Capítulo 44: La pijamada

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Abby

—¡Tendré un niño!

Comienzo a saltar como una loca al escuchar tal noticia, los demás que se encuentran en la sala comienan a aplaudir y se dirigen a abrazar a Darla, quizá no la conocen o se han encontrado varias veces en la clínica, pero lucen emocionadas tal y como si el bebé fuera suyo.

Ellas se alejan y entonces me dirijo a Darla, le doy un largo abrazo y murmullo —Felicidades, tonta —ella me agradece y cuando nos separamos veo que ahora no tiene sus ojos cristalizados, sino que está llorando.

Se seca sus lágrimas y ambas salimos del consultorio, Nathan está esperando en el estacionamiento a Darla, apenas salimos del consultorio y él corre hacia ella.

—¿Qué pasó? ¿Niño? ¿Niña? —pregunta entusiasmado, pero Darla niega con la cabeza.

—Quedamos en que no te lo diré hasta la fiesta de revelación —acota ella.

—Pero, nena... no me puedes dejar con la intriga —Nathan le suplica para que Darla le diga pero ella no lo hace.

—Te amo, pero no te lo diré aun —dice dando un beso en su nariz.

—Bueno, yo ya me voy —menciono señalando el auto —Nathan, sé paciente.

—¡No es justo! —reprocha inmaduramente.

—La vida no es justa —Darla se encoge de hombros y luego se dirige a mí —Thea me ayudará con la fiesta de revelación ¿quieres acompañarnos?

—Me encantaría, pero tengo que ir a ver a Chloe.

—Entiendo. Nos vemos luego —se despide de mí con una sonrisa.

-

Cuando llego a casa, frunzo el ceño al ver a mi madre maquillándose y mi padre vestido en traje mientras hace una llamada, pero lo que más me extraña es verlos con unas maletas en sus manos.

—¿Van a algún lado? —pregunto.

—Qué bueno que llegas —menciona mi madre —Enviaron a tu padre a un viaje de trabajo y no pienso en perderme la oportunidad de conocer Texas.

Estoy a punto de hablar pero mi madre me interrumpe —Tranquila. Es sólo un viaje de dos días, volveremos temprano, aprovecha que no estamos para lavar la ropa, los platos e ir a comprar despensa ¿de acuerdo? ¡Ah! Y no incendies la casa en nuestra ausencia.

—Lo intentaré —bromeo.

Mi madre niega con desaprobación, entonces opto por subir al segundo piso y entro a la habitación de Chloe, donde la encuentro viendo televisión.

—¡Mami! —viene hacia mí con emoción —Hoy no tengo tarea ¿podemos hacer una pijamada? —pregunta con alegría.

—Esa sería una gran idea, pero mañana te debes levantar temprano para ir al jardín de niños.

—Pues no voy —se encoge de hombros.

—Lamentablemente... tienes que ir.

Ella se cruza de brazos y hace pucheros —Oh, no me mires de ese modo.

—¡Por favor, mamá! —suplica con una carita tierna que resalta sus lindos ojitos, esta niña conoce mis debilidades, pero no sucederá esta vez.

—Dije que no, será en otra ocasión ¿de acuerdo? —le animo.

Y antes de que ella pudiera responder, mi celular comienza a timbrar salvándome de que Chloe pueda convencerme en algún momento. Lo saco de mi bolsillo y una sonrisa se forma en mi rostro al ver que es una llamada de Eitan.

También Eres Mi PrioridadWhere stories live. Discover now