Escorpión.

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"La luz tan solo es un castigo para mí, marcando cicatrices en un saco lleno de sueños".

Aún no daba crédito a lo que estaba viendo, ni en sus más alocados sueños podría haber imaginado que esto le pasaría a ella. Justo frente a sus ojos estaba el hombre al cual había derrotado hace años; quizá esto no era más que una marioneta de repuesto, pero si lo era no tenía sentido que estuviera en aquel lugar. Se acercó cuidadosamente a la cápsula dentro del árbol y miró fijamente al cuerpo, no tenía articulaciones de madera y tornillos como al que se enfrentó, tampoco el corazón en el pecho, por lo que sin duda era un cuerpo de carne que parecía estar bastante conservado quizá la sustancia en la que flotaba era la que ayudaba a la conservación del mismo, como el formol cuando quería conservar partes de tumores o cosas similares en el hospital. Esto era sorprendente. Su moral la hacía querer alejarse de ahí, pero su mente médica la orillaba a sacar ese cuerpo de ahí e investigar que era.

Finalmente, su moral le ganó al recordar a la difunta abuela Chiyo, así que en su más grande muestra de respeto a ella dejó las cosas como estaban. También reconoció que le debía un poco de respeto a Sasori pues como lo dijo antes, él fue su mayor logro, el momento en que Sakura supo que era más que una cara linda. Fue un gran ninja, lastimosamente eligió el camino equivocado. Suspiró, cerró la puerta de aquel árbol, decidida a volver con su rumbo y pretender que nunca vio esto.

El descubrimiento le quitó el cansancio, por lo que para recuperar el tiempo perdido desistió de ir a la posada. A paso rápido adelantó el camino, ya descansaría en la próxima parada para turistas.

[...]

Minutos después de que la peli rosa abandonara el lugar empezó a suceder algo. Ese algo comenzaba a moverse.

El cuerpo olvidado y abandonado recuperaba poco a poco su conciencia, volvía a sentir. El proceso de renacimiento inició, su alma estaba uniéndose lentamente a aquel cuerpo. Quizá era un secreto para un ninja común, incluso para los ninjas más avanzados, pero para el propietario y su difunto equipo era bien conocido que si Sasori deseaba resucitar ese cuerpo se mantendría listo pues contaba con un corazón artificial creado a base de una parte del corazón biológico. El dueño siempre sostuvo que el arte era eterno y no lo decía en vano. El alma de Sasori descansaba en paz aún después de ser revivido durante la guerra ninja, pero el contacto de un chakra conocido concentrado en la rama correcta podría despertarlo otra vez. Justo lo que hizo Sakura al evitar caer del árbol.

[...]

Haruno en un intento por olvidar lo que pasó solo pudo acelerar el paso según ella recuperando tiempo, pero estaba consiente de que era más un intento burdo de olvidar lo que topó en el bosque. No quería llegar a Sunagakure luciendo sospechosa, pues un descubrimiento como el que hizo podría traer problemas y era lo que menos necesitaba en este momento para la boda de sus amigos. Sin notarlo terminó caminando toda la noche y madrugada. El sol estaba por salir de nuevo y la entrada a la aldea podía verse a larga distancia ya entrando a terreno árido. La tormenta de arena que azotaba por la mañana era algo con lo que la ninja no contaba, así que no tuvo más remedio que esperar a que pasara mientras se ocultaba detrás de unas piedras.

Revisó su mochila de viaje buscando el documento para traerlo en sus manos listo a entregar al Kazekage. Se recostó detrás de las rocas y esperó a que el viento fuera menos fuerte, de todas formas necesitaba descansar, pues sin notarlo recorrió todo el camino en un día. Fueron varias horas de espera en las que decidió anotar en su libreta lo que recordaba del cerezo, le llamaba la atención el proceso biológico que Sasori diseñó para lograr su conservación. Si ella pudiera descubrirlo seguramente sería útil para la fuerza médica y militar del país. Aunque claro que estando en paz quizá era innecesario. 

Tras las horas de espera más largas de su vida y de atravesar el camino de arena hasta las puertas de Sunagakure Sakura había llegado. Hasta ella misma se sorprendió de la energía que tuvo para recorrer una distancia tan larga en poco tiempo, la impresión de ver el árbol con esa persona dentro seguro la ayudó o eso pensaba. Se registró en la entrada de la aldea y un ninja que ya la estaba esperando la guió a la torre Kazekage para que pudiera entregar el documento que el Hokage Kakashi Hatake envió.

La guiaron a la torre Kazekage y le permitieron seguir sola el camino a la oficina, después de venir tantas veces ya podía decir que lo memorizó. Llegando a la entrada de la oficina tocó suavemente tres veces -Adelante- escuchó del otro lado de la puerta, respiró calmada, tratando de alejar todo pensamiento ajeno a la conversación que tendría con Gaara. No era prudente parecer distraída y que la cuestionaran por algo tan tonto.

Al entrar observó a Gaara sentado con una sonrisa, saludó apropiadamente y acercó los documentos a él. -Gracias por tomarte el tiempo de venir, sé que el hospital debe ser agotador sin mencionar el evento de la boda-. le dijo Gaara abriendo el sobre de los documentos -Bueno, no es por presumir, pero el hospital bajo mi mando está siendo muy eficiente así que como terminamos el trabajo pronto y tomé la misión para no molestar a los demás que están preparando todo para la boda- Sakura rió un poco, era evidente que saltó la parte donde le expresó su inconformidad a Kakashi. Gaara sonrió y bajó un poco sus ojos mirando nostálgicamente sus manos posadas en el escritorio con los documentos sujetados por sus dedos. -Me alegra que Naruto haya encontrado alguien con quien ser feliz. No me sorprende que el hospital esté en tan buen estado, después de todo está en tus manos- Esa última oración hizo sonrojar levemente a la chica, Gaara notó esto y cambio rápidamente el tema -Estaremos puntuales en Konoha dentro de unos días... Mientras déjame leer esto y redactar la respuesta para que puedas regresar rápido a tu aldea- Sakura sonrió, era maravilloso ver las grandes amistades que Naruto había formado. Si alguien le hubiera dicho hace años que ese tipo sin cejas iba a ser el mejor amigo de Naruto y que además será un aliado fiel de Konoha no lo hubiera creído.

La konoichi aceptó esperar la respuesta que le sería entregada unas horas más tarde, mientras aceptó la invitación del Kazekage para hospedarse en una de las posadas del pueblo. Descansaría unas horas y después emprendería su camino de regreso ese mismo día.

[...]

Cuando Sakura se fue, Gaara se acomodó mejor en su silla, que hubieran mandado a Sakura no era una coincidencia, pues él le pidió a Kakashi como favor que la enviara a ella. No había tenido el tiempo que quería para viajar a Konoha y poder hablar más con la médica, además de que al igual que él ella siempre se encontraba trabajando. La primera vez que supo que le gustaría hablar más con Sakura fue después de la guerra y lo confirmó durante el incidente de la luna, lo impresionó como a pesar de no ser tan fuerte como sus compañeros de equipo estuvo dispuesta a participar en el golpe final.

Quería pedirle que fuera su compañera en la boda, pues durante el tiempo que estarían ahí podía hablar más con ella y llegar a conocerse bien. Si todo salía bien, quizá la pelirosa de sus sueños lo aceptaría. Cuando menos lo imaginó estaba sonriendo, así que solo se concentró en leer el documento para comenzar a hacer su trabajo. Mientras más rápido acabara, más pronto vería a Sakura.

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N/A:

¿No les encanta esto? 

Escrito: Septiembre de 2019

Edición de historia: 30 de noviembre de 2021

Edición ortográfica: 12 de Mayo de 2022

Cerezo del desierto [砂漠の桜] || Sakura Haruno y Sasori.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora