·•Padre e hija•·

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- Sientate, tengo mucho que decirte Allison - Una vez estando en la sala junto con la chimenea, aparté la lana,  que desde el día en el que tuvimos que tejer nunca más fue tocada, y tomé asiento.

- Si es sobre nuestra relación quiero que sepas que te perdoné por haberte separado de mí, ya que sé que no fue tú culpa.

- ¿Y me perdonaste por lo otro? - Nerviosa comencé a morder mis uñas y así sacar mi esmalte.

- No sé de qué hablas - Le contesté en un tono bajo.

No quiero que hable de mi padre.

- Ya te lo dije antes, pero lo repetiré, sé que me sigues culpando, y si vamos a estar bien necesito que me expliques por qué piensas que tengo algo que ver con el arresto de tú padre.

Me pareció estúpido lo que dijo, es más que obvio por qué pienso que fue él quien lo metió a prisión.

Años me guardé lo que pensé sobre esa noche. Y es que era pequeña y no la recuerdo bien.

Sé que tenía aproximadamente diecisiete, es decir, fue seis años atrás.

Teodoro tenía dieciocho años, y era mi amigo desde mis quince años.

Él y Cynthia eran mis únicos amigos en realidad, ella en ese momento aún no se había cambiado de país, éramos muy unidas, casi inseparables.

Grayson tenía diecinueve años y era el responsable de cuidarnos esa noche.
Estábamos teniendo una pijamada de la cual él obviamente no quiso formar parte, nos llamó infantiles recuerdo bien, pero poco nos importó.

Él estuvo toda la noche tenso, recuerdo que hasta insultó a Cynthia, ella no le agradaba, y siempre asumí que fue porque ella estaba enamorada de él y no era recíproco, claro que recientemente el padre de Grayson se había divorciado oficialmente de mi madre luego de años de peleas para que él firmara los papeles y así mis padres se pudieran casar, eso también podía explicar su mal carácter, él quería mucho a su padre, y aunque también quería al mío no era lo mismo.

Mi madre quedó embarazada de mi dos años después de tener a Grayson, y fue ahí cuando rompió con el padre de el anteriormente mencionado, pero él seguía insistiendo que el divorcio no era la solución y pasaba mucho tiempo con mi familia, demasiado. Y para peor él y mi padre se detesataban, los que hacía la situación aún más incómoda.

El caso es que esa noche, de truenos y lluvias fuertes, mi padre llegó a casa para encontrarse con Grayson bebiendo en su dormitorio. La edad legal para beber aquí en el pueblo es de veinte años, por lo que si alguien lo llegase a ver le podrían dar seis meses de prisión, y la prisión del pueblo de Siara no es para nada linda.

Recuerdo muy bien esto porque yo estaba en el piso de arriba, subiendo con mis amigos para ir a saludar a mi padre.

Y entonces vimos cómo él estaba furioso, gritándole a Grayson, mientras tenía una botella rota en la mano.

En ese momento pensé que lo mataría con ella.

En mi mente pensé que mi padre estaba borracho, ya que el tomaba mucho, y a veces más de la cuenta, y que había llegado agresivo y estaba descargando su enojo con Grayson, lo que me puso furiosa.

Entonces intenté intervenir y tomé del brazo a mi padre, pero él hizo un mal movimiento para sacarme y le dio con la botella a Grayson, quién comenzó a sangrar.

No sé cómo la policía llegó en cuestión de segundos, y arrestaron a mi padre por intento de asesinato, a una pena de nueve años en prisión.

Grayson me explicó esa misma noche, mientras veía como mi padre forcejeaba para escaparse del agarre del padre de Teodoro quién en ese entonces era un policía novato, que la botella era de él y que mi padre no estaba alcoholizado.

Entonces todo había sido un malentendido, un gran malentendido. Y mi padre estaba en prisión.

Y entonces esos años me pregunté, si no hubiese llegado la policía tan pronto, o si ni siquiera hubiese llegado, ¿Mi padre seguiría estando conmigo? La respuesta era sí.

Entonces ¿Quién llamó a la policía? Era una noche muy ruidosa, y los gritos de mi padre un vecino no los pudo haber escuchado, por lo tanto había sido Cynthia o Teodoro, quién frente al miedo, asumo yo, llamaron a la policía.

Testificar no sirvió de nada, Cynthia ya se había ido del país y Teodoro no quería decir nada. Entonces pensaron que solo intentabamos defender a nuestro padre, era un testimonio inútil, los policías tenían otra versión, un padre que suele tomar en grandes cantidades un día se pasa de la cuenta, discute con su hijo e intenta matarlo con su propia botella.

Aún extraño que mi padre me diga Alli, aún extraño que me abrace, aún lo extraño a él.

- Tienes todo que ver, tú llamaste, y ya te dije que entiendo que por el miedo lo hayas hecho, pero no te perdono no haber testificado.

- ¡Mi padre no me dejó hacerlo! - Gritó enojado. Veníamos aplazando esta plática por mucho tiempo.

- Siempre es lo mismo ¿No? Haces todo lo que dice él, y mira cómo terminaste - Dije entre lágrimas, quizás él había sido corrido de su casa pero yo perdí a mi papá, tengo motivos.

- Eso me duele Allison - Dijo parándose del asiento - Además yo no llamé, fue Cynthia, todos estos años te lo he intentado decir, pero claro, no ibas a creer que tú mejor amiga, aún mejor que yo, llamo a la policía, ¿Sabés por qué? Porque fue ella quién le dio el alcohol a Grayson, todo fue un plan, me lo dijo antes de irse. Pero no te quise lastimar y prometí callarme, pero no más.

- Ella jamás me haría algo así... - Comencé a sentir náuseas, Cynthia no era así, era mi amiga.

- ¿Y crees que yo sí? Ese viaje que hizo... ¿No crees que fue muy inesperado? ¿Improvisado?

No quería escucharlo más, así que me fui corriendo de la sala, mientras me iba pude ver a Clara, quién me miraba confundida y empezó a perseguirme.

Le dije que quería estar sola, no me hizo caso.

Clara me hace acordar a Cynthia, es por eso que la quiero, y si Clara no me podría traicionar, entonces Cynthia tampoco.

Pero... ¿Y si fue ella?

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