Capítulo 14

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Luego de la terrible despedida con Sakura, Naruto se sentía sinceramente desolado. Llegó a su departamento apenas, y ni siquiera tuvo ánimos para encender las luces. Para no variar en nada de los últimos años, todo era un desastre. Ropa tirada, tazones sucios acumulados, cosas caducadas desde hace tiempo en la heladera. Era un departamento bonito, cuando estaba ordenado claro está. Tenía la cocina-comedor unida a la puerta de entrada. 2 habitaciones a los lados. La habitación de la derecha era el cuarto de Naruto. Era en la estaba el baño, única diferencia con la otra. Naruto se desvistió caminó a su cama. Fiel a su estilo dejando un regadero de prendas a cada paso. Hacía calor, abrió la ventana en la cabecera de su cama y se acostó solo con el bóxer como única prenda. Pensó que no podría dormir por el asunto Sakura. La había rechazado. Algo impensable para una normal situación de su vida. Pero entre la misión de rescate, la vuelta y la cena; sumado al Sake y las frustraciones finales de la noche. Naruto cayó rendido al sueño profundo.

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LUNES:

A la mañana siguiente el sol le hacía cosquillas en la nariz. Intentó eliminar la molestia cambiando de posición el cuerpo. Pero un delicioso aroma lo despertó en ese instante. Esa fragancia era comida, suculenta comida que lo atraía a despertar.

-Aún estoy borracho…-pensó al recordar que solo había ramen instantáneo en su alacena.

Se levantó lentamente, luego de mirar de reojo el reloj en la mesa de noche para saber que eran las 8 de la mañana. Ese día no tenía planeado ir a entrenar. Kiba estaba de misión y recién volvería en un par de días. Mientras que el equipo Gai acababan de retornar de una misión desgastante. Obviamente no estaban disponibles para las prácticas. Fue al baño, miró su cara de sueño en el espejo. Seguía notando el olor de la comida. Recordó que su olfato era superior ahora y concluyó mientras se cepillaba los dientes, que algún afortunado vecino tenia influencia femenina en su casa. Salió del baño rumbo a la cocina, no sin antes notar que el camino estaba desprovisto de cosas tiradas, ropa suelta y demás enseres que deberían estar por doquier.

Llegó frente a la mesa y la imagen lo impactó. Había un desayuno como para cinco personas. Comidas dulces y también saladas. Leche, huevos, ramen, y de todo lo que pudiera imaginar. Naruto comenzó a evaluar seriamente la posibilidad de aun estar en un sueño. La cocina estaba impecable, también los pisos. El rubio tomó una fruta cortada en rodajas sobre un plato cercano y la probó para convencerse de su autenticidad. El sentido del gusto le dio la afirmativa respuesta. Realmente no estaba soñando al parecer. De pronto detrás suyo, alguien entró con naturalidad por la puerta y le hablo sorprendiéndolo:

-¡Buenos días mi señor! - voz dulce y melodiosa

Naruto dio un salto acobardado y quedó parado sobre el espaldar de un sillón cercano a la mesa. El corazón le latía rápido como tambor. Era como haber sido atrapado con la guardia baja por el enemigo. Era la muchacha arrestada el día anterior. Lo miraba sonriente.

-Preparé su desayuno…- tímida- espero que sea de su agrado.

-¡¿Que...que...que haces aquí?! – consulto nervioso Naruto, parado sobre el sillón en posición de lucha.

La peliazul fijó sus ojos celestes en la figura del rubio y comenzó a notar que solo estaba de ropa interior frente a ella. Se ruborizó claramente, tratando de apartar la vista por el bochorno, pero su mente volaba:

-¡AAYY pero que guapo es mi señor!-pensaba la chica- ¡No había notado sus músculos! ¡Y QUE OJOS TIENE!

Comenzó a soñar despierta ahí mismo, ante la incomprensible mirada de Naruto:

Mundos ParalelosWhere stories live. Discover now