También Eres Mi Prioridad

Capítulo 5: Chantaje

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Abigaíl Miller

Debo admitir que hace unos días en el club, me la pasé muy bien —sin contar las partes donde me quedé sola con un terrible aburrimiento y cuando bailé con Eitan— Diría que Drake salvó mi noche, sin embargo las palabras que me dijo Eitan siguen retumbando en mi cabeza con frecuencia ¿a qué se refiere con «Ten cuidado con ese»?

No creo que sea algo malo, ¡no! Más bien, estoy segura de que no es algo malo, Drake es un sujeto con un carisma agradable y con el poco tiempo que lo conozco, parece ser una persona realmente humilde.

Incluso ahora mismo lo estoy esperando en la cafetería de la universidad para tomar un snack juntos, claro que será sólo por unos minutos, porque no me quiero demorar en llegar a casa y ver a Chloe.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro al verlo entrar a la cafetería, él me la devuelve seguido de que nota mi presencia y se sienta a mi lado —¿Día agitado?

—Ni te lo imaginas ¿Qué tal tú?

—Sólo... un día normal.

Agarro uno de los botes de café que pedí con anterioridad —Te traje un café, no sabía si te gustaba de algún tipo en especial, así que preferí traerte uno expresso —se lo extiendo y él me agradece con una sonrisa.

—Es perfecto, gracias.

Comenzamos a hablar de varias cosas sobre la universidad, unas pocas cosas de nuestras vidas personales y experiencias vergonzosas. Sin embargo, creo que es el momento de hablar de la verdadera razón por la que lo cité aquí.

—Oye Drake... —él deja su café a un lado y me escucha atentamente —El día del club, me dijeron que...

De repente, una voz masculina y en un tanto molesta, se aproxima impidiendo que pueda terminar mi frase —Joder, ¡y yo cómo carajos iba a saber que ese era tu vaso! —Allen se acerca a nosotros seguido de una chica que no había visto antes.

—¡Tiene mi nombre tarado! —la chica le responde señalando su vaso de Starbucks, Allen se sienta a nuestro lado intentando ignorar la situación, pero la chica se indigna al notar que él ya no la escucha más y derrama la sustancia de su vaso en la cabeza del pobre Allen.

Ella se aleja mientras que Allen se cruza de brazos y se hunde en su asiento, Drake y yo intentamos limpiar un poco de la bebida que ha caído en su rostro y entonces Drake decide hablar —¿Otra chica molesta, campeón?

—¡Sólo me confundí de bebida! —reprocha.

Río ante los sucesos tragicómicos de mi amigo y de repente mi celular comienza a sonar. Me alejo para responder y comienzo a ponerme nerviosa al ver que es una llamada de mi madre.

—¿Sí? —contesto, y al escuchar su voz, noto que no se trata de mi madre, sino de mi pequeña y tierna hija.

—Mamá Edy me plestó su celulal, por que es que yo quelia hablar contigo. Ya te taldaste, no has llegado a casa

—No te preocupes nena, ya voy para allá.

Cuelgo la llamada y le aviso a los chicos que me tengo que ir, ellos asienten y salgo de la cafetería para llegar a casa. Estoy por salir de la universidad, cuando de repente alguien toma mi muñeca haciéndome retroceder.

Bufo molesta al ver esos ojos verdes frente a mí —Ya se me hacía un milagro que no me hablaras por tres días seguidos, supongo que canté victoria antes de tiempo.