Capítulo 43: La consulta

21.8K 1.1K 224
                                    

Abby

Apenas la señora Harper se acerca más hacia nosotros y Thomas traga saliva y se pasa la mano por la cara, Benjamín luce casi igual a su hijo, sólo que él parece estar más seguro, como si estuviera dispuesto a escuchar todo lo que su esposa le fuera a reprochar.

—Te dejé en claro que no podrías faltar al entrenamiento —la señora Harper le habla rudamente a Thomas —¡Me desobedeciste!

—Scarlett... —Benjamín le intenta interrumpir para no causar lío aquí.

—No te metas —ella le alza la voz.

—Tenía que ver a mi padre, está en el hospital por si no lo notaste —le responde Thomas.

—Claro que lo he notado —dice en su defensa —Pero tienes cosas más importantes que hacer.

—¿Y qué hay de ti? Después de todo, tu fuiste en parte culpable de que mi padre se encuentre aquí —la señora Harper le intenta interrumpir, pero Thomas continúa hablando —Es mi padre, tú esposo. Y no te has dignado a pisar uno de tus estúpidos tacones en este lugar, si no fuera porque yo estoy aquí, tu no hubieras venido, seguirías ocultándote con tu supuesto trabajo y hubieras omitido toda esta situación.

—¡Cállate! —le grita en voz alta y lo abofetea repentinamente. Él se pasa la mano por la mejilla y su mirada se llena de decepción y furor.

—Ya basta —Benjamín se coloca en medio de ambos —Me importa poco si no me vienen a visitar, sé que ambos tienen sus prioridades y lo entiendo, estén aquí o no puedo estar bien.

—Pero claro que estarás bien —le responde su esposa con sarcasmo —Si tienes a tu zorra a tu lado siempre estarás bien —agrega mientras señala a Layla.

Layla intenta interrumpir, pero Benjamín la detiene para no causar más problemas —Ella no es una zorra —él responde detenidamente.

—¿Crees que no he notado como te coquetea y todo eso? Quiere tu maldito dinero, ¡es una maldita perra aprovechada! —exclama la señora en voz alta, provocando la atención de varias personas que se encuentran en el pasillo.

—Cálmate, mamá —Thomas le intenta tranquilizar tomándola del brazo, pero ella se zafa de su agarre.

—¿Cómo quieres que me calme cuando tengo que ver a mi esposo todo el tiempo con una criada? —dice con menosprecio aun con su voz en alto.

—Señora, le juro que yo nunca... —Layla intenta explicar, pero es interrumpida por las palabras de la señora.

—Cállate maldita zorra —unos doctores se acercan hacia nosotros y piden amablemente que guardemos silencio, la señora Harper los ignora y sigue insultando con furor, entonces de pronto llegan unos hombres de seguridad y la toman por los brazos mientras la sacan fuera del pasillo, tal como si fuera una mujer causando problemas en un manicomnio.

Apenas ella sale del pasillo, Benjamín dice que está por tener un dolor de cabeza y quiere estar solo, todos asentimos y salimos del pasillo, incluyendo Layla quien tiene sus ojos llorosos.

Salimos todos al estacionamiento para irnos, hay un silencio incómodo, Thomas parece querer decir algo pero creo que no encuentra las palabras correctas, después de unos segundo comienza a hablar —Layla, disculpa a mi madre, ella suele malintetpretar las cosas....

—No te preocupes, no es la primera vez —ella sonríe con melancolía y algo de despreocupación.

—De acuerdo —Thomas asiente —yo... me tengo que ir, nos vemos —dice antes de dirigirse a su auto.

También Eres Mi PrioridadNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ