태 41. Fragilidad 국

1.9K 257 129
                                    

—¿Y éste?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Y éste?. —lo miré saliendo del probador.

—Lo importante es que a vos te gusten, Taehyung. —respondió desde el sillón frente a los probadores.

—Es que ninguno me convence.

—Vayamos a otra tienda, mi mamá me dio suficiente dinero para… —lo interrumpí.

—No quiero usar eso, voy a usar lo que tengo de ahorros.

—Es un regalo.

—Igual. ¿Qué tal en un año cenar juntos y pensar “mi suegra pagó mi ropa”? sería ilógico.

Cerré mi boca cuando entendí los disparates pensando en voz alta, hablando con tanta confianza en que seríamos novios, que en el fondo mi corazón dolió un poco ya que la duda era parte del futuro. Recibí unas risitas de su parte y fue en ese momento en que corroboré que no estaba enojado, así que giré sobre mis pies.

—¿Cena? ¿Suegra? Vos si que pensas en grande, Kim. Al menos sé que me incluis en tu vida y eso me gusta, me asusta, pero me gusta. —mencionó en mi oído.

Habíamos almorzado y cargado miles de bolsas de Jungkook como de su madre, porque no, no volveré a llamarla tía, o al menos evitaré hacerlo. Recorríamos el shopping en busqueda de algo para mi, cuando vi la ropa que realmente llamaba mi atención, encontré mi propio estilo, solo esperaba que a él gustara.

—Ya encontré el lugar indicado. —observé a Jungkook de reojo— Quiero que opines sin guardarte comentarios, se sincero. ¿Qué opinas?.

Ignorando mi pregunta volteó hacia su madre que venía caminando detrás de nosotros.

—Mamá ya es tarde, Taehyung y yo nos quedaremos un rato más, es mejor que vayas a descansar porque llegaremos para ver películas y no podes negarte.

—De acuerdo, pero cuidense y cualquier cosa me llaman.

—Te llamo, tranquila, estoy con Taehyung.

—Hijo, gastá lo que necesites, no te prives de nada ¿si?. —asentí con una sonrisa y la vi irse por las escaleras mecánicas saludandonos con una mano.

—Bien, ahora a esa tienda. —tiró de mi muñeca y yo me quedé quieto en mi lugar aunque él intentaba avanzar— ¿Pasa algo, Kim?.

—Nuestras manos… están muy cerca y nos pueden ver.

—¡Ay Tae!. —se echó a reír— No pasa nada si nos ven, además me gusta.

Sonrió de costado, mirando sus zapatos y me pareció tan adorable como peligroso,  Jeon Jungkook era un peligro al que estaba accediendo voluntariamente. Sin embargo, esos gestos generaron algo de seguridad en mi, había esperado mucho como para rechazarlo ahora. Pero sabía bien qué era lo que podíamos y lo que no podíamos hacer. Deshice el agarre de su toque en mi muñeca y con mi otra mano tomé su mejilla acercandome para dejar un beso en su frente. Quería que supiera que deseaba ese enlace, pero no era posible.

Se sentiría tan bien algo de libertad.

Minutos más tarde y treinta prendas de cambio después.

—¿Todo eso vas a comprar?.

—Si, sentate en ese sillón que necesito tu opinión.

Al entrar al probador miré los outfits que había elegido, uno para cada momento. Al desvestirme no evité observar mi reflejo en ese enorme espejo frente a mi. Presencié cada detalle de éste, no tenía un abdomen muy marcado como los chicos de mi edad, aunque si habían marcas, parecían apenas rayones no muy notorios, la punta de zapatos en un pasado; mis brazos no eran gruesos, no había tenido tiempo de ejercitarme, de la universidad a casa, de casa a la iglesia, mi madre no me dejaba trabajar porque sostenía que no podía saber lo que hacía en otro lugar lejos de ella; mi espalda no era ancha como suele gustarle a las chicas. Continué el recorrido por el reflejo, encontré algunas cicatrices que apenas se notaban, pero ahí estaban, presentes, luego mis piernas, no estaban mal, era imposible no preguntarme ¿a él le gustará lo que soy? ¿se sentirá atraído por mi algún día? ¿no preferiría a alguien más?

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora