태 38. KTH [7] 국

1.7K 237 59
                                    

Una vez en la casa de Hobi cenamos mi comida favorita, la que preparó su madre y que siempre hacía cuando sospechaba que mi vida iba en caída libre, bañados y cambiados nos acostamos para dormir, pero no lo hicimos, era imposible lograr pegar un o...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una vez en la casa de Hobi cenamos mi comida favorita, la que preparó su madre y que siempre hacía cuando sospechaba que mi vida iba en caída libre, bañados y cambiados nos acostamos para dormir, pero no lo hicimos, era imposible lograr pegar un ojo con todo lo que había sucedido.

—¿Ahora si vas a decirme qué sucede? —lo abracé fuerte— Tae no sos así de cariñoso generalmente, ¿pasa algo?. ¿Tu madre va a volver a internarte en ese espantoso lugar?. —preguntó alarmado— ¡Está loca! Te vas a quedar a vivir conmigo, mamá te ama, no creo que tenga problema. Lo siento, pero es que eso no te hace bien, estabas mal en ese lugar ¡¿En que está pensando?!. Seguro esa arpía de la psicóloga trató de convencerla de…

—Psiquiatra. —le corregí.

—Psicóloga, psiquiatra, lo que sea, seguro que le dijo que te interne ¿verdad?.

—¿Hobi?.

—¿Si?.

—Solo callate ¿queres?. —soltó una risita y me abrazó más fuerte.

Nos quedamos abrazos sin decir nada por al menos una hora, me gustaba abrazarlo, es mi mejor amigo. En la escuela no se podía, todos nuestros compañeros nos miraban, se burlaban o nos molestaban, decían que nos gustabamos o incluso soltaban palabras más bruscas. Llegué a no tener animos de intentar defenderme y dejé de abrazar a Hobi en público después de unos meses. ¿Abrazar a alguien estaba mal? ¿Querer sentirse bien brindando cariño a las personas que queremos está mal?. A estas alturas no me sorprendía que la sociedad castigara cualquier tipo de demostración afectuosa.

—Tae, me preocupas amigo, prometo de que ésta vez si voy a ayudarte a escapar de esa clínica. —dijo con una sonrisa en el rostro.

—Voy a irme lejos y no sé cuanto tiempo. —respiré profundo para poder continuar— Dicen que es un campo en donde voy a pasar unos meses para reflexionar, hay psicólogos y chicos de nuestra edad. Es un tratamiento que la iglesia le ofreció a mi madre.

Su mirada se tornó oscura.

—¡No podes ir a ese lugar!. —reprochó con la voz algo ronca— No pueden llevarte, en poco tiempo cumplis dieciocho años, en algunos países esa es la mayoría de edad, sos mayor. ¡Ella no puede seguir haciendote esto!.

—Hobi calmate, es mi madre, solo hace lo que cree que es mejor para mi. Solo va a ser por un tiempo, escuché que vas a poder ir a verme, solo si queres ir.

—¿Cómo no voy a querer, tonto? —volvió a abrazarne mientras sus lágrimas mojaban mi cabello— Sos mi estúpido, idiota, pero más querido amigo. Tengo miedo, escuché que en esos lugares torturan a la gente.

—¿Cómo van a torturar gente, Hobi?. —las preguntas de ésta noche volvieron a mi cabeza— Hobi… ¿Pensas que lo que yo siento por Jungkook está mal?.

No quería escuchar su respuesta, ya la conocía.

—¿Te acordas el día que me lo contaste? Pensé que estabas loco, que eras un maldito pervertido y te lo dije. —asentí riéndome por esa tarde en que le confesé lo que sentía— Bueno, ahora entiendo algunas cosas y aunque no estoy de acuerdo, jamás podría juzgar lo que sentís. Todavía nunca me pasó de enamorarme de alguien, pero solo espero que cuando suceda pueda amar como vos lo haces, profundamente, como cuando tu voz suena melosa al hablar de él o la paciencia que tenes para seguis esperándolo. Cuando eso suceda conmigo, me gustaría que alguien me apoye y no trate de cambiar mis sentimientos. Así que no, no creo que estén mal tus sentimientos, no es común y es un gran tabú, pero no está mal.

—Gracias.

—¿Por qué?.

—Por quererme igual.

Eran las cinco de la mañana cuando Hobi me acompañó a casa, su madre había hablado con la mia para que supiera que estaba ahí.

—Entonces ya sabes, si sufrís de algún daño psicológico o físico vas a decirmelo.

—Ya Hobi, dejá las películas. —comencé a reír mientras caminabamos hacia mi casa.

—Vas a tocar tu nariz una vez si es psicológico únicamente y dos veces si es físico también. —hizo la señal sobre su propia nariz mientras yo reía a carcajadas— Y con el dedo pequeño para que no me confunda de cuando te molesta un moco. —lo golpeé para que callara, en cambio rió más fuerte.

Debía llevar ropa únicamente, no celulares, no accesorios, no fotos, tampoco ropa llamativa, al menos eso nos dijo mi madre en cuanto Hobi y yo nos sentamos en las sillas del comedor. Mi mejor amigo me ayudó con mi mochila ya que era poco lo que debía llevar.

—Estuve pensando, —interrumpió el silencio— y lo mejor es que no muestres tus sentimientos ni hables de Jungkook allá, yo puedo entenderte Tae, pero ellos no. Vas a hacerles caso; a omitir sentimientos y preguntas, porque sé lo curioso que sos; vas a aprenderte cada canción de esa estúpida religión y la mierda de libro que usan, para que piensen que sos muy devoto del “señor”; vas a estar despierto a primera hora y ayudar incluso a aquellos que te caigan mal. Pero lo más importante es que no decaigas, no llores, no te deprimas, no estás solo, yo voy a ir siempre que pueda. Y por último, solo no te dejes lavar el cerebro ¿si?.

Hobi era muy dramático, me hacía sentir que iba a la guerra. Antes de subir al autobús que me vino a buscar hasta casa, Hobi me abrazó fuerte diciendome “Te voy a extrañar, no olvides lo de la nariz”. Mi madre trató de abrazarme, pero me negué. Todo fue bastante conciso en realidad.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora