iba a decir el motivo si no lo ibas a entender? A decir verdad ni yo mismo lo entendía en ese entonces
-Pero tú en vez de enojarte e irte como los demás niños te acomodaste a un lado de mi y empezaste a jugar también con la arena, eso me sorprendió muchísimo y prácticamente dejé de llorar sin darme cuenta. Minutos después estábamos jugando los dos juntos y nos reíamos de las figuras, cuando tú me hablaste de nuevo. Me dijiste "No debes estar triste ni llorar, así tu corazón se enferma, y nadie merece tener el corazón enfermo, o por lo menos eso asegura mi abuelo" y sonreiste con toda la alegría en el rostro, la verdad me sorprendiste pero me encontré devolviéndote la sonrisa casi automáticamente. Y sabes qué? Esa fue la mejor tarde en todos mis 19 años de vida
Abro la boca hasta el suelo, recuerdo perfectamente esa frase, mi abuelo me la repetía cada vez que lloraba. Mis ojos pican al recordar a mi abuelo y a su bondad
-Vaya. - murmuro sorprendida y sin saber más que decir
-No puedo hacer nada si no lo recuerdas. - dice un poco caído. - Pero, te voy a contar un secreto. El verdadero motivo por el cual volví aquí, a este país, a esta casa es...- se acerca completamente, a diferencia de Evan él se tiene que agachar para poder hablarme.
Sin poder detenerlo me sostiene de la cintura, me tira con fuerza hacia él y sostiene uno de mis brazos hacia su espalda, inmovilizadondome. Planta sus labios en mi boca, se sienten fríos al tacto y de repente la bilis sube a mi garganta. El shock me golpea bajo y antes de que pueda obligar a mis manos a golpearlo se aleja de mí un paso y me sonríe jovialmente.
Mi estómago se retuerce del asco al ver esa sonrisa y mis piernas siguen sin hacerme caso
-Para alejarte de Evan.

El ContratoWhere stories live. Discover now