Capítulo 24

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A la mañana siguiente cuando Sakura entró al cuarto de Naruto con el desayuno. Se encontró a 5 hombres desvanecidos en el suelo. 4 cazadores ANBU y el consejero Shinomori estaban paralizados en el piso de la habitación. La pelirosa llamó a los gritos a quien estuvieran cerca. Había claros signos de que Naruto había corrido peligro. Cuando los guardias se llevaron a rastras a los hombres se los veía en un estado catatónico. Sus ojos estaban desmesuradamente abiertos. Los gestos de terror eran muy profundos. Sus cuerpos temblaban y no podían articular palabra sobre lo ocurrido.

Tsunade ordenó el arresto del anciano y los ANBU que lo secundaron. El consejo apoyó la orden e inmediatamente se le conminó a Inoichi e Ibiki que interrogaran a los prisioneros. La Hokage se culpó por haber descuidado la seguridad de Naruto. Y Por ello le dio órdenes a Inoichi que les sacaran la información sobre Madara sin ahorrar sangre.

En cuanto a Naruto, se había despertado por los gritos de Sakura y argumentó que no había escuchado absolutamente nada. Aunque Sakura pudo notar en sus ojos azules, que perfectamente conocía al protector que lo había ayudado. La Kunoichi consultó secretamente con Kakashi sobre lo que vio en los gestos de los prisioneros. El ninja copia señaló que solo un poderoso Genjutsu podía someter así a 5 ninjas, sin generar lucha o ruido. Aunque Kakashi no le aclaró que el nivel necesario para ese poder, solo podía venir de dos usuarios del Sharingan. Uno de los cuales, el propio Kakashi, no había sido.

El ninja copia se retiró de la reunión con Sakura y se dirigió a la casa Uchiha. Tenía que lograr que Sasuke le confesara lo que ya el suponía. El pelinegro había arriesgado el cuello para salvar a Naruto. Pero Kakashi no podía evitar pensar que las intenciones de Sasuke, siempre tenían un lado oscuro. Además, aunque Sasuke no hubiera actuado sin doble intención. Podría ser descubierto saliendo de su casa o usando sus poderes. Eso solo empeoraría su situación actual.

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Algunas horas después al salir del hospital, Naruto experimentó nuevamente el dolor. Aún tenía que ir al cementerio. Tenía que entregar una flor a Tenten. Le hubiera gustado estar despierto. El día que fue enterrada. Pero tal vez, luego de pensarlo mejor, había sido menos doloroso estar ausente.

Sakura lo llevaba del brazo. Ninguno de los dos sentía esto como señal de ser "pareja". Solo era la amiga apoyando a su amigo. La compañera de equipo, la ninja médico particular. Hablar de amor en estos momentos, era ridículo. La pelirosa se convenció que era tiempo de esperar. Naruto la necesitaba más que nunca, y ella estaría para él.

-¡Que ridículo! Baka, como puedes pensar que eres un monstruo-pensaba la pelirosa- Cuando con esos ojos derrites hasta el hielo –sonriendo.

Ambos caminaban por la calle de camino a Ichiraku. Sakura lo había sugerido. Un buen ramen para levantar el ánimo. Naruto no se negó, no tenía voluntad para hacerlo. Solo le importaba no estar solo. Aunque no pudiera admitirlo. Mientras comían en el puesto de ramen. Sakura intentaba alegrarlo y distraerlo. Él siempre había sido su "sostén emocional". Ahora era su turno. Terminaron de comer y el viejo cocinero soltó un "esta va por la casa", para evitar el pago de la comida. Una forma de agradecer. Una caricia al rubio que tanto había sacrificado desde su nacimiento, por Konoha.

La gente por la calle lo saludaba, "Buenas tardes Naruto-sama", "Buenas noches Naruto-sama". Se había ganado el respeto de la aldea. Pero el, nublado por sus propios y oscuros pensamientos, no podía disfrutar el reconocimiento que tanto le costó conseguir. Llegaron al departamento de Naruto. Todo estaba limpio y reluciente. Yuri Nagumo de seguro había pasado por allí. Sakura preparo café. Él había sugerido en su momento que ya estaba bien. Que si Sakura quería, podía irse a su casa. Pero la Kunoichi sabía bien que era una fachada. Una máscara que ella había usado mil veces para alejar a Naruto hace años. Sakura sabia por propia experiencia, que lo que el realmente quería decir era "quédate a mi lado".

Mundos ParalelosWhere stories live. Discover now