Capítulo 25: ¿Cómo lo haces?

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Eitan POV

Voy conduciendo por la avenida sin rumbo alguno, no me cabe en la cabeza el hecho de que Allen pueda ser capaz de hacerme reprobar en ese estúpido examen.

Estoy en un semáforo, cuando de repente llega un mensaje a mi celular, decido tomarlo por un momento y veo que es de mi madrina.

<<¿Cómo has estado mi niño? No me has visitado en semanas>>

Lo que dice es cierto, no la he visitado, quizá porque estaba muy distraído con la universidad. Decido conducir hasta su humilde casa, hay veces que me gusta deshaogarme con alguien y mi madrina es una de esas lindas personas que me escucha.

Cuando llego por alguna razón me siento culpable, ella me ha apoyado en muchas cosas y creo que ha sido muy grosero de mi parte no visitarla durante un tiempo.

Abro la pequeña cerca y camino por el pasillo del gran jardín que tiene hasta llegar a la casa. Toco la puerta y no escucho respuesta alguna, veo que está abierta así que decido entrar.

—¿Madrina? —murmullo sin respuesta alguna.

Me dirijo al patio trasero y puedo ver a mi madrina regando sus plantas, le encanta la jardinería.

—Mi niño... —camina hacia mi con los brazos abiertos y sus ojos llorosos, yo me acerco a ella y le correspondo el abrazo.

Nos separamos y de repente mi madrina me lanza una bofetada, lo cual me causa algo de risa y dolor, tan ocurrente como siempre...

—¿Eso por qué fué? —le cuestiono mientras me quejo del dolor.

—Por no visitarme en semanas, mas vale que tengas una buena excusa —menciona entrando a la casa.

—Lo siento —me siento en el sofá —Presenté mi examen hace poco y...

—¿Y qué? ¿Aprobaste? —exclama emocionada y yo niego, la sonrisa desvanece de su rostro al instante —¿Por qué?

—Tranquila, estoy seguro que hay un error, alguien cambió las respuestas de mi examen —menciono y ella me da otra bofetada.

—¿Qué te he dicho de hacerte enemigos, Eitan? —dice alzando su ceja y yo río.

—Encontraré al idio... —no termino mi frase, ya que recuerdo que mi madrina odia que hable así —al inmaduro que cambió las respuestas de mi examen —corrijo.

—Entonces ¿has estado ocupado buscando al culpable?

—Así es.

—¿Con quién? —cuestiona mientras sirve algo de café en una taza.

—Una amiga.

—Una amiga ¿eh? —cuestiona con una sonrisa en su rostro, conozco esa sonrisa... —¿Es linda tu amiga?

—Madrina, es una amiga, nada más.

—No respondiste mi pregunta.

—Sí, es linda —admito mientras tomo algo de café.

—¿Cómo se llama?

—Abby.

—¿Hace cuánto la conoces?

—¿Esto es un interrogatorio ahora? —cuestiono.

—Mi niño... sólo quiero saber de ella, quizá termine siendo la indicada para tí —exclama y yo lanzo una risa.

—Sabe que yo no me enamoro fácilmente, madrina.

—¿Sigues con eso? —menciona dándome un leve golpe en el estómago —El amor existe, Eitan.

También Eres Mi PrioridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora