Capítulo 22

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Evan

-¿Dónde?. - lo enfrento. - ¿Dónde está Abbey?
Alza los hombros restándole importancia y aprieto la mandíbula para no hacer una estupidez.
-Te voy a preguntar una y solo una vez más Ean. - me acerco y lo tomo de la chaqueta. - ¿Dónde está Abbey?
-Fue corriendo al Ala Sureste. - contesta simple
Estoy seguro que la vena en mi frente está a punto de explotar.
-¿No la detuviste?
Se encoge de hombros
-No era mi proble..
El puñetazo que le acierto sale sin dudar de mi cuerpo, una rabia ciega me llena de adrenalina.
-Tuviste la oportunidad y no la detuviste!?
Él está en el suelo y escupe sangre con una mirada de desdén.
-Si la quieres como tanto dices, ¡cuidala maldita sea!. ¡Fue directamente donde está el fuego!
Sin perder más tiempo corro hacia el ala Sureste. ¿Qué estará pensando Abbey en meterse directamente en el peligro?
Cuando llego recuerdo algo importante. El ala Sureste es donde está su habitación. Mierda.
Todo el pasillo está en llamas, la puerta abierta y el humo obstaculiza casi completamente mi visión.
-Evan!. - el grito desesperado de Abbey me desgarra.
La puerta está casi tapada por las vigas del techo.
-Ya voy ángel!. - le contesto para que se tranquilice.
Salto por encima del fuego e ingreso a duras penas. El fuego ya está carbonizando las cosas. Y busco entre las ellas donde está Abbey.
Un bulto aovillado en el suelo hace que se dispare mi adrenalina al 100%
-Abbey. - la llamo
-Evan. - susurra aliviada.
La cara llena de hollín, su cabello chamuscado y su desesperación me rompe.
-Salgamos. - trato de levantarla pero ella lanza un quejido.
-Mi pierna. - advierte.
Miro hacia abajo y efectivamente. Tiene un pie debajo del estante. Diablos!
-Bien ángel, cuando levante esto tendrás que salir. ¿Puedes hacerlo?
Ella asiente solamente.
-Una, dos, tres!
Ella se arrastra y sale apenas de debajo de esta cosa.
El fuego me quema las manos pero jamás soltaré esto antes de que ella salga.
Cuando está fuera del estante lo arrojo y voy donde está ella.
Apenas abre sus ojos, creo que está a punto de desmayarse.
-No, no, no. Ángel. - la tironeo. - debes estar consciente si queremos salir con vida de aquí.
Miro el lugar y trato de buscar una salida. La puerta está descartada porque la mitad del techo lo está tapando. Miro hacia la ventana y aunque también tiene fuego es la única manera.
-Vamos. - la levanto con cuidado y nos vamos hacia allí.
Miro hacia abajo y maldigo. Son dos pisos de altura. ¿Cómo saldremos de ésta?
Cuando miro a quien tengo en mis brazos lo decido. Se ve tan frágil y jamás la había visto tan asustada. La protegeré, perderé mi vida si es necesario.
-Ángel vamos a saltar vale?
Ella niega con la cabeza débilmente
-No puedo, mi pie..
-Vamos a hacerlo juntos vale? Yo te protegeré, no Importa qué, lo haré.
Asiente y tose.
Subo al marco y suspiro. Por favor cualquier dios que me esté oyendo. Salva al amor de mi vida, no importa si no me salvo, pero hazlo por ella. Por favor.
-De nuevo a las tres vale?
Asiente y está llorando
-Ey mírame. - la insto pero sigue llorando y mirando hacia abajo. - Ángel, te lo prometí recuerdas? Estarás bien, de acuerdo?
Antes de que suba el pánico y se dé cuenta de la altura en que estamos, hablo.
-Tres!
Por un segundo mi corazón deja de latir y salto.
¿Nunca te ha pasado que no crees en la situación en la que estás y piensas que es un mal sueño?
Eso mismo me está sucediendo y por más que me esfuerce en "despertar" sé con certeza que todo es real.
El viento que azota con fuerza mi rostro y desordena sin piedad mi cabello, es real.
Todas las escenas y recuerdos de mi corta vida que pasan como si fuera un cortometraje por mi cabeza, es real.
Y por último la chica de mis sueños que está en mis brazos con un leve aroma a jazmín también es real.
Me preparo mentalmente para la caída y pongo en posición mis piernas. Bien, si yo voy a morir entonces mi ángel va a vivir. Un segundo antes de tocar el suelo la miro y ella me devuelve la mirada.
Trato de transmitirle con los ojos todo mi amor y la paz que ella me concedió. Estudio su rostro con rapidez, si esa es la última imagen que veré antes de que mi alma desaparezca, estoy más que de acuerdo.
-Maldita sea!
El taco salió de mi boca casi inconscientemente, al aterrizar mi pie derecho se dobló y supe al instante que si no me movía Abbey acabaría mal.
Me moví al microsegundo y rodamos hasta que ella quedó encima de mi cuerpo.
-Ángel estás bien?. - ella levanta la cabeza y me asiente. Estamos detrás de unos matorrales verdes que nos cubren por completo.
Me siento con ella y la abrazo.
-Dios ángel yo..
-Evan!. - ella me abraza con mucha más fuerza y llora sin cesar. No son lágrimas silenciosas sino que está sollozando con mucha fuerza.
La empiezo a mecer con suavidad.
-Shhhs Abbey, tranquila. Ya pasó
Ella niega con la cabeza.
-Perdóname por lo estúpida que fui, casi lo perdí todo. Casi te perdí y me siento totalmente mal de que tuve que mirar a la muerte a los ojos para darme cuenta.
Arrugo el ceño
-Darte cuenta de qué?.
Está temblorosa y me separo de ella para acariciarle los brazos, cuando ella hace una mueca.
-Qué pasa?
Veo sus brazos con ceniza y quemaduras pero lo que hizo que aguantara mi respiración y se me nuble la vista de la rabia fue algo distinto.
-Qué es esto Abbeville!?. - la miro a los ojos y ella sigue con sus lágrimas. - Dime que no es lo que yo creo porque juro que no me importa si es o no familia. Yo lo voy a dejar en el hospital.
-Él me sujetó con un poco de fuerza. - susurra
-Con un poco de fuerza!?. - grito y la miro directamente. - Abbeville estas son marcas de dedos!
Paso mis manos y las coloco justamente en donde están los moretones. Casi encajan como si fueran mis dedos.
-Yo lo mato!. Voy a golpearlo tan fuerte que recordará mi puño hasta dentro de 50 años!
Trato de dejar a Abbey a un lado pero ella me detiene.
-Evan él no vale la pena, te debo una explicación.
Asiento con la cabeza, bien, primero escucharé lo que tiene que decir y luego voy a golpearlo.
-El día del último ensayo.. - niega con la cabeza. - no, necesitas saber lo que pasó antes.
Yo Arrugo más mi frente. ¿Lo que pasó antes?
-Cuando tuvimos nuestra cita, en donde nos acompañó Ean.. Esa noche él fue a devolverme mis ropas. Me contó su historia y sin verlo venir... - la veo inhalar y exhalar temblorosamente. - él me beso.
Parpadeo varias veces para hacer desaparecer lo atontado que me dejó.
-Perdona, que hizo qué?
Ella empieza a llorar de nuevo.
-Yo no quise Evan...Él me agarró de sorpresa, ese beso no era de él. Yo quería que mi primer beso sea tuyo. Me sentí tan asqueada, tan mal, tan sucia. Él dijo que me robaría de ti.
Me acerco a ella despacio
-Dijiste que sentiste asco cuando te besó no? Bien, probemos conmigo y te juro que éste será tu primer beso y el mío.
La agarré con cuidado y uní nuestros labios. Jesús! Siempre había imaginado este momento, como sería ya sea los sentimientos o el lugar. Pero todo lo superó. Esto es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Ella pasa sus manos por mi cuello y me acerca más. Me sorprendo de su atrevimiento pero verdaderamente no me voy a quejar ni en un millón de años.
-Y bien? Que tal te sentiste? También con asco?. - la miro directamente a los ojos para darme cuenta de si dice la verdad o no. Pero sus ojos brillosos toda la iluminación de su rostro y el hecho de que se relame sus labios hinchados me da la respuesta que quiero.
-Eso fue impresionante Evan. - suspira con ensoñación
Estoy por abrir la boca y contestarle pero unas sirenas me llaman la atención.
Cada vez se acercan más por lo que escucho con atención, cuando ya están más cerca grito:
-Por aquí!. - levanto una mano y unos segundos más tarde unos médicos aparecen con camillas y oxígeno.
La tratan de levantar pero su tobillo está inflamado.
-Con cuidado su tobillo. - les advierto y ellos asienten.
Nos levantan y tratan de atenderme
-Ella está peor. - les digo tozudamente
Los médicos la colocan en la camilla, trato de apoyar mi peso en la pierna derecha y maldigo. Creo que si era buena idea dejar que me atiendan también. El mundo se vuelve borroso y escucho como Abbey grita fuertemente mi nombre antes de que mis piernas fallen. Mi cabeza choca contra el pasto y de repente todo se vuelve negro.

El ContratoWhere stories live. Discover now