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Los días fueron pasando. Brian hacía una pequeña maleta para pasar la noche previa a la boda en casa de John, cuando Roger se acercó a él con una pequeña caja que tenía una manta encima.

— ¿Qué es eso? —preguntó Brian curioso mientras terminaba de guardar algunas prendas.

— Tu regalo por haberte graduado —respondió a tiempo que Brian cerraba la maleta y volvía a mirarlo—. No pude dártelo antes por... asuntos.

— Bueno... —rió un poco extrañado y tomó la caja para besar su mejilla y sentarse en la cama, al sacar la manta, notó una jaula portátil para perros. Emocionado, la abrió, y de ella salió un pequeño cachorro de raza Golden Retriber que rápidamente comenzó a dar saltos en sus piernas apoyando sus pequeñas patas en el pecho de su ahora dueño.

— Lamento entregarlo tan tarde, lo qué pasa es que... —comenzó, sin embargo, su prometido lo besó interrumpiéndolo.

— ¡Me encanta! —exclamó emocionado y cargó al cachorro para verlo mejor—. ¡Mira lo hermoso que es! Baby Yoda tiene un hermano ahora.

Roger rió un poco por lo dicho y lo abrazó. El pequeño animal le lamió el rostro, provocando que tanto él como Brian rieran levemente.

— Iba a dártelo el día de la premiación, pero el dueño fue a hablar conmigo para decirme que le diera un mes más. Tiene dos meses y es macho —explicó el rubio.

— Hm... se parece a ti.

— ¿En qué? —rió un poco.

— En su ternura y hermosas cabelleras rubias —besó su cabeza—. Así que le pondré como tú.

— ¿Ah? —preguntó divertido.

— Se llamará Meddows.

— Ay no... odio mi segundo nombre...
—rió un poco.

— ¡Pero si es tan adorable! —repuso—. Cuando nos conocimos dijiste que te encantaba porque sonaba como un gato y los gatos eran tiernos.

— Pero ahora lo odio —rió un poco.

— Bueno... entonces le pondré otro nombre. Solo que no sé cuál.

— Cuando lo adopté tenía nombre, pero se llamaba como mi hermano —rió un poco. Brian también. Lo hizo.

— Bueno, le pondré Meddows de todas formas.

— Bueno... —rió un poco y Meddows volvió a lamerle el rostro—. ¡Hey! —volvió a reír.

— Un bebé lamiendo a otro —comentó Brian mirando la escena con ternura. Roger sonrió y besó sus labios.

— Puede quedarse en casa de mi mamá mientras estemos de Luna de miel —comentó el rubio tras separarse y volviendo a abrazarlo. Meddows volvió a lamerle el rostro y rió resignado.

— ¿No podemos llevarlo?

— No sé si en el hotel acepten animales...

— Bueno, yo hablaré con el gerente... creo que había un lugar para mascotas...

— Está bien, amor —besó su mejilla—. Iré a lavarme la cara, la tengo llena de saliva de perro.

Brian rió un poco y le dijo que fuera, mientras él llamaba al hotel. Como temió, no había chance de llevar mascotas, por lo que Meddows tendría que quedarse con Winifred por aquellas dos semanas.

(...)

Cuando Roger despertó, estaba emocionado y nervioso a la vez. Algo triste por despertar solo, pero feliz, puesto que sabría que no volvería a hacerlo.

Grown Up [Maylor]Where stories live. Discover now