ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)

33. Castaña

Law llevó a Yara a conocer el Polar Tang, el submarino en el que se movilizaban. Estaba sorprendida, nunca había visitado un submarino, la vista que tenían de bajo el mar era espléndida.

Se pusieron a investigar para poder crear el medicamento ideal con el hebro. Pasaron 3 días entre estudios y turismo por la ciudad. Yara les mostró a los piratas Heart las atracciones del reino, hacia el cual todos compartían opinión sobre los nefastos habitantes de ahí. Compartieron mucho y se conocieron mejor.

Hasta que un día ya habían planeado como hacer el medicamento, fueron al laboratorio del submarino para ponerse a trabajar en él.

Eso, complementado a los poderes de Law, lo curaría por completo de su enfermedad.

Cuando ya llevaban un rato trabajando y ya era de noche, comenzaron a conversar sobre sus vidas. Anteriormente no habían entablado conversaciones tan profundas.

Law, por primera vez en muchos años, se sintió en confianza y comenzó a contarle su vida. Sobre su ciudad natal, su casa y su familia...

-¿Solo sobreviviste tú? -preguntó Yara con cuidado, podía ser un tema delicado para él.

-Sí -contestó Law.

-Tu familia, ¿Murieron por...la enfermedad?

Law suspiró, y continuó con la historia.

Así, Yara se enteró del trágico pasado de Law. Como la enfermedad azotó su país, como el gobierno y los países vecinos los discriminaron sin prestarles ayuda, como mataron a sus padres, a sus amigos, a todos los habitantes.

Pero su voz se quebró cuando contó que, para evitar que asesinaran a su hermana Lami que estaba enferma, la hizo esconderse en un armario del hospital, del cual el tuvo que escapar y al volver estaba en llamas.

-Quizás como fueron sus últimos momentos -dijo apretando sus puños y con la voz quebrada- ¿Habrá gritado? ¿Llorado? ¿Me habrá llamado? Estoy seguro que sufrió. Mierda, no me lo perdonaré nunca -una lágrima salió de sus ojos, a pesar de los fallidos intentos de que no salieran.

Yara estaba aguantando el llanto al escuchar tan triste historia, y sin pensarlo, se acercó a Law y lo abrazó.

Law quedó de piedra. No recordaba la última vez que lo habían abrazado, no recordaba la calidez y comodidad que pueden brindarte brazos ajenos. De pequeño había abrazado a su hermana, a su padre y a su madre. Corazón también una que otra vez lo rodeó con sus largos brazos, pero habían pasado bastantes años de eso.

Yara era mucho más baja y menor que él, pero el calor y contención que le transmitía eran enormes. El tiempo se paralizó en su cabeza.

Correspondió el abrazo, suspirando pesadamente, sintiendo tranquilidad.

Miró a Yara abrazando su cuerpo.  Pero en un momento vio en ella a Lami, a su pequeña hermana.

Y se dio cuenta por qué se sentía tan a gusto con ella.

Si Lami viviera, tendría aproximadamente la misma edad de Yara, quizás un poco más. Pero sus personalidades eran las mismas, esa sonrisa, esa mirada tan adorable y traviesa.

Law apretó a Yara con todas sus fuerzas, como si de su difunta hermana se tratara.

-Te pareces mucho a ella -dijo Law más tranquilo, sin deshacer el abrazo.

-¿Ah si? Debió de ser muy linda entonces -dijo bromista.

Law soltó una pequeña risa.

-Nunca había sentido una confianza como ésta, muchas gracias -le confesó.