7. Ryusoken

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Villa Foosha.

3 años antes.

-¡Tu puedes, mocosa! -gritó un esperanzado Garp.

-Hago lo que puedo -respondió una Yara de 11 años, de rodillas en el suelo.

-No, no lo haces -dijo Garp mientras comía una manzana- Una nieta mía no tiene ese potencial como máximo, da más.

-No soy tu nieta de sangre, viejo.

-No hablo de sangre, hablo de voluntad -Dijo mientras le daba un golpe en la cabeza- Ahora silencio y concéntrate, que fluya por tus brazos.

-Eso hago.

-No olvides que te quiero -sonrió el viejo.

Yara rodó los ojos.
La verdad, también lo quería como su abuelo.

-Bien -dijo mientras se concentraba, cerrando los ojos.

Tomó aire y suspiró.

-Ryusoken.

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Yara despertó en su cama, con un fuerte dolor de cabeza y sentía como si su cuerpo pesara toneladas.

Estuvo unos largos minutos mirando el techo, intentando recordar lo que ocurrió.

De pronto, abrieron la puerta.

-¿Estás despierta? -dijo Garp asomándose.

-Si -respondió débilmente.

-Makino te ha preparado comida, necesitas comer luego de un desmayo así. -le dijo con un tono tranquilo y dejando un plato en su mesita de luz.

-¿Desmayo? -dijo Yara mientras se sentaba en la cama.

-Debes aprender a canalizar bien tu energía, al hacer el Ryusoken pusiste todo tu haki y perdiste la consciencia. -le explicó dulcemente, algo extraño de él.

-¿Cuánto llevo dormida? -preguntó.

-Unas 15 horas. Vino Ace a verte anoche, pero no despertaste.

Yara se sintió un poco mal por Ace, pero después de todo no era su culpa.

-Bueno, quizás vaya a verlo más tarde.

-De eso nada, debes descansar -la interrumpió Garp- No puedes ir a caminar al monte en este estado.

-Pero...

-Hazme caso, tu debes quedarte en cama y reponer energías. Mañana continuamos el entrenamiento. Debes dominar el Ryusoken.

Yara puso una mueca dudosa.

-Vas a lograrlo -declaró Garp- Creo en ti.

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-Ryusoken -tomó aire- ¡Ryu no Ibuki!

La cubierta del barco comenzó a agrietarse.

Bajo la atenta mirada y sorpresa de todos, el barco se rompía.

Los otros dos barcos se retiraron al ver la destrucción que había frente a sus ojos.

Yara comenzó a debilitarse, ya no tenía fuerzas para saltar de vuelta a su barco. Estaba desvaneciéndose, a punto de caer al agua.

De pronto la envolvió un aura azul que la elevó, evitando que cayera al mar.

Marco la había salvado con el poder de su akuma no mi y se la llevaba volando al Moby Dick.

La dejo en el suelo de la cubierta, respiraba débilmente y apenas mantenía abiertos los ojos.

Pero a pesar de todo, la chica mantenía su sonrisa, estaba orgullosa de si misma de lo que logró.

-¿Estás bien? -preguntaron todos con preocupación.

-S-sí, solo ne...cesito d-descansar -dijo Yara entrecortadamente. Su pecho subía y bajaba intentando estabilizar su respiración y no perecer.

-¡Eso fue impresionante! -dijo Vista emocionado.

-¿Como has hecho eso? -preguntó Marco.

Yara intentó tomar aire para responder pero fue interrumpida por un fuerte estruendo proveniente del otro lado de la borda.

-Llévenla a descansar -ordenó Barbablanca mientas hacía sonar su Murakumogiri contra el suelo.

Marco tomó a Yara en sus brazos y la llevó a su habitación.
Luego de acostarla y arroparla con la ayuda de Thatch, le desearon buen descanso y salieron.

Entró Newgate a duras penas por la pequeña puerta (para su tamaño) y la miró fijamente.

-D-debes estar molesto -supuso Yara.

-Debería, si.

-Lo s-siento -expresó.

-De eso nada, no estoy molesto. Lo que hiciste allá afuera fue realmente impresionante.

-¿Me viste? -preguntó Yara.

-Cada detalle -contestó su capitán- Siempre supuse que podías usar haki del rey, es más, tenía la certeza. Pero no sabía que podías usarlo a voluntad.

-No puedo, debo aprender mucho aún -se lamentó.

-Y esa técnica, ¡Destruiste un barco completo!

-Pero quedé sin energías, si algo fallaba me podrían haber matado fácilmente. Debo entrenar -expresó la chica.

-Para eso habrá tiempo, nos tienes a todos nosotros pequeña, te protegeremos y cuidaremos siempre tal como lo hiciste hoy con nosotros. Estoy realmente orgulloso de ti.

-G-gracias padre.

Barbablanca salió (tan complicadamente como entró, no todas las puertas estaban adaptadas a su tamaño) cerrando la puerta tras de sí.

La respiración de Yara comenzó a volverse cada vez más tranquila hasta que se durmió.

Horas luego, comenzó a moverse intranquila en su cama mientras dormía.

Estaba soñando.

Y no solo eso, estaba teniendo una pesadilla.

Veía en sus sueños a 3 niños junto a ella.

Corrían desesperados por un bosque.
Un animal salvaje los perseguía.

Despertó exaltada, algo apenada por el mal sueño.
Luego sonrió, después de todo no terminó siendo un tan mal recuerdo.

Yara solía soñar con sus recuerdos, aunque de vez en cuando cambiaban ciertas cosas, atemorizándola.

Después de divagar entre sus pensamientos y recuerdos, volvió a dormir.

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant