ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)

44. Familia

Casi sin pensarlo, Yara y Luffy comenzaron a correr hacia la plataforma, el único espacio libre que había de muros.

Yara sabía que ir ahí era sinónimo de jugar con la muerte, pero no le quedaba otra alternativa. Debía sacar a Ace de ahí a como de lugar.

No podía imaginarse una vida sin su amado.

Debían haber miles de marines esperándolos para atacarlos, pero tenía en su cabeza la sonrisa de Ace, debía recuperar esa sonrisa.

Era eso o morir.

Continuaron corriendo soportando los cañonazos que les lanzaban, Yara sentía como mandaban a volar a sus subordinados, pero no podía hacer otra cosa que seguir avanzando.

Pero un cañón que le llegó en frente la hizo retroceder varios metros, dejándola tumbada en el suelo.

-¡Yara! -le gritó Luffy.

-¡Sigue avanzando! -le gritó la mujer, arrepintiéndose al instante. Estaba enviando a Luffy a su muerte. Sintió un liquido cubrir su cara, estaba sangrando. Intentó recuperar fuerzas para ponerse de pie, pero no podía.

Pero vio como Luffy voló por un cañón, cayendo al agua.

Se quedó congelada, aún no podía pararse, su cuerpo no le respondía.

-L-Luffy...-dijo con dificultad.

Vio como Oars, quien se creía muerto desde antes que ella llegara a Marineford, se levantaba. Pero los marines no demoraron en dispararles y volvió a caer.

Yara logró ponerse de pie, aún las piernas le temblaban.

-¡Basta! -se golpeó a su misma llamando la atención de quienes la rodeaban. Gracias a eso pudo despertar un poco y estabilizarse- ¡Hay que avanzar! -gritó aún con la mente en blanco.

Sus nakamas le obedecieron, y ella comenzó a avanzar por inercia, pero no era lo que realmente quería.

Quería ir a buscar a Luffy.

Pero su cuerpo no le estaba respondiendo, y solo siguió avanzando.

Y de pronto, una corriente de agua se alzó en el aire.

Entre el gran cuerpo de Oars pudo distinguir que el agua cayó con alguien, quedando de piedra al ver quien era.

Nadie más que Luffy, parado frente a los tres almirantes de la Marina.

-¡Vamos a invadir la plaza! -gritó Barbablanca.

Y aunque su capitán se lo ordenara o no, lo haría de igual forma.

De imprevisto, unas llamas azules se posicionaron a su lado.

-Marco -le dijo.

-Ya escuchaste a Padre, vamos a seguir avanzando -le explicó el primer comandante- Nosotros iremos al frente ¿Está bien?

-Sí -le respondió decidida.

Pero en ese momento los verdugos estuvieron a punto de matar a Ace, Marco rápidamente tomó a Yara y fueron volando acercándose a la plataforma, pero ambos sabían que no llegarían.

-¡Ace! -gritaron ambos con un nudo en la garganta.

Pero Crocodile, de imprevisto, usó su poder de arena para alejar a los verdugos de Ace.

Yara suspiró profundamente, mientras sintió unas lágrimas caer. Tenían otra oportunidad.

-¿El no es el que intentó matar a padre? -preguntó Marco con sorpresa- ¿Que lo hizo cambiar de parecer?