48. Adiós

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-¡Capitán, esto es peligroso! -gritó un tierno oso polar- Entiendo que quiera ver a un Yonkou, pero debemos cerrar la escotilla!

Pero Law no hacía caso, miraba con atención la isla y el barco que acababa de llegar.

-¡Nos atacarán si no nos sumergimos pronto! ¡¿Cómo traeremos a Yara-chan aquí?! -gritó Bepo otra vez- ¡Debemos cerrar la puerta!

-De acuerdo -respondió el capitán.

-Pero y...

-¡Espera un momento! -interrumpió Law al ver que se aproximaba algo, y es que Buggy había lanzado un objeto.

Recibió en sus manos el sombrero de paja que pertenecía a Luffy.

-¡Capitán! ¡¿Que haremos con Yara-chan?! -exclamó el navegante. 

Law sonrió de medio lado para luego entrar al submarino.

-Ya tiene alguien con quien irse.

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-¡Maldito seas, Pelirrojo! ¡Ayudaste al hijo de Dragon! ¿Y ahora vienes a reconocer y ayudar a la hija que abandonaste? -dijo Akainu.

Shanks soltó una pequeña risa, al igual que Yara en el lugar que estaba.

-Ella sabe como fueron las cosas, y eso basta -respondió tranquilamente.

Yara se encontraba siendo atendida por uno de los médicos de la tripulación de su padre, que le hacía primeros auxilios para no perder más sangre. También le dio una manta para que se abrigara.

Shanks se acercó a Marco.

-Akagami...-le habló el chico.

-Marco -le respondió- No sigan luchando, ve con Yara y retírense en silencio -dijo para seguir caminando bajo la mirada de todos los presentes.

-Si quieren seguir -habló Shanks fuerte- Solo incrementarán las víctimas de ambos bandos. Si hay alguien que sigue teniendo deseos de luchar ¡Que venga a atacarnos! ¡Estaremos encantados de enfrentarlo!

Todos quedaron sorprendidos.

-¿Qué te parece, Teach? -continuó- Quiero decir, Barbanegra.

Teach rió.

-Cada día te ves más guapo, Pelirrojo. Esa cicatriz te queda de puta madre -dijo el aludido refiriéndose a la cicatriz del ojo del Yonkou, rió otra vez- Me detendré. Ya tengo lo que quería, y aún no es el momento de luchar contra ustedes. Mejor ve a ver a tu hija que debe tener ganas de llorar con su papi -rió- Que gran sorpresa, como no lo pensé antes si hasta se parecen... ¡Vámonos, muchachos!

Shanks se abstuvo de responder y caer en su provocación, solo observó como Barbanegra se marchaba.

Y al mismo tiempo, Sengoku se acercaba hacia él.

Marco llegó a donde estaba Yara, se agachó junto a ella apoyando su cabeza en su hombro, rompiendo a llorar.

La mujer acarició su espalda, intentando darle contención, pero la verdad, es que ella estaba en la misma situación.

-Diré algo a todo el mundo -habló Akagami frente a Sengoku- De momento, harán lo que yo diga. Barbablanca, Ace... Dejen que nos encarguemos de su funeral. La guerra se transmitió a todo el mundo ¡No dejaré que sigan deshonrando sus muertes en público!

-¡No harás lo que te plazca! -gritó un vicealmirante de la marina- ¡Mostrar sus cadáveres es la forma de exponer nuestra victoria!

El rostro de Yara se deformó, ¿El cadáver de su esposo era un trofeo para ellos? ¿Se podía ser más hijo de puta que burlarse de la muerte de una persona?

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora