También Eres Mi Prioridad

Capítulo 8: Thea Evans

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Abigaíl Miller

Después de ducharme y cambiarme, me maquillo un poco, bajo de las escaleras y me encuentro a Chloe comiendo de las galletas que mi madre preparó. Mi familia me saluda y me indican que me siente a comer junto a ellos.

Lo hago y me sirvo algo de jugo de naranja —¿A dónde dijiste que vas? —me pregunta mi madre.

—Al club de literatura, será sólo por dos horas, no tardaré mucho.

—Eso espero, porque no podremos estar tanto tiempo cuidando a Chloe. Sabes que en la noche vamos a salir tu padre y yo.

—Lo sé, mamá.

Estoy por tomar una galleta, cuando de repente escucho el sonido del claxon de un auto —¿Quién te espera? —pregunta mi padre.

Recuerdo que Drake dijo que me podía recoger para ambos ir al club de literatura —Un amigo —me llevo la galleta en la mano y agarro mi bolso. Mi padre me lanza una mirada amenazante y mi madre rueda los ojos ante su acto.

Le doy un beso a Chloe y me despido de mis padres para salir de la casa. Drake se baja del auto en cuanto me ve y me abre la puerta del copiloto.

Yo le sonrío y entro al auto —Llegaste temprano —menciono.

—Desperté de buen humor.

-

Llegamos a la universidad y me sorprende ver la poca cantidad de alumnos que se encuentran presentes. Hoy sábado es exclusivamente para clases de repaso y extracurriculares, no creí ver tan pocas personas.

Drake y yo caminamos por las aulas hasta encontrar la que diga "club de literatura" cuando por fin lo encontramos, veo a Darla ya presente con su celular en manos.

Ambos nos dirigimos a ella —¿Estas ocupada? —le pregunto.

—Me alegra que hayan llegado al fin, estar aquí sola es aburrido.

Y apenas lo noto, ella es la única presente en esta aula, quizá con el tiempo llegarán viniendo más, aún es temprano.

—Todavía falta tiempo para empezar —agrega Drake.

Darla se levanta de su asiento y niega con la cabeza —Esto es absurdo, iré a dar un paseo, ya regreso —dice por último para después salir del aula.

Drake y yo nos sentamos, saco un libro para entretenerme mientras que Drake se queda viendo su móvil.

Al pasar los minutos, el aula comienza a llenarse, ya no somos solo nosotros tres —contando a Darla—, se podría decir que hay al menos veinte personas en el aula. Por otra parte, Darla aún no ha llegado de su caminata, lo cual me extraña.

Una profesora nos explica de que tratará este curso y comenzamos a dar nuestras opiniones acerca de dicho tema.

Nos da la indicación de salir un rato al patio para comenzar a hacer unas campañas que expondremos a partir del lunes para que más personas se interesen en el club. Drake y yo comenzamos por hacer unos carteles, otros chicos preparan decoraciones para que la campaña se vea llamativa, mientras que los demás diseñan unos trípticos en línea.

Drake consigue una cartulina y me la extiende con un plumón, yo arrugo mis cejas —¿Qué? —cuestiono.

—Estoy seguro de que tú tienes mejor letra que yo.

Me rio ante su suposición —Siempre he sido mala con la caligrafía.

Drake está por hablar, cuando de repente Darla se digna a aparecer después de casi una hora, ella se acerca a nosotros con una sonrisa y una chica rubia a su lado — Chicos, ella es Thea, está interesada en el club de literatura —menciona Darla.