태 48. Deseo 국

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Ya hemos dormido juntos, incontables noches, en otras situaciones, cuando él estaba triste y dolido; cuando solo dejaba de llorar si le cantaba hasta dormir; cuando yo estaba triste, pero no más que eso

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Ya hemos dormido juntos, incontables noches, en otras situaciones, cuando él estaba triste y dolido; cuando solo dejaba de llorar si le cantaba hasta dormir; cuando yo estaba triste, pero no más que eso. Había terminado todo luego de que empezara su noviazgo con Park. Ahora yo estaba parado en medio de su habitación con miedo de hacer un movimiento en ese ambiente tan ajeno a mi, se había vuelto ajeno con nuestras caricias inocentes después de volver del hospital y luego de nuestro beso.

—¿Trajiste para cambiarte? —preguntó y yo casi contesto— No te preocupes, yo tengo para prestarte. —abrió su armario y sus prendas eran demasiado ajustadas en comparación a las mías, vi sus manos envueltas en telas que pude reconocer— Lo tuve un tiempo, me da vergüenza decirlo, pero hace un tiempo te lo robe porque ya no dormíamos juntos y no lograba dormirme sin tu perfume.

Aquellas prendas que no eran más que una remera y un short corto de dormir, solo significaban eso para mi. Desde su toque han pasado a ser miles de emociones enfrascadas en unas prendas viejas. Me extrañaba, extrañaba que durmiéramos abrazados y extrañaba mi perfume. Pero no solo el perfume, sino hubiera tomado el frasquito que dejo sobre la cajonera, extrañaba el perfume en combinación con mi piel. Esto se había vuelto tan sugestivo que automáticamente mi cabeza fue directo a algún punto de la habitación en donde mis pensamientos desaparecieron.

—Los tenías porque...

Intenté pensar bien, juro que intenté creer que era porque le gustaba usar ropa más grande y cómoda para dormir.

—Porque me gusta el olor de tu piel al dormir.

Ya no podía justificar esto sin pensar mal de las palabras que salían de sus labios, sus hermosos, rojizos y carnosos labios. Se acercó a mi y cruzó sus brazos sobre mis hombros, estabamos tan cerca.

—J-Jungkook...

—¿No vas a cambiarte? —preguntó sacándome de mi trance.

—Ya vuelvo. —dije para ir hacia el baño del pasillo.

No estaba bien, mi cuerpo estaba reaccionando mal a cualquier cosa que él dijera. Mojé mi rostro y cuello con agua fría luego de cambiarme, tratando de estabilizar mis hormonas. Era horrible objetivizarlo para el placer propio, era tan humillante tener pensamientos tan oscuros respecto de la persona maravillosa que amaba. Sexualizarlo era lo peor para mi, porque eso significaba tratarlo como objeto dentro de mis pensamientos y Jungkook era una persona, una persona perfecta y tierna que no merecía ser ultrajado de esa manera tan cruel; dejando sobre su cálida piel besos húmedos, ni mordidas que dejaran marca sobre su tez blanca; no era correcto pecar sobre su cuerpo como pecan los que sienten deseo por lo prohibido, mucho menos conocer cada rincón de su piel y besar todo de ella en un intento de no morir sobre su pecho. No, eso no era correcto, pero era lo único que en este momento deseaba.

Volví a mojar mi rostro unas cinco veces más con el agua helada en mis dedos y luego procedí a regresar a la habitación. Había prendido unas pequeñas luces, similares a las navideñas que colgaban por toda su habitación y que con la luz apagada resaltaban en un tono amarillento, te recibían intensas sobre el borde del respaldo de su cama enrollándose por los hilos en la pared donde colgaban uñas lindas fotos polaroid que supe identificar de ambos.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora