♔ Casa De Princesas ♔

·•Ya esta aquí•·

Hoy es el día. No es un simulacro, hoy es el día.

- Mentón al frente, metan la panza - Estella me miraba, es cierto que había comido mucho ayer cuando me fui de la habitación de Eva, pero no tenía idea que el príncipe iba a venir hoy, sino hubiese... Bueno ahora que lo pienso eso no me cambia en lo absoluto - ¡Más! Princesa Allison, ¿Se colocó la faja?

¿Yo? ¿Faja? No es una buena combinación.

- Con todo respeto Estella, no pienso usar una.

- Pero señorita... Si el príncipe la ve así...

- ¿Qué pasaría? La vería como es y punto - Dijo Soraya, quién tenía la misma panza que yo, al parecer no fui la única que robo de la despensa.

- Si sale algo mal el día de hoy no respondo de mi. No tuve suficiente tiempo para dotarlas en el arte de la cocina, los modales... En nada. Es una pésima idea que venga hoy el príncipe, ¿Qué es eso de cambiar las reglas? Las reglas son tradición, y la tradición está para ser cumplida... Esto es una barbaridad.

- Eso dolió, no esperaba ser una molestia.

Todos en el palacio voltearon, el príncipe estaba aquí... El personal se inclinó ante él, lo mismo hice yo. Un hombre de pelo oscuro y ojos claros, traje rojo y sonrisa que parecía haber sido blanqueada de tan resplandeciente que es.

- Príncipe... No quería decir eso, usted sabe el respeto que le tengo a usted y a su familia, es solo que estas chicas no han tenido el tiempo suficiente para prepararse y temo que le pueda decepcionar su desempeño.

- Estella estaba bromeando, no se preocupe, sé que esto de venir antes le abruma pero tranquila que yo no busco una mujer que sepa de todo lo que usted le mencionaba a la princesa...

- Allison, mi nombre es Allison príncipe - Agustín sonrió mostrando aún más sus dientes, cualquier persona podría caer ante sus pies, es realmente encantador. Se me hizo divertido ver a todas las princesas distraídas, a nadie le llamaba mucho la atención.

- Yo en cambio busco a una compañera de vida, así que no creo que deban vivir mucho tiempo aquí, como mucho una semana, pero luego quiero yo mismo elegir quién estará conmigo, claro, si la princesa a la cual eliga así le parezca.

- Lo que usted ordene señor Agustín.

- Bueno, primero que nada querría empezar con algunas... ¿Debería llamarles citas? Y creo que ya encontré a la primera candidata - Sus ojos pasaron de posarse en los de Estella a hacerlo en los míos, por favor que no diga mi nombre, por favor no - Allison ¿Me acompañaría?

Ni siquiera contesté, solo le seguí. La verdad es que no tengo idea de lo que estoy haciendo ni de lo que haré.

Yo solo sigo caminando. Salimos del complejo para ir al patio, del cual no me había percatado de lo espacioso que es. En el centro, hay una mesa y dos sillas, menuda casualidad que nos dirigimos hacia allí.

- Hola - Dejando el hecho de que viste como un príncipe no parece comportarse como uno, fue simplemente sentarse y enseguida colocó sus codos en la mesa, seguido de no sentarse de forma recta. Cosa que no me perturba pero si sorprende.

- Hola.

- ¿Qué te parece si nos hacemos preguntas?

- Estupendo - Estupendamente aburrido. Además, no quiero estar aquí. Entiendo que lo que dijo él sobre conocer a su prometida y todo eso es entendible pero ¿Por qué tengo que pagar yo por ello? Digo, si él va separarnos de esta casa y pasar tiempo en privado con nosotras quita todas mis posibilidades de pasarla bien con alguna chica.

- Bueno, ¿Por qué te inscribiste aquí?

Sé que el mundo no te puede odiar, y que las cosas no pasan por eso, pero en serio mundo... ¿Justo esta pregunta?

- Bueno... Eh... sinceramente yo... - Titubeó ante no tener idea de qué responder, para finalmente decir un simple - No lo sé.

- ¿No lo sabes? - El príncipe parecía confundido, yo empecé a sudar, secaba el sudor de mis manos en mi vestido blanco, a la medida, y casi perfecto, lastima que ahora me servía de servilleta - ¿Puedo entonces cambiar mi pregunta?

Respondí un sí que salió como un suspiro, esperando una pregunta más simple.

- ¿Cuál es tu orientación sexual?

El vestido seguro se tiñó de rojo, porque la sangre de mi cabeza pareció irse de mi cuerpo a mi ropa por un segundo. Nunca en mi vida me había quedado sin palabras, hasta este momento. Obviamente mentir no es difícil, puedo decir que soy heterosexual, pero lo que me pone más nerviosa es su rostro, como si supiera la respuesta y solo quiere saber si le miento.

- Yo soy heterosexual príncipe.

Me miró mientras elevaba una ceja, sospechando notoriamente, siguió así unos segundos hasta que sonrió, eso me preocupó aún más.

- ¿Es una pregunta rara? Lo siento si te incomodé - miró unos segundos al resto del patio y nervioso e incómodo preguntó - ¿Quieres seguir jugando o volver a la gran casa? Es tu decisión.

- Fue un placer, pero me encuentro un poco cansada, si me disculpa - Hice la segunda reverencia del día, y levantando mi vestido me retiré. Estaba muy claro que el ambiente no era cómodo, ¿Por qué hizo esa pregunta? Fue como si todo el lugar se callara por unos segundos, tardé mucho en responder, quizás eso hizo la mentira obvia. Espero que no, o espero que sí, así no tengo que seguir teniendo estos encuentros.

Estella ni me miró al entrar, seguramente le fallé, no duré ni quince minutos afuera con él. La siguiente era Celeste, que estaba muy emocionada y nerviosa, Soraya parecía muy enojada al respecto.

Hay algo raro con ellas dos, porque son pareja, pero Celeste parece querer con demasiadas ganas ser la esposa del príncipe, quizás es solo por ser reina, pero... Es difícil de creer que le importe más eso que Soraya.

Las demás princesas se ventilan con sus abanicos, lucen más que nerviosas, Tiana por ejemplo, parece estar teniendo un ataque de pánico. Doreen es la más calmada, pero ni tanto.

Y es que una de nosotras va a ser elegida, y ninguna quiere que eso pase por supuesto... No sé qué haremos.

Yo aún no intenté nada con la chica que me gusta... No puedo dejarlo así.

Ahora que lo pienso, es verdad, una de estas chicas me llamó la atención desde que la vi, si nos separamos, vine en vano...

Príncipe, esto es la guerra.