·•Tic-tac•·

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- ¿Estamos listos? - Preguntó Estella mientras cargaba un maletín lleno de dinero.

- Sí capitán estamos listos - Contesté bromeando.

- ¡No los escucho! - Por primera vez Estella me seguía una broma, ¿Estaré soñando?

- ¡Sí capitán estamos listos! - En mi mente me preguntaba quién diría el famoso "Uh"

- Uh... - Susurró Tiana a mi lado, lo que me dio mucha ternura.

- Vive en una piña debajo del mar... - Dijo Agustín plenamente emocionado. Tristemente nadie contestó, Estella dijo "No alargues el chiste" fue realmente cómico - ¿Nadie? Bueno...

Pero no tardó en acercarse a él Teodoro, quién asumo le siguió el juego, Agustín rio incómodo y me miró a mí, ¿Qué quería que hiciera? Yo también estaba enterandome de que Teodoro es gay.

- ¿Cuánto hay en esa maleta? - Preguntó Eva tocandola por los costados. Era de color negro opaco, nadie vio cómo fue llenada. Estella se metió a una habitación con candado y puso dinero o quién sabe qué ahí.

- Lo suficiente para aplicar un soborno - Contestó Estella.

- ¿En serio creen que su propio padre va a delatarlo? Además no tiene pruebas, nunca logró vernos ahí... - Dijo el príncipe ingenuo.

- Te advierto que tú suegro está mal de la cabeza, además de que hay muchos testigos - El príncipe tragó en seco cuando Teodoro dijo la palabra "suegro". Y se quitó de su lado haciéndome compañía a mí.

- Ni lo sueñes - Dijo Tiana, quién fue derrocada de su posición, es decir, de mi lado, por culpa del príncipe - Qué sea más bajita no significa que no esté aquí.

- Por favor Tiana, ¡no me dejes con ese chico! - Contestó Agustín.

Estas horas Agustín y Tiana han estado teniendo pequeñas peleas, sobretodo porque el príncipe quiere acercarse a mi y haciendo eso a veces excluye a Tiana. Estoy en el medio entre mi amigo y la futura madre de mis futuros inexistentes hijos.

Los dejé discutiendo y ayudé a Estella a cargar la maleta, estábamos en camino a los vehículos.

- ¿Crees que un policía aceptará un soborno? - Le pregunté a Estella.

- ¡Qué buen chiste Allison! - Me respondió ella.

- ¿De dónde sacaste la plata? - Cuestioné dudosa.

- Este... De aquí y de allá... La encontré... sí eso, la encontré.

- ¿La encontraste en una habitación con una contraseña que solo tú conoces?

- Te diré pero no le digas a las otras por favor - Yo asentí eufórica con mi cabeza - Es mía, son algunos de mis ahorros, pensaba donarlos... Pero si esto sale bien podría recuperarlos en unos meses.

- ¿Estella gastaste tu plata en este plan? - Quedé petrificada, Estella me tapó la boca con su guante de tela, y pronunció un muy claro "shh"

Le prometí que íbamos a triplicar esa suma de dinero y lo donaríamos a su nombre, es lo mínimo que podíamos hacer.



Calculaba que serían las cuatro o cinco de la tarde cuando llegamos a la casa del padre de Teodoro.

Era una casa de dos pisos, pero a su vez no era tan grande. Sabíamos que estaba en su casa porque las luces estaban prendidas y su coche estacionado en la vereda.

Teodoro se veía dolido, estaba a punto de hacer negocios con su propio padre.

Quien entró fue Estella junto con Agustín. Ambos bastante nerviosos, si esto salía mal y no aceptaban podríamos ser acusados por aún más cargos penales.

Si mi mamá se enterara de esto me mataría, y quizás Grayson me aplaudiría, ese chico es extraño.

Esperamos en el auto, realmente muy nerviosos. Cualquier persona podía pasar y reconocernos, si no fuese claro por los benditos vidrios polarizados.

Cuando ambos salieron de la casa con el maletín en mano supimos que no había funcionado.

- Aceptó - Dijo Agustín, sin saber si estar feliz o decepcionado.

- ¿Y el maletín entonces? - Preguntó Clara, y a medida que se lo sacaba de las manos a Estella se notaba que su peso había disminuido.

- Él... Dejó otras cosas - Dijo Estella mientras le pedía con urgencia en sus ojos al chófer para arrancar.

Cuando Clara por fin abrió el maletín lo cerró tan rápido que no pudimos ver su contenido.

Una bomba, pensé yo, dramática obviamente.

Empezamos a querer quitarselo a Clara que no nos dejaba ver.

- Allison, míralo, pero solo tú.

Cuando abrió aproximadamente cinco centímetros el maletín en frente de mis ojos pude ver ropa, un calzado y un cuaderno.

Reconocí la ropa de Teodoro.

Lo habían echado de casa.

Clara me sonrió con tristeza y volvió a bloquearlo.

Teodoro se mordía las uñas nervioso, dije en voz alta que era algo que veríamos al llegar a casa. Soraya y Celeste, mucho más pacientes que Doreen y Eva, las tranquilizaron para que se aguantaran hasta llegar.

Fue un viaje largo, que para hacerlo más relajado, intenté sacar temas de conversación como la donación que teníamos que hacer en nombre de Estella, me negué a revelar el motivo.

Clara me miró sorprendida, y hasta me preguntó si me encontraba con fiebre. Después de las cosas que me había hecho Estella, como romper un ramo de flores en mi rostro... Dato que le había contado a todas las princesas días después del suceso, Clara no entendía por qué haríamos eso por ella.

Mientras íbamos de camino encontré a mi madre y a mi hermanastro caminando en dirección a la residencia.

Le pedí al chófer que parara, así podía bajar y ver qué pasaba.

Ambos tenían una maleta en cada mano, y lucían muy sucios, y mojados.

- ¿Qué les pasó? - Pregunté mientras los veía con impresión.

- Siempre tan discreta - Dijo Grayson chasqueando la lengua.

- Mi amor, mi niñita, la luz de mis ojos, el pétalo de mi flor, el alcohol de mi daiquiri...

- Sí ya entendí madre ¿Qué pasa?

- ¡Niña tonta! ¿No ves que estoy toda empapada en agua sucia?

- ¿Dónde quedó lo del alcohol de mi daiquiri?

- A veces se puede tomar solo jugo... - Contestó ella.

Eso me dolió, pero me dio gracia a la vez.

- Te lo resumo, se rompió un caño en casa y a mamá le da pena pedirte si podemos ir a vivir con vos a la residencia, a lo que le dije que no era tu casa y ella se animó a venir.

- Le preguntaré a...

Estella poco más saltó del auto para gritar ¡Por supuesto! Miró un poco de más a Grayson y luego saludó a mi mamá, diciéndole que necesita mucha ayuda para controlar a tantas chicas en la residencia. Mi mamá un poco apenada le agradeció con un abrazo, aunque ellas en realidad no se llevaron nunca muy bien, Estella lo correspondió.

- Por cierto hermanita, el rey anunció hoy que mañana irá a la casa donde ustedes viven, ¿Están preparados?

Realmente vivimos aislados, porque nadie tenía idea de la noticia, ni el propio Agustín.

Estella fingió otro desmayo pero esta vez en los brazos de Grayson. Lo que no sabía es que al joven no le gusta ser tocado y la soltó.

Pues sería el único evento gracioso de estos días.



No suelo comentar en mis historias pero quería desearles una muy feliz navidad y año nuevo, espero la pasen muy bien 💜

Y a aquellos que leyeron “¿Me prestas tu bañera?” decirles que puse referencias de esa historia también.

¡Gracias por todo! Se viene una nueva portada, bye!

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