Capítulo 31

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Kushina abrió sus ojos con dificultad. Aun carecía de las fuerzas para grandes cosas. La extraña pesadilla del duelo contra su hijo aun retumbaba en su mente. ¿Qué había pasado? ¿Qué jutsu la puso a imaginar a su hijo muerto? Se sentía extraña, sin dolor, pero necesitada como nunca en muchos años del calor humano. La habitación no estaba en completa oscuridad. Podía ver con claridad fotos de una pareja conocida. Dedujo estar en la mansión de los Arashi. La puerta se abrió y Tomoe Arashi ingresó como flotando. Era bella y graciosa en sus movimientos. Delicada, como las flores de primavera. La hermosa Tomoe sonrío suavemente y dejó una bandeja con alimentos juntos a la cama, retirándose después. Kushina enseguida pudo notar que ya no tenía en su rostro el sello que la ocultaba de todos. Recordaba en su pesadilla haber quitado el sello para ver una fotografía. Pero sus pensamientos y recopilaciones del supuesto delirio, terminaron en el momento que Naruto ingresó al cuarto para verla. El rubio sonrío con suavidad al ver a su madre sentada en la cama. Se acercó con cautela y sentándose junto a ella, acarició su rostro con ternura. Kushina estaba en shock. Ese no era un sueño, aunque recordaba a su hijo muerto al nacer. Allí estaba frente a ella, maduro y guapo, casi idéntico a su padre. La mujer lo abrazó calurosamente rodeándolo con sus brazos, temerosa de estar bajo una cruel ilusión. Fue tanto el poder de su "agarre", que el rubio comenzó a tener dificultades para respirar:

-Oka…..sama, -asfixiándose- des…..pacio, no puedo respirar me…estas matando.

Ella sonrío y apartándolo para verlo bien, dejó caer lágrimas de alegría. Aquel llanto que ya no creía poseer.

- Naruto, no puedo…..creerlo. Estas…..vivo.

- Pues yo iba a decir algo parecido, -sonriendo- según sabía falleciste al darme a luz.

- según mi recuerdo….- respondió Kushina agobiada por su felicidad acariciándole el rostro- habías muerto al nacer.

- Parece que…. nos falta información, dattebayo.

- O peor aún… -interrumpió una voz- tuvieron información falsa.

La Mizukage ingresó al cuarto. Se la veía seria, algo extraño para alguien siempre sonriente y despreocupada:

-Me alegra que se encontraran. Pero sepan, que Konoha los ha traicionado. Hace aproximadamente 17 años, un equipo de Kiri encontró a Kushina a punto de morir. Le costó bastante recuperarse. Y varios años más para volver a recordar cosas del pasado. Intentaron matarla, ahora sabemos el motivo.

Kushina y Naruto se miraron seriamente. Había muchas cosas por aclarar. Pero la Mizukage se refería a una cosa en particular. Kushina no lo sabía, pero Naruto captó la idea al instante.
El rubio se apartó de su madre, no quería asustarla y no sabía cómo reaccionaría. Se alejó dos pasos de la cama. Y un aura roja brotó de su cuerpo como si de humo se tratara.

- Mi nombre es Uzumaki Naruto, -sus ojos formaron verdes y animales- y desde que nací. Soy el "Jinchuriki no Kyuubi".

Naruto tuvo miedo. ¿Su madre lo rechazaría? Después de todo, el zorro era el causante de una infancia en la completa soledad. Ella había perdido a su esposo, (el Yondaime) por culpa del ataque de la bestia a Konoha. Tal vez podía odiarlo. Kushina se levantó de la cama. Puso sobre sus hombros la capa oscura que colgaba de un perchero cercano. Se acercó a Naruto y lo abrazó con toda la emoción que le inundaba el corazón.

-tu chakra está lleno de luz, -sin dejar de abrazarlo- una bondad que ni Kyuubi te pudo quitar. Nunca estarás solo hijo, nunca más.

Naruto profundamente feliz, rodeó con sus brazos el cuerpo de su madre. Nunca había sentido esa calidez en nadie. Aunque tal vez, fuera muchas veces más poderoso que la mujer en sus brazos. Se sentía protegido por un escudo impenetrable. El amor de su madre.

Mundos ParalelosWhere stories live. Discover now