También Eres Mi Prioridad

Capítulo 26: Consejos de amor

Abby POV

Debo admitir que me he llevado mejor con Eitan, lo considero más cercano y alguien en quien puedo confíar, hay veces que su arrogancia me estresa, aunque también me causa gracia.

Hoy es sábado, estoy en la universidad guardando las cosas que usé para el club de literatura, por suerte mi suspensión no es válida para el club.

He tratado de evitar a Drake, me molesta lo que hizo con el examen de Eitan, es muy paranóico. Ha estado rogándome con que él tiene la verdadera explicación de porqué odia a Eitan, pero me niego a escucharlo.

Tomo mi mochila y camino fuera del pasillo, voy a la cafetería y tomo un jugo embotellado, hago fila para pagarlo, cuando por fin llega mi turno busco un billete que había tomado en la mañana y comienzo a frustrarme al no encontrarlo.

—Demonios —murmullo.

—Yo lo pagaré —ruedo los ojos al reconocer la voz de Drake.

—Gracias, pero no es necesa... —no alcanzo a responder, ya que él ya ofreció el billete.

Salgo de la fila con mi jugo en manos y Drake detrás de mí, camino al pasillo con mi celular para intentar ignorarlo, pero él lo arrebata de mis manos.

—Déjame explicarte —menciona frustrado.

—Dame mi celular —cambio de tema, no quiero explicaciones de él.

—Lo que sea que te haya dicho Eitan es mentira.

—Que pena —menciono sarcásticamente —Porque le creo más a él que a ti.

—Por favor, déjame explicarte.

—¿Explicarme qué? —alzo la voz —¿Que eres un idiota que quiere joderle la vida a Eitan?

—Escúchame.

—No quiero saber nada de ti, le cambiaste el examen a Eitan  porque quién sabe que mosca te picó —me encojo de hombros —seguro fuíste tú quien me delató con la secretaria ¿no? Me quieres joder la vida a mi también por dejarte.

—Wow, espera —frunce el ceño —¿Alguien te delató? Creí que simplemente ella lo descubrió.

—¿N-no fuíste tú?

—Abby, yo te amo, jamás te haría eso.

—Qué tierno —menciono sarcásticamente —Lástima que yo no te amo.

—Aceptaste ser mi novia, al menos me amabas.

—No —le arrebato mi celular —Yo no te amaba, confundí el amor con el cariño —menciono al fin y salgo del pasillo con rapidez.

Cuando estoy a punto de salir escucho a Thea a lo lejos, volteo y la veo hasta el otro lado del patio central, corro hacia ella con una sonrisa, se ve agotada y tiene su cabello esponjado, parece una señora loca.

—Te hemos estado buscando —menciona jadeando, se nota que ha estado corriendo.

—¿Hemos?

—Sí, Darla y yo —pone un mechón de su cabello detrás de su oreja —Cuando guardaste tus cosas, te perdiste de nuestra vista.

—Lo siento, necesitaba algo dulce —le muestro mi jugo.

—No importa —comienza a chillar, parece emocionada.

—Y ¿Para qué me buscaban?

—Nos vas a acompañar al centro comercial, buscaremos vestidos para la graduación de Darla.