·•El grito•·

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Me desperté algo agitada, escuché un ruido estruendoso, como el de una puerta, y además tuve pesadillas a lo largo de la noche. Donde el rey y la reina venían a la residencia y nos descubrían.
¿Pesadilla o premonición?

Me fijé en el reloj de la habitación, debido a que se encontraba tan lejos de la cama fue una tarea difícil, dictaba las cinco de la mañana.

¿Por qué no me fijé en mi celular?
Porque adivinen qué otra tonta regla existe en este lugar... Sí, nada de celulares.

Por eso es que en parte tener a Grayson y a mi madre aquí me facilita la comunicación, o más bien, me permite la comunicación con ellos.

Cuando me voltee vi a Tiana, su cabello largo enredado cubriendo su rostro. No es como que ella roncara... Pero digamos que no emite los sonidos más placenteros.
Lo que me hizo querer con más motivos salir de la habitación por un té.

La luz de la cocina me indicó que no era la única que se despertó a tal peculiar hora.

- Hola Eva - Me senté en la cocina, en un taburete tan pero tan alto que ni mi camisón llegaba a tocar el piso.

- Hola Allison.

Mientras veía a Eva notaba algo raro en su rostro, parecía que tenía los ojos hinchados.

- ¿Estuviste llorando? - Me atreví a preguntar.

- No, me estuve drogando - Dijo de una manera muy casual. Casi que me caí del banco, si Estella se enterase... - Es broma, sí estuve llorando. Inventaría una mejor escusa pero tengo demasiado sueño como para pensarla.

Me dolió ver a Eva así. Más porque esperaría ver a cualquier otra princesa llorar antes que a Eva, me pasó lo mismo con el príncipe cuando dejó de sonreír. Es algo impropio de esa persona y piensas que algo está realmente mal.

- ¿Me contarás por qué?

- ¿Te importa? - Me sentí mal por su pregunta, desde mi llegada, y luego de nuestro encuentro, admito que no estuve mucho tiempo con Eva, suelo pasar más con Tiana, Clara e incluso Soraya, pero con Eva, Doreen y Celeste simplemente me siento como un cero a la izquierda. Somos muy diferentes.

- Claro que sí.

- Bueno, resulta que Doreen me confesó, luego de tres años, que está enamorada de mí - Dijo con una mueca de dolor - ¿Y sabés lo que hice? Me reí. Como una perfecta idiota. Pensando que era un chiste. Porque, ¿Cómo iba yo a creer que por primera vez la chica que me gusta me da la hora? Claro que no se lo tomó bien, comenzó a llorar, ¿Y sabés lo peor de Doreen? Que esa chica es orgullosa, y se secó las lágrimas, negando su llanto y pegando un portazo mientras me decía lo mucho que odiaba estar enamorada de mí.

Las lágrimas de Eva caían sobre el mantel, y eran tantas que parecía una mancha que la taza había generado.

Me levanté a abrazarla por detrás de su asiento. Ella al principio no se dio vuelta, luego lo hizo correspondiendo el abrazo.

- ¿Qué piensas hacer? - Pregunté mientras la soltaba y tomaba mi té.

- Aprovecharé que viene la familia del príncipe y pediré salir de la competencia. No quiero lastimar más a Doreen, bastante ya lo he hecho cuando me acostaba con todas esas chicas y se lo contaba, como una especie de venganza por no enamorarse de mí... Fui tan estúpida - Me sonrojé pensando en que fui una de las chicas con la que se acostó - ¿Te has sonrojado? Pensé que hacías ya esas cosas con Tiana, si sabes a lo que me refiero.

- Sí, sí... Las hacemos - Dije avergonzada - Pero eso no es el tema que importa. Desde mi perspectiva lo mejor sería que todas nos fuéramos de aquí, lo único que ocasionamos son problemas, para el príncipe y para nosotras mismas.

- Estoy de acuerdo, habría que hablar esto antes de que vengan. Creo que tenemos tres horas.

- ¿Tan pronto? - Pregunté alarmada.

- Sí, por experiencia te digo, son personas muy puntuales e intensas, quieren terminar las cosas pronto, así que no gastarán su tiempo.

- ¿Los conoces?

- Claro Allison, vine algunas veces. Y te advierto, siempre consiguen lo que quieren, sobre todo la reina... Ella me da miedo. No sé cómo se tomarán nuestra ida.

Mientras Eva se asustaba por eso yo tenía más por el hecho de que la reina quiere a Tiara como futura esposa de Agustín. Eso sí que me aterra.

Me despedí de Eva con un último abrazo y algunos alientos, diciendo que podía ir a dormir con nosotras sí se sentía sola, pero lo rechazó amablemente.

Mientras intentaba dormir un poco más, no tanto ya que nos teníamos que juntar para discutir el plan, recordé lo que dijo Eva.

Siempre consiguen lo que quieren, sobre todo la reina”

Y me dormí con esa frase en la cabeza.




Cuando desperté, por segunda vez, me encontré con los ojos brillantes de Tiana mirándome, mientras me acariciaba el pelo. A penas se dio cuenta que estaba despierta lo soltó.

- Perdón... Y-yo no te quería despertar Ally.

La tomé de la mano que me estaba acariciando el pelo y la acerqué hasta mí.

La besé por unos instantes hasta que tocaron la puerta, o más bien, la abrieron mientras lo hacían.

- Ustedes, las acarameladas, levántense que tenemos una reunión pendiente - Decía Celeste mientras tomaba de la mano a Soraya. ¿Las acarameladas nosotras? Sí cómo no.



Estuvimos una hora exacta discutiendo cómo diablos, y discúlpenme el vocabulario, le diríamos al rey y la reina que no habría ninguna candidata.

Mamá ayudó a Estella y a los mayordomos a cocinar, quizás la comida les ablandaba el corazón. Mientras que Grayson y el príncipe, estuvieron huyendo constantemente de Teodoro, el cual desconozco ahora que se encuentra tan... Acosador digámosle. Lo que los hizo hacerse más cercanos sin duda. Grayson se sorprendió por la noticia de la sexualidad de Teodoro, pero no le dio tanta relevancia.

Así que dejando a esos tres gays reprimidos, y las señoras que desde hoy se volvieron chefs, solo éramos nosotras planeando el, valga la redundancia, plan.

Cuando escuchamos el timbre lo confundimos con el latido del corazón de alguna de nosotras, pero tristemente no era eso.

El mayordomo se apuró para abrir.  Apenas teníamos algunas ideas, era demasiado pronto.

Cuando vimos a todo el servicio poniéndose en una posición de 60° sobre sus piernas supimos que habían llegado.

Saludamos de igual forma, mientras ellos pasaban por el largo pasillo de mármol. Resonaban los zapatos de varias personas, sus guardias pensé yo.

Cuando finalmente los tenía en frente a mi nariz el rey comenzó a hablar con Estella, parecían amigos o al menos allegados. Mientras que la reina me vió, y puedo jurar que hizo una mueca de desagrado, pero fue mínima, como si quisiera pasar desapercibida.

¿Hice algo mal?

En seguida se acercó, y en mi mente ya me imaginaba bajo su falda un cuchillo, y una muerte pronta.

En cambio se acercó a Tiana y la abrazó.

Repito. La reina abrazó a alguien.

Eso no es algo común. La cara de Tiana demostró que estaba en lo correcto.

Luego le susurró;

“Bienvenida a la familia”

Nunca me identifiqué tanto con la pintura “El grito”

♔ Casa De Princesas ♔Where stories live. Discover now