·•Lo que pasa en el baño se queda en el baño•·

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Aplaudimos contentos, hasta los mayordomos, que ya se habían enterado de básicamente todo. Orgullosos de nuestro plan, que lo único que haría es confundir a la reina y al rey, pero algo es algo.

- Bueno chicos, quiero que sepan que aunque aún no sé cómo aceptar su sexualidad, espero que el día de hoy les haya demostrado que los apoyo... Y que si pierdo el trabajo lo perderé con orgullo - Pronunció Estella, mi madre Ángela la tomó por los hombros para reconfortarla.

- Aquí nadie perderá su trabajo - Le susurró con alegría - En vez de ponernos sentimentales tendríamos que estar impresionados por la buena actuación de nosotras Estella, y la de Teodoro y Grayson fingiendo ser gays.

- ¿Quién dijo que actuábamos Ángela? - Dijo Teodoro mirando al príncipe con una sonrisa ladeada. No me sorprendía que estuviese enamorado de él, es un poco más bajito que Teodoro, y su pelo un poco más claro. Tiene unos ojos preciosos y claros, y se mantiene en mejor forma que el anteriormente mencionado - Príncipe, aprovecho la ocasión para decirle que si ellas no quieren casarse con usted, estoy ampliamente disponible.

El príncipe bajó de la mesa susurrando “sí sí, lo sé Teodoro” mientras enrojecía de la vergüenza, tenía que hablar con Teodoro, aunque no seamos muy amigos en estos momentos me tendrá que escuchar, no puede ir por ahí forzando una relación con un chico heterosexual.

Por otro lado Grayson, ante las palabras de mi mamá, se sonrojó, apenas se notó, pero yo al estar al lado lo pude ver.

Grayson nunca se sonroja, pensé. A el chico se le declaraban cinco chicas por día y jamás desde chico lo ví sonrojado.



Platicamos un poco sobre nuestro siguiente movimiento, que sería intentar negociar una salida limpia de la competencia. El trato era que la reina y el rey le dijeran al periódico que el príncipe no estaba enamorado de ninguna de nosotras, sin mencionar nuestra orientación sexual para así no ser odiado por todo el pueblo.

Es fácil decir que deberíamos aceptarnos y no ocultarlo, pero cuando eres una princesa en un pueblo tan chico y conservador no es algo que hay que tomarse a la ligera.

Particularmente no le diría a nadie, si se enteran se enteran, pero no es algo que gritaré a los cuatro vientos, es mi vida privada, además jamás me declaré heterosexual, ¿Por qué debería declararme homosexual entonces?

Nos separamos y me crucé con Estella, quién tenía una sonrisa triste en su rostro.

- Lo lamento Allison, lo de las flores, las amenazas... Todo - Sin saber cómo, sacó un ramo de flores detrás de su espalda, eran exactamente como las que me había roto hace días.

- Gracias Estella, y yo lamento poner en peligro tú trabajo - Le dije con pena, aceptando las flores.

- Tranquila, lo que pasará lo hará, y no depende de nadie más que de quién tome la decisión de echarme, no deberías sentir culpa - Sentenció mientras me abrazaba - Ahora ve y dale esas flores a tu enamorada.

Le sonreí en respuesta, seguro a Tiana le encantarían.

Mientras cada persona volvía a la normalidad vi a Tiana entrando en el baño, por lo que decidí seguirla.

Realmente me costó hacer eso, traía un vestido muy ajustado y escotado, lo que me hacía sentir incómoda, pero tampoco es como si tuviera mucha ropa que elegir para cuando viene el rey y la reina.

A pasos apresurados llegué mientras ella estaba retocandose el maquillaje, traía un lápiz labial rosado pastel y un vestido blanco con mucho volumen.

Preciosa.

- Hola linda - Dije mientras me posicionaba atrás de ella, aunque nuestros vestidos impedían un acercamiento mayor.

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