36. Impel Down

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Subieron a Yara a un barco de la marina. Nadie le dirigía una palabra, ni ella al resto. Se mantenía con la cabeza baja, temblaba un poco, no negaba que tenía miedo.

Y ese miedo no era de morir, si no que temía no volver a ver nunca más a Ace.

La dejaron en una pequeña celda. Pero ella mantenía la cabeza baja.

Pensaba mucho, unía todas las piezas.

Ace le mintió, el quiso separar caminos porque sabía que Barbanegra no se dirigía a Sabaody. Solo aprovechó que la Peor Generación de piratas se encontraría allí para convencerla de que así sería.

El quiso pelear solo con Teach.

No cumplió la promesa que tanto le rogó no romper.

Pero no estaba molesta, al contrario. Solo quería abrazarlo, darle quizás un un apretón de mejillas por haberle mentido, pero nunca podría enojarse con él.

-Oh, que tenemos aquí -escuchó decir.

Levantó la cabeza para encontrarse con Kizaru. Solo lo miró sin decirle nada.

-Entiendo si no quieres hablar, debes sentirte frustrada ¿No? -le dijo con su particular tono de voz- Como prisionera, tienes derecho a saber donde vas. Te llevaremos a Impel Down, la prisión de máxima seguridad.

Volvió a haber otro silencio.

-¿Alguna pregunta? -habló Kizaru otra vez.

-¿Dónde está Ace? -preguntó Yara débilmente.

-Ahí mismo, estarán en el mismo nivel hasta el día de su ejecución -respondió- En la misma celda no, por razones obvias.

Yara no dijo nada.

-Quizás veas a tu abuelo, ánimo -le dijo.

Lo que menos quería Yara en ese momento, era ver a Garp.

-¿No van a ejecutarme a mi? -preguntó otra vez.

-Es lo más probable, hay que definir las fechas y eso -le dijo para luego irse alejando- Pero respira mientras puedas.

Yara se quedó ahí, pensando.

Pasaron horas, no tenía idea de cuantas. Pero ya debió ser otro día, seguramente.

Unos marines entraron a su celda para llevársela.

Mientras caminaban, Yara mantenía la cabeza abajo. Podría escapar, eso era seguro. Pero ¿A dónde? ¿Con qué cara volvería a ver a Barbablanca?

Y lo peor, ¿Qué sentido tendría vivir sin el amor de su vida?

Llegaron a Impel Down, donde inmediatamente llevaron a Yara al nivel 6, el reservado para los piratas más problemáticos.

Comenzaron a caminar por un pasillo lleno de celdas, pero ella no prestaba atención a su alrededor, solo estaba sumida en si misma y en sus pensamientos.

-¿No van a torturarme? -pensaba Yara- Siempre pensé que en caso de que me capturaran a mi o a cualquier pirata intentarían sacar la mayor información posible sobre la tripulación. Shirohige es un blanco de la marina hace décadas ¿Por qué no me hacen preguntas al respecto? Soy su mano derecha. ¿O se las habrán hecho a Ace? ¿Lo habrán torturado a él?

De pronto los marines que la tenían sujeta pararon.

Miró delante suya al que parecía ser el alcaide, o el encargado del nivel, ni idea. No le importaba. Era grande e imponente, se veía poderoso.

Miró a la celda que tenía a su lado derecho. Habían un par de presos, pero su mirada solo se enfocó en uno, ignorando al resto completamente.

-A-Ace...-dijo Yara al ver a su esposo encadenado a la pared, tenía la cabeza abajo, sus ojos no brillaban como de costumbre. Su corazón dio un vuelco al verlo así.

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