Capítulo 33

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En un laboratorio bajo tierra en algún lugar de país de la roca. Madara y Kabuto terminaban de cerrar con broche de oro sus experimentos. Fueron muchos años de planear y concebir para el Uchiha. Y siempre estuvo solo acompañado por el fiel Zetzu. Sin embargo, en parte por el trabajo sucio de Akatsuki, sumado a los buenos aportes de Kabuto; que finalmente su plan de conquista mundial estaba tomando forma definitiva.

-Éxito Madara-sama –señaló el peliblanco rodeado de serpientes- "esencia de poder" una fórmula que nos ayudara a ganar esta guerra. Ku Ku Ku

Kabuto agitaba un tubo de ensayo cuyo contenido era un líquido color café. Sus experimentos sádicos mezclando chakra de los Biju con células humanas, habían avanzado demasiado rápido para la paz del mundo. Aun así, el renegado de Konoha que portaba el espíritu de Orochimaru, en realidad no estaba tan interesado en sus actuales esfuerzos investigativos. Todo era en harás de continuar su verdadera pasión. Todo por conseguir el sharingan de Sasuke Uchiha.

-Quiero verlo en acción –comentó el de mascara de madera sobre la nueva fórmula de Kabuto.

Ambos se acercaron a un joven ninja que lo miraba con cara de pocos amigos. El muchacho estaba encadenado al suelo y tenía grilletes en las muñecas. La cueva bajo tierra contaba con miles de prisioneros tanto con entrenamiento ninja como civiles sin valor. Todos sendos conejillos de indias para los retorcidos experimentos de Kabuto, propiciando el avance del plan de Madara.

-Aquí está la prueba –señalo sonriendo Kabuto- este Gennin renegado tiene dominio del elemento Futon. Su nivel es patético sin embargo, y su fuerza física es aún peor.

El muchacho miraba a sus dos carceleros rabioso. No podía zafar y estaba a merced de ellos. Había sido capturado en la tierra de Kirigakure, y tanto su Jounnin sensei como su equipo estaban muertos. ¿Qué clase de tortura le esperaba? Realmente no podía ni imaginarlo.

-muchacho, si tu ingieres esta fórmula –mostrándole el tubo- te garantizo el poder de un Jounnin en tu cuerpo. Ku ku ku ¡Te liberaras de tus cadenas fácilmente! Cuando seas fuerte, jamás volverás a ser prisionero.

-¿Y qué debo hacer a cambio? –respondió el joven Gennin.

-Muy simple –contesto Madara, de brazos cruzados – Servirás a mi ejército hasta destruir las 5 aldeas Ninja principales. Luego de eso, serás libre de hacer lo que quieras con tus nuevos poderes.

El muchacho accedió y tomándose el frasco lo bebió de golpe. Parecía ahogarse al principio. Comenzó a hacer arcadas y cayó de rodillas. Kabuto y Madara dieron un par de pasos atrás porque algunos experimentos anteriores habían reventado como globos. El muchacho gritó, rugió como bestia y un chakra azulado lo rodeó de repente. Comenzó a tirar de sus cadenas con violencia y las destruyó como si de papel mojado se tratara. Sus ojos eran asesinos, su chakra se había multiplicado por 10 y no pudiendo contener su nueva fuerza enseguida lanzó un jutsu que destruyó una serie de rejas cercanas a su ubicación.

-increíble –gruñó el ninja mirándose las manos con sorpresa- esto es mejor que entrenar ja ja ja.

-¡Bien dicho muchacho! –Señaló Kabuto con entusiasmo artificial- Eso de entrenar es para pobres diablos Ku ku ku. Ahora bien, cada mes deberás beber este líquido. O volverás a ser débil como insecto. ¿Acaso quieres volver a ser débil muchacho? Ku ku ku.

El Ninja sonrío fascinado con su nuevo poder y salió por una puerta que Madara le indicó con una mano. Cuando se quedaron solos los lideres, el Uchiha volvió a hablar:

-Felicidades Kabuto –aplaudiendo- tu suero combinado con el chakra de los Biju ya capturados es una gran ventaja. Nos pondrá a la cabeza de un poderoso ejército.

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