Capítulo 36.

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Evan

Me dejé guiar como un maldito robot hacia las escaleras. Darleen empezó a hablar como cotorra pero yo seguía en shock y sin escuchar absolutamente nada.

Al llegar al último escalón de arriba, de repente ella se volteó, me abrazó y me dio un beso en los labios.

Mi cuerpo tardó dos benditos segundos en reaccionar.
La empuje con más fuerza de lo normal, se tambaleó al borde de las escaleras con cara de horror, pero la volví a atrapar por las muñecas.

Esta vez fui yo quien se acercó completamente a ella, y le susurré al oído.

-Vuelves a hacer eso, y no te gustará el resultado.

La solté y caminé a paso relajado hacia mi dormitorio, cuando segundos después escuché sus pasos siguiéndome.

Me giré y definitivamente, ella me estaba siguiendo con una sonrisa en el rostro.

Resoplé irritado. Ella ni siquiera se inmutó ante mi advertencia.

-¿Qué quieres Darleen?. - le hablé fríamente, a ver si así entiende que no la quiero cerca.
-Sé porque estás tan gruñón Camcam. - su sonrisa se convirtió en una coqueta mientras se acercaba. - Es tu cumpleaños y no te he felicitado, ven a tu dormitorio conmigo y arreglaré ese pequeño error mío.

Ni siquiera me digne en contestarle, simplemente di media vuelta y seguí mi camino, rumbo a quien sabe donde.

Minutos después y sin darme cuenta, mis propios pies me condujeron hasta mi despacho, creo que sencillamente caminé en círculos estando en piloto automático hasta que llegué aquí.
Ingresé, cerré la puerta y deje mi cabeza apoyada en ella.

Estoy aún en shock, es decir, no es como que siento nada por ella, ¡ni siquiera la conozco, caray! Es solo que algo me molesta en mi interior, es una molestia dolorosa en mi pecho, y no es físico, lo cual me lleva a preguntarme ¿Quién eres en mi vida, muchacha de cabellos de oro?

Cierro los ojos, doy media vuelta y me siento recostandome por la puerta. Si años atrás me hubieran dicho que estaría sufriendo por no conocer mi propia vida, creo que me hubiera reído descortésmente en su cara.

Cuando los abro de nuevo, veo mi piso pulido blanco, totalmente multicolor. ¿Qué demonios?
Me levanto rápidamente del piso y lo observo mejor.

El mejor piso de todo el país, ¡está lleno de basura! No, no es basura, son papeletas, y en su mayoría de color azul.

Alzo la mirada y me encuentro con que mi despacho está completamente decorado con muchos colores pero sobresale al azul.
¿Qué..?
Todo el salón está decorado, frente a la puerta hay una gran descripción: Feliz cumpleaños a mi Evan.

Abro la boca sorprendido. ¿Esto lo hizo la muchacha de cabellos de oro?

¿Cómo sabía que el color azul era mi favorito?

Una sonrisa se dispara por mis labios, sin que pueda detenerla. ¿Porqué al final de la descripción hay un corazón rosa?.

Me acerco a la mesa, tratando de no pisar ninguna papeleta, mientras mis ojos pican. Jamás había tenido una fiesta de cumpleaños y mucho menos jamás nadie me había hecho algo así. ¿Qué es esta sensación cálida en el pecho?

Me froto el esternón, tratando de disipar lo cálido.

Me siento frente a mi escritorio, en donde hay muchos regalos, no podría contarlos todos, porque son varios, y de distintos tamaños.
Empiezo a abrir el que tiene un tamaño considerable.

El ContratoWhere stories live. Discover now