Grown Up [Maylor]

«42»

Allí estaba. Sentado en su cama con el pantalón, la camisa con un botón sin abrochar, los zapatos, el cabello revuelto y la corbata en la mano. Su vista se posaba sobre el paquete de regalo que estaba sobre su cómoda de vestir. Dentro habían utensilios de cocina y toallas, tampoco tenía el dinero suficiente como para hacer regalos caros.

El timbre lo sacó de su hipnosis, y se levantó a abrir. Brian estaba al otro lado de la puerta, ya arreglado.

— ¿No estás listo? —le preguntó algo extrañado.

— No, eh... estaba viendo el regalo —respondió.

— ¿Con viendo te refieres a envolverlo o a observarlo como por dos horas? —preguntó su novio con una ceja alzada. Roger dio un suspiro cansado.

— La segunda...

— Hey... ¿qué pasa? —lo tomó por los hombros para poder mirarlo mejor.

— No quiero ir... —respondió.

— Supuse que eso iba a pasarte —dijo Brian—. Así que ya preparé mis argumentos y mis aburridos discursos de novio responsable que intenta ser psicólogo. Ahora, dime, bebé, ¿no quieres ir por tu papá?

Roger emitió una leve sonrisa por lo dicho por Brian, se rascó cerca del ojo y se encogió de hombros.

— No sé, solo sé que no quiero ir —respondió—. Es la boda de mi papá con la mujer con quien le fue infiel a mi mamá. Igual es... no sé. Además... él me odia muchísimo...

— Pero no todos —repuso el mayor—. Tu familia te quiere.

— Bueno, no soy muy unido con mi familia paterna —repuso—. Ni siquiera sé si saben... de lo nuestro.

— ¿De que te gustan los chicos?

— Ajá.

— Bueno, tendrán que soportarlo —dijo el mayor—. Y si no te atreves, siempre puedo fingir que soy tu amigo.

— No podría hacerte eso, Bri... —dijo—. Sería muy obvio además. Ya deben saber, quizás mi papá les dijo.

— Amor, no es algo malo.

— Lo sé —dijo—. Sé que no es malo. No tiene nada de malo amar. Amar... es lo mejor que te puede pasar y eso siento al estar contigo.

— Opino exactamente lo mismo —besó su frente—. Ahora haremos lo siguiente, vas a ponerte una corbata, peinar ese hermoso pelo rubio que tienes e iremos a la boda del imbécil de tu padre y La Barbie Derretida con Bótox. ¿Te parece?

— Está bien —sonrió y besó su mejilla—. Gracias, Bri.

— Vine preparado —le guiñó un ojo y el rubio rió.

Así que caminaron a la habitación de Roger, quien tomó la corbata que había elegido y comenzó a ponérsela. Brian se acercó y le dijo que se la pondría él para luego proseguir a amargársela y a dejar un suave beso en su cabeza al terminar.

— Estás precioso —comentó y él sonrió con un sonrojo extendido por sus mejillas.

— Tú también.

Así que tras que Roger se peinara y se colocara una chaqueta, salieron con el regalo hacia la iglesia donde sería la ceremonia. Iban en el auto que había pertenecido anteriormente al padre de Brian y que ahora le pertenecía a este mismo.

— Dios... no veo a la familia de mi papá desde los diecisiete —dijo el rubio mientras iban en viaje.

— ¿Tanto tiempo? —se sorprendió Brian.