19. Cartel de recompensa

5.5K 485 41
                                    




Habían pasado un par de días desde las declaraciones que se hicieron el uno al otro. No le habían contado a nadie aún, el único que sabía a excepción de ellos era su capitán, y se lo hizo saber a Yara la noche del mismo día.

-Hola viejo -dijo Yara alegre entrando a la habitación de Barbablanca.

-Hija ¿Qué tal? -le saludó- Te ves muy alegre.

La chica rió nerviosa.

-He tenido un buen día, supongo -dijo intentando disimular el rojo que subía a sus mejillas.

-Bueno, supongo que unos besos en la proa del barco solucionan cualquier mal día -dijo con picardía.

-A-ay, ¿Nos viste? -preguntó avergonzada.

-Algo -rió.

-Lo siento mucho...-dijo apenada.

-No te preocupes, hija -respondió relajado- No importa que sean pareja mientras mantengan respeto por el resto, claro. A decir verdad, estoy muy feliz por ustedes.

-Gracias padre -dijo con una sonrisa.

-Espero que te trate como la princesa que eres -dijo- Los quiero a ambos, pero si te hace algo me veré en la obligación de darle una lección...

-Tranquilo, no creo que sea neces...

-O matarlo -la interrumpió.

-Que no -dijo nerviosa.

-Sólo bromeo -rió- No le haría daño jamás a mis hijos, pero si le daría una lección como buen padre. Solo quiero que seas feliz, mi pequeña. Y lo mismo quiero para Ace.

-Gracias padre -respondió emocionada.

Newgate la abrazó con cariño.

Luego Yara continuó haciéndole su chequeo nocturno como de costumbre.

Pero la verdad es que la mayoría en el barco sospechaba de la relación entre ambos, sobretodo sus amigos más cercanos Marco y Thatch. Aun así, no habían querido preguntarle nada a ninguno.

Habían estado días con sus miradas cómplices, gestos y dándose besos sin que nadie los viera.

Por ejemplo, una noche Yara iba saliendo de su despacho con dirección a su habitación. Ace, por su parte, iba saliendo a cubierta para subir a los puntos de vigías, le tocaba guardia esa noche junto a otro nakama. Al encontrarse, inmediatamente miraron a su alrededor que no hubiera nadie y una vez corroboraron que estaban solos, corrieron para abrazarse y besarse.

-Te extrañaba -dijo Ace entre besos.

Yara rió mientras rodeaba el cuello del chico con sus manos, quien a su vez puso las suyas en la cintura de ella.

-¿Tienes guardia, verdad? -preguntó.

-Sí, estaré despierto toda la noche pensando en ti -dijo mientras rozaban sus narices.

Escenas así de dulces se daban cada vez que estaban solos.

En otra ocasión, Yara llegó (como de costumbre) algo tarde a cenar. Todos ya estaban sentados comiendo en el enorme comedor del barco.

Thatch le hizo una seña para que se sentara junto a él.

Para su conveniencia, justo en frente del puesto que su amigo había guardado para ella, estaba sentado Ace.

Mientras comían y conversaban con el resto, se dedicaban intensas miradas e incluso en un momento, por debajo de la mesa, juntaron sus piernas, creando una especie de "abrazo entre ellas".

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Where stories live. Discover now